Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: El lado oscuro de tu fe
MENSAJE CENTRAL
La semana pasada hablamos de la importancia de los rounds de sombra, donde la luz de Dios se proyecta sobre nosotros en nuestro aposento mientras oramos y nuestra sombra se proyecta en la pared profetizando la victoria que tendremos como recompensa pública de orar en secreto, como dice Mateo 6:6.
Pero no todas las sombras que proyectamos son buenas.
Hoy Dios nos va a hablar de las sombras que no nos conviene proyectar en nuestras vidas.
INTRODUCCIÓN
La saga de la Guerra de las Galaxias es una de las sagas más taquilleras en la historia de Hollywood. La primera película se estrenó en 1977. Al parecer serán nueve capítulos, de los cuales ya van ocho hasta hoy. La saga lleva cuarenta y un años desde su estreno y parece que aún hay más.
Una de las partes centrales de la historia nos cuenta que el protagonista, Luke Skywalker, que traducido sería Lucas “caminante del cielo”, se enfrenta a su archienemigo Darth Vader, quien tiene secuestrada a la princesa Leia y es el general del ejército interestelar del emperador de la galaxia. Mientras pelean, Luke lo acusa de haber matado a su padre, y Darth Vader le dice una frase que se hizo famosa en la historia del cine: “No, Luke, yo soy tu padre.” Luke no lo puede creer, y luchan hasta que, en la secuela de ese capítulo, Luke mata a Darth Vader.
Así, dos que debiendo luchar para el mismo lado, están luchando para lados contrarios: Luke Skywalker para el lado de la luz, de la fuerza, y Darth Vader para el lado oscuro de la galaxia.
La semana pasada dijimos que esto pasa en la vida real: personas que, debiendo luchar juntas contra el mismo adversario, terminan luchando unas contra otras: esposos, padres e hijos, familias, jefes, colaboradores, etc.
Pero no solo pasa con otras personas, sino también con nosotros mismos. Creyendo que caminamos hacia el lado de la luz, a veces somos quienes generamos lados oscuros en el caminar de nuestra fe.
La Biblia dice:
(NVI) Lucas 11:34-35 “Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. 35 Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad.“
Me quedo con la frase: “Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad.” De eso trata el mensaje de hoy: asegurarnos de que nosotros mismos no nos estemos interponiendo entre la luz de Dios y nuestro corazón, dejando áreas oscuras sin que se cumpla la voluntad de Dios en ellas. De aquí que el mensaje de hoy lleva por título: El lado oscuro de tu fe.
DIOS ES UN DIOS DE HONOR
No estoy diciendo que la fe tenga un lado oscuro. Jesús es el autor y consumador de la fe, y en Él no hay sombras. La fe en Jesús, como el Hijo de Dios y nuestro Rey y Salvador, no tiene ningún lado oscuro. Somos nosotros, los hijos de fe, quienes con nuestras conductas estorbamos su luz, impidiendo que llegue a ciertas áreas de nuestro corazón, generando así lados oscuros en nuestra fe.
(NVI) Lucas 8:16 “Nadie enciende una lámpara para después cubrirla con una vasija o ponerla debajo de la cama, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz.“
Hoy quiero mostrarte algunas de las vasijas que solemos colocar, impidiendo que la luz de Jesús alumbre por completo nuestra vida. Exploraremos cuatro sombras en nuestro corazón que surgen cuando nos interponemos entre Dios y su voluntad.
LA VASIJA DE TUS PRIORIDADES
Lucas 10:38-42 “Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.“
Jesús estaba en la casa de Marta, pero ella estaba más preocupada por sus deberes que por estar en la presencia de Jesús.
Esto nos pasa constantemente: nuestras múltiples actividades y deberes nos empujan a no pasar tiempo a los pies de nuestro Señor. Él desea arrojar su luz sobre nosotros, pero nosotros nos interponemos con nuestra actitud de “estoy tan ocupado que no puedo atenderte.” Así creamos una sombra en nuestro corazón, en vez de permitir que Él lo ilumine todo.
La Biblia dice:
Eclesiastés 3:1-3 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; 3 tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar.”
Nuestra desorganización diaria de prioridades crea un lado oscuro en nuestro corazón. Es tiempo de reorganizar nuestra vida para no perder la luz del Señor.
LA VASIJA DE TU PROPIA VOLUNTAD
Mateo 6:10 “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.“
Esto enseñó Jesús al inicio de su ministerio, y lo puso por obra al final:
Lucas 22:41-42 “Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.“
Jesús nos enseñó y modeló cómo hacer la voluntad del Padre en lugar de la nuestra. Sin embargo, muchas veces le decimos: “Señor, hágase tu voluntad, pero que se parezca a la mía.”
Con esta actitud, nuestra voluntad se interpone entre la de Dios y nuestro corazón, generando un lado oscuro en nuestra fe.
LA VASIJA DE LA VOLUNTAD DE OTROS
Génesis 3:17-20 “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa;…“
A veces hacemos caso a otras personas por encima de obedecer a Dios. Esto genera sombras en nuestra fe. Debemos priorizar la voz de Dios por encima de cualquier otra.
LA VASIJA DE LA DESCONFIANZA EN DIOS
Número 20:12 “Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.“
Cuando no confiamos plenamente en Dios, creamos obstáculos entre su luz y nuestro corazón. Esto genera una gran sombra de desconfianza, limitando nuestra fe.
MINISTRACIÓN
Juan 3:30 “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.“
Asegurémonos de que la luz que creemos tener no sea oscuridad. Quitémonos de en medio y dejemos que la luz del Señor nos alumbre por completo, eliminando los lados oscuros de nuestra fe.
© Luis David Meza. Todos los derechos reservados.
Excelente tema para discutirlo con las mujeres cristiana; ya sea que lleven mucho tiempo en el ministerio , comenzando o pensando en servir. Gracias