Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Peleando sin pelear
Tema: La batalla de la fe contra la carne.
MENSAJE CENTRAL
Estas últimas semanas hemos hablado de tres batallas que libra nuestra fe: Contra las riquezas, las emociones y contra la ley de los esfuerzos propios.
Hoy hablaremos de una cuarta batalla que libra nuestra fe: Contra la carne.
Ganar estas batallas es muy importante para nuestra fe porque son batallas permanentes que nos acompañaran toda la vida, la batalla contra la carne también es una batalla permanente.
Pero hoy Dios nos enseñará en su palabra a cómo ganar esa batalla permanente contra la carne.
INTRODUCCIÓN
Ahora, déjeme explicarle algo acerca de lo que significa la carne, en griego la palabra para carne es la palabra Sarkos que significa varias cosas, se usa para definir la naturaleza pecaminosa del hombre y los deseos inmorales, cómo habla Gálatas 5:19 de los deseos de la carne, pero también se refiere a la piel que cubre nuestros huesos y también a la simple naturaleza humana y sicológica del hombre.
A este último significado nos vamos a referir hoy, a esa batalla que tiene nuestra fe contra nuestra naturaleza humana y sicológica, es decir, contra nuestra forma natural de pensar y actuar a la hora de enfrentar situaciones difíciles.
Tipos de situaciones difíciles.
¿Alguna vez te ha pasado que alguna circunstancia te ha golpeado tan sorpresivamente que te dejó como noqueado?
¿Tal vez algún diagnóstico difícil, o alguna traición de alguien muy amado para ti, o tal vez te dieron una mala noticia, te corrieron del trabajo o algo le pasó a uno de tus seres queridos?
¿Te ha pasado en alguna de estas circunstancias que sientes como si te patearan el estómago o te perforaran el intestino, o cómo que se te sube el apellido a la cabeza?
¿Cómo acostumbras responder a eso? ¿Te defiendes, peleas, discutes, corres a resolverlo, lo enfrentas o te tomas un descanso y confías en que todo va a salir bien?
Bueno, de este tipo de situaciones vamos a hablar hoy, y vamos a utilizar la historia del pueblo de Israel cuando los Amalecitas vinieron contra ellos y Moisés le pidió a Josué que él bajara a pelear contra ellos al valle de Refidim, mientras Moisés subía al monte a levantar sus manos.
La Biblia narra que cuando Moisés levantaba sus manos a Dios, Josué y su ejército ganaban la batalla y cuando Moisés bajaba sus manos, Josué y sus ejércitos perdían la batalla.
De esta historia vamos a aprender cómo quiere Dios que peleemos nuestras batallas diarias contra esas circunstancias difíciles que nos hacen enojar o preocuparnos en exceso.
De aquí que este mensaje lleva por título: PELEANDO SIN PELEAR. La batalla de la fe contra la carne.
I. QUE NO NOS ROBEN NUESTRO REPOSO
Esta primera parte lleva por título: Que no nos roben nuestro reposo.
La Biblia dice que el diablo viene para robar, matar y destruir, y algo que le interesa mucho robarse es nuestro reposo.
El diablo sabe que, si nos saca de nuestro reposo, que es la forma de confiar en Dios, pelearemos las batallas con nuestras fuerzas y ahí él lleva las de ganar.
Vamos a la Biblia para ver esta batalla del pueblo de Dios:
(RVR60) Éxodo 17:8-13 “Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. 9 Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. 10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. 11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. 12 Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. 13 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.”
Esta no parece una estrategia muy apropiada para un líder, pedirles a sus guerreros que vayan al campo de batalla mientras él se sube a lo alto de un monte.
En lo natural, no es la mejor estrategia, pero en lo espiritual si lo fue.
Esta imagen de esta batalla nos permite entender como son las luchas de nuestra carne y de nuestro espíritu, mientras nuestro espíritu quiere orar y alabar a Dios, confiando en que él peleará nuestras batallas, nuestra carne quiere bajar al campo de batalla y enfrentarse cara a cara con quien sea.
Nuestra carne quiere enfrentarse cara a cara con ese que nos traicionó, con ese que habló mal de nosotros, con esa que nos mintió o nos falló, o con ese que nos fue infiel, o con ese que nos lastimó o con ese que nos abandonó, con ese que no nos quiere reconocer nuestros esfuerzos o darnos ese puesto, o pasarnos en tal o cual materia, etc.
Pero esta es la estrategia del diablo, él quiere hacernos “perder el control” y que en vez de que reposemos confiando en Dios mientras dura esa batalla, él quiere vernos pelear “nuestros derechos” y resolverlo por nuestra cuenta.
No hay nada insignificante en la Biblia.
Recuerde que en la Biblia no hay nada insignificante, la palabra Amalec significa “labor dolorosa” y la palabra Refidim, que es donde pelearon Israelitas y Amalecitas significa “Lugares de descanso”.
Así que mientras Dios quiere que peleemos nuestras batallas en lugares de descanso, en Refidim, el diablo quiere que tengamos una labor dolorosa al enfrentar esas circunstancias.
Entonces podemos concluir esta parte del mensaje diciendo, que, si algo es importante a la hora de enfrentar esas situaciones y momentos difíciles de nuestra vida, es que nada ni nadie nos robe nuestro reposo.
II. SENTADOS PARA PELEAR
Esta segunda parte se llama: Sentados para pelear.
Si algo estamos entendiendo es que al diablo le conviene interrumpir nuestro reposo en el Señor.
Él quiere hacer que te estreses, que no puedas dormir bien, que sientas que dependes de cómo vas a manejar las cosas difíciles que están viniendo a tu vida, él quiere que tu labor para atravesar por esas circunstancias sea una labor dolorosa, lo que significa el ataque de los amalecitas al pueblo de Dios.
Pero Dios nos ha dado la respuesta de cómo nos quiere ver pelear contra todas estas batallas.
(RVR60) Hebreos 10:12 “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,”
Jesús ya está sentado a la diestra de nuestro Padre celestial, ¿Y nosotros?
(RVR60) Efesios 2:6 “y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,”
Esta es la posición que Dios quiere que tengamos al pelear nuestras batallas: Sentados con Cristo en lugares celestiales aquí en la tierra.
Porque recuerde que vivimos en un reino, en el reino de la gracia donde las cosas suceden a nuestro favor, no por nuestros esfuerzos, sino por la obra maravillosa de amor de nuestro Cristo en la cruz.
¿Qué significa pelear sentados en lugares celestiales?
Pelear sentados en lugares celestiales no significa INACTIVIDAD, significa, ACTIVIDAD DIRIGIDA POR JESÚS.
Lo que Dios espera de este mensaje.
(NVI) 2 Crónicas 32:8 “Él se apoya en la fuerza humana, mientras que nosotros contamos con el Señor nuestro Dios, quien nos brinda su ayuda y pelea nuestras batallas.» Al oír las palabras de Ezequías, rey de Judá, el pueblo se tranquilizó.”
Esto es lo que Dios espera con este mensaje, no sé qué estés pasando y cuál o cuáles sean las batallas que estés librando hoy, pero Dios quiere que te sientes junto a Jesús, levantes tus manos en adoración celestial y platiques con Él, quien te dirá todo lo que tienes que hacer, lo que no debes hacer, cuándo lo debes hacer, cuándo callar, cuándo hablar, qué decir, etc.
No es que no hagamos nada ante los problemas, sino que lo hagamos en paz, descansando en que confiamos en que Dios está peleando nuestras batallas, y no sólo peleando nuestras batallas, sino ganando nuestras batallas.
Esto es poderoso porque es contrario a la naturaleza de nuestra carne, porque nuestra carne “quiere ver sangre”, quiere tener la razón, quiere desenmascarar al traidor, al infiel, al desagradecido, quiere desquitarse, quiere hacer justicia por su propia mano.
Pero entre más hacemos todo eso que quiere la carne, más nos alejamos del verdadero propósito de esas batallas.
¡Wow, esto es glorioso, este es el poder del Reposo en el Señor!
Por eso Hebreos 4:11 dice:
(NVI) Hebreos 4:11 “Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo,”
Podemos concluir que nuestra mejor posición para pelear es sentados en reposo junto a Jesús en los lugares celestiales que él ganó para nosotros mientras estemos aquí en la tierra.
III. ALIMENTARSE ES PELEAR
Esta última parte se llama: Alimentarse es pelear.
Quiero explicarte cómo es específicamente esto de sentarse en lugares celestiales y pelear nuestras batallas.
Miremos este poderoso versículo y dejémosles un ojo morado a nuestros adversarios:
(NTV) Salmo 23:5 “Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos. Me honras ungiendo mi cabeza con aceite. Mi copa se desborda de bendiciones.”
Es en medio de situaciones desfavorables, de situaciones difíciles Dios prepara un banquete para que te SIENTES, otra vez la posición de sentados, y te alimentes de Él.
¿Te das cuenta que no te manda a pelear, que te manda a que te sientes y te alimentes?
En hebreo la misma raíz para la palabra ALIMENTARSE, que es la palabra Lechem, se usa para describir la palabra PELEAR, que es Lecham.
¿De qué quiere Dios que te alimentas cuando te sientas delante del Padre?
(RVR60) Juan 17:23 “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”
Si algo hemos aprendido en el evangelio de la gracia que Jesús quiere que nos alimentemos: es del amor del Padre, que nos sepamos muy amados, tanto como sabemos que el Padre ama a su Unigénito Hijo Jesús.
Uno de los principios para entender la gracia de nuestro Señor Jesucristo no está en amarlo a Él, es sabernos amados de Él y que no hay nada que podamos hacer para que nos deje de amar ni una pizca.
Así que, cuando estás en medio de una dura batalla y tú te alimentas del amor del Señor y levantas tus manos en adoración y en oración para decirle cuan amado te sabes de Él, ESO EQUIVALE a como si estuvieras respondiendo a esa batalla con un ejército de ángeles en carros de fuego y con espadas de fuego, que, sin lugar a duda, derrotarán a tus enemigos.
Así que podemos concluir esta última parte diciendo que hoy podemos entender que alimentarnos de su amor equivale a sentarnos en reposo en lugares celestiales con Jesús y eso le propina una literal “golpiza espiritual” a nuestros adversarios: la carne y el diablo.
MINISTRACIÓN
Así que entre más te alimentes de su amor y de su palabra de gracia más te recordará que te alimentes de su amor y de su gracia para que cuando tengas que entrar en alguna batalla por situaciones desagradables, tu sepas que en ese momento nuestro Dios y Padre, comenzará a prepararte un banquete en la mismísima presencia de tus angustiadores y te invitará a sentarte con Él y disfrutar de ver cómo Él te dirigirá en paz y te dará las claves para resolver y salir de esos conflictos.
Así que podemos concluir este mensaje diciendo que la mejor forma de pelear nuestras batallas no es peleando, sino alimentándonos en reposo de su amor y su gracia, a través de la oración y la adoración y veamos como Él pelea nuestras batallas y gana nuestras batallas.
¿Ya vio como sí se puede pelear sin pelear para ganarle la batalla a nuestra carne?
Amén.
© Luis David Meza. Todos los derechos reservados.