Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Honra a Dios: Cuestión de honor
MENSAJE CENTRAL
Los psicólogos afirman que los seres humanos usamos dos impulsores para ponernos en acción en la vida: alejarnos del dolor o acercarnos al placer. Que todo lo que hacemos lo hacemos bajo este método, que es una forma de autopreservación: o buscamos evitar el dolor o buscamos generar aquello que nos da placer y gusto.
Hoy Dios quiere llevarnos a otro nivel de entendimiento para hacer las cosas, ya no sólo para alejarnos del dolor o acercarnos al placer, sino para honrarlo a Él.
Podría ser, tal vez, la forma más elevada de acercarnos al placer y a lo bueno, el de querer ser más como Él es, el de parecernos más a Cristo. Por eso hoy Dios quiere invitarnos a hacer las cosas por honra, por lo que representa el honor de hacerlas como Él las haría.
INTRODUCCIÓN
Apocalipsis 4:11 “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”
A Dios le importan mucho la honra y el honor, porque la honra le pertenece a Él. Por eso, cuando su pueblo honraba a otros dioses, les advertía que serían fuertemente castigados. Hablando de hacerse imágenes, dice:
Éxodo 20:5 “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.”
Dios es un Dios de honor.
La Biblia dice:
Salmo 96:8a “Dad a Jehová la honra debida a su nombre,”
En esta serie de mensajes aprenderemos a honrar a Dios y a vivir en un ambiente de honra, sabiendo que habitar en el reino de los cielos en la tierra es cuestión de honrar a Dios en todo y de tener una mentalidad de honra para todo. De aquí que el mensaje de hoy lleva por título: Cuestión de honor.
I. DIOS ES UN DIOS DE HONOR
A través de la Biblia podemos ver cómo la honra es la esencia del Reino de Dios. De hecho, la honra es la verdad fundamental que sostiene el reino de los cielos en la tierra.
Jesús vino a la tierra a establecer el reino de su Padre y para ello lo honró en todo. Por eso pudo decir al final: Consumado es.
En una ocasión, los fariseos acusaban a Jesús de tener demonio porque lo veían que expulsaba a los demonios y sanaba a la gente:
Juan 8:49 “Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.”
Lo que Jesús les dijo veladamente fue: Yo puedo hacer eso porque honro a mi Padre. Nosotros tenemos que cuidar el honrar a Dios en todo y también cuidar el no deshonrarlo.
El Padre honra al hijo desobediente
Hay una historia en particular que nos enseña cómo Dios es un Dios de honor: la historia del hijo pródigo.
En esta historia sucede que el hijo menor deshonra al padre al pedirle la herencia en vida para ir a gastársela lejos de él. Deshonró al padre al gastarla de una manera inmoral, con rameras, dice la Escritura. Pero cuando el hijo pródigo se da cuenta de que no tiene que comer, que está todo andrajoso y viviendo en un establo para cochinos, decide regresar a casa de su padre con la intención de que el padre lo recibiera ya no como un hijo, sino como a uno más de los sirvientes de la casa. El padre hace esto cuando le ve venir:
Lucas 15:20-24 “Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.”
El hijo esperaba que el padre le dijera: “Hijo, has desperdiciado tu vida, me has causado un gran dolor, una gran deshonra.” Pero no fue eso lo que el padre hizo. El padre lo que hizo fue honrar a su hijo, honrar el regreso de su hijo.
II. EL PESO DE LA HONRA DEL PADRE
Nos damos cuenta de que el padre ni siquiera contestó al discurso de arrepentimiento del hijo, quien decía que ya no era digno de ser llamado su hijo. Lo que hizo fue mandar a que le cambiaran la túnica. Este acto representa la restauración de su honor y su dignidad, que había perdido por el tipo de vida que había decidido llevar.
Esto es lo mismo que hace el Padre con nosotros cuando decidimos volver a su casa y dejar de vivir una vida disipada conforme a nuestra manera de pensar. Él nos devuelve el honor y la dignidad. Él es un Dios de honor.
Después, le pone un anillo. Este acto representa la restauración de su autoridad en la casa del padre, enseñándonos que la autoridad no está ligada al comportamiento sino a la identidad de hijo. Y, al final, le pone sandalias. Este acto representa la manera en que quiere el padre que su hijo camine, no como esclavo, sino como hijo. Porque en ese tiempo, los esclavos no usaban sandalias; eso era lo que distinguía a los hijos de los esclavos.
Donde empieza el honor
De esta historia aprendemos que el honor no empieza cuando tú demandas honor de aquellos que están bajo tu autoridad, sino cuando tú lo das. Dios no demandó honra de su hijo; Él le dio honra a su hijo.
Dios es un Dios de honor porque Él practica el honor, y entonces, Él atrae el honor hacia Él.
¿Recuerdas que Él nos amó primero? Bueno, ahora también podemos entender que Él nos honró primero. Por eso nosotros lo honramos a Él. Él es el amor; Él es el honor.
Algo muy importante que Dios quiere que aprendamos hoy es que la honra es el principio por el que se activa el reino de los cielos para ti. Es como la llave que abre el reino de Dios para ti.
Cuando das honor, atraes el honor, y eso te permite vivir en la esfera del reino de los cielos en la tierra.
III. LA HONRA Y EL AMOR A NOSOTROS MISMOS
¿Qué es la honra?
Es importante aclarar que honra y honor son lo mismo, para no perdernos. La honra es cuando sale de alguien, y el honor es cuando alguien recibe esa honra.
Es como la gracia y el favor de Dios: son lo mismo. La gracia es cuando sale del Señor, y el favor es cuando lo recibimos nosotros. Sale del cielo como una gracia y se transforma en favor al entrar en la atmósfera de nuestra vida.
Lo mismo pasa con el honor. Cuando sale de la persona, es honra. Y, cuando entra en la atmósfera de quien la recibe, se convierte en honor. Para efectos de nuestro mensaje, es lo mismo.
Honrándonos a nosotros mismos
Tú mismo puedes vivir con honor, pero eso implica que te hagas acciones de honra.
Ahora, aquí viene una subida de nivel.
La semana pasada vimos la importancia de aprender a amarnos a nosotros mismos para evitar el dolor de buscarlo en otros o de lastimar a nuestros seres amados. Hoy, Dios quiere llevarnos a otro nivel: amarnos a nosotros mismos no solo para alejarnos del dolor, sino para honrar el sacrificio de amor de Cristo por nosotros.
Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Nosotros merecíamos la muerte en una cruz, pero por el amor que el Padre tiene para nosotros, Jesús decidió tomar nuestro lugar. Si queremos honrar ese amor que Él nos tiene, debemos aprender a amarnos a nosotros mismos.
Cuando entres a tu aposento para recibir el amor de Dios y saber cómo te ve Él, no lo hagas solo para evitar el dolor de no saber amarte. Hazlo para honrar el sacrificio de amor de Cristo en la cruz. Así estarás viviendo con una mentalidad de honra.
IV. EL PESO DE LA HONRA CREA UNA ATMÓSFERA DE REINO
La honra es una atmósfera continua; es un viaje continuo. No es un concepto al que le quitas la envoltura, lo usas y lo tiras. No. La honra y el honor deben ser un estilo de vida. De hecho, es el estilo de vida del reino, porque tenemos un Dios de honra.
1 Samuel 2:30c “… porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.”
Dios se mueve por la honra o la deshonra. Tu fe lo honra; tu falta de fe lo deshonra.
Como cristianos, deseamos experimentar el reino de los cielos en la tierra. Jesús vino para que recibamos salvación, vida eterna, y la abundancia de su reino. Si no podemos experimentar el cielo en la tierra, es porque no estamos honrando.
Cómo funciona el honor
La palabra honor, en su significado original, implica estima al más alto nivel y también “agregar peso a.” En tiempos antiguos, el valor de las monedas dependía de su peso. A mayor peso, mayor valor.
Así funciona el honor. Cada vez que haces un acto de honra, añades un peso espiritual de valor en tu vida. Como si pesaras más espiritualmente, eso te da valor en el reino de los cielos y atrae el honor y el favor de Dios.
V. CÁMBIATE A MODO HONRA
La honra se expresa en dos vías: externamente y desde el corazón. Isaías lo explica:
Isaías 29:13 “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí…”
La honra debe expresarse con actos externos y sentirse con el corazón. Si has entendido este mensaje, quiero invitarte a subir de nivel y vivir en “modo honra”:
Ora no porque debas, sino para honrar la presencia del Espíritu Santo en tu vida.
Lee la Biblia no para saber más, sino para honrar que Jesús es la Palabra de Dios.
Aléjate del pecado no solo por obediencia, sino para honrar la santidad de Dios en ti.
Da tus ofrendas y diezmos no solo por fe, sino para honrar a Dios.
MINISTRACIÓN
Vivir dentro del reino de Dios en la tierra y que su voluntad sea la única en tu vida depende de que puedas aplicar el principio de la honra en todo lo que hagas. Vivir en el reino de los cielos en la tierra es una cuestión de honor.
Amén.
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