Una fe que vence la duda

Abundancia, despreocupación, ventajas, facilidades. (verss. 3-5)

Orgullo, soberbia, prepotencia (verss. 6-7) 3. Agresivos, groseros, irreverentes, blasfemos (verss. 8-9)

C. Esta queja no sólo la vive el autor, sino que es compartida por el pueblo de Dios (vers. 10)

D. Se empieza a dudar de la justicia de Dios por permitirles a los impíos continuar en sus vidas rebeldes a Dios. (vers. 11)

E. Cuando ponemos nuestros ojos en estas cosas estamos en grave peligro de abandonar nuestro compromiso de vivir para el Señor y renegar de la fe. (verss. 13-14)

F. Su primera conclusión: (vers. 16). La fe está corre un serio riesgo de decaer cuando no está depositada en un fundamento firme, como las circunstancias de la vida.

II. NUESTRA FE VENCE LA DUDA

La fe que vence nuestras decepciones y frustraciones surge cuando contemplamos a Dios (verss. 17-20)

A. Pero el autor da un giro de 180 grados al indicarnos qué fue lo que lo hizo cambiar de opinión: estar en el santuario del Señor. El autor nos dice que él buscó al Señor y eso le ayudó a cambiar su entendimiento de lo que estaba viendo.

B. Esta experiencia transformadora de estar en la casa del Señor también la vivió el profeta Isaías. Isaías 6

C. Sólo al estar delante de la presencia del Señor, sólo al buscar el rostro de Dios ante nuestras quejas, podemos recibir una respuesta a nuestras inquietudes.

D. El salmista pudo ver la injusta realidad hasta sus consecuencias últimas: vio que el fin de los injustos que se olvidan de Dios es mucho peor que el presente de los justos. Su alma encontró tranquilidad y paz sólo hasta que miró y entendió los acontecimientos de esta vida desde la perspectiva de la eternidad.

A pesar de que sabemos que debemos andar en este mundo por fe, insistimos en mirar las cosas con la vista, es decir, contando sólo lo que alcanzar a mirar nuestros ojos terrenales.

Pero cuando dejamos nuestro microscopio y usamos el telescopio de la eternidad de Dios, podemos darnos cuenta que sí vale la pena pasar apuros en esta vida, pues nos espera una vida mucho mejor con el Señor.

III. ES NECESARIO CONFESAR TODA FALTA DE FE AL SEÑOR (VERSS. 21-24)

A. Había amargura, envidia, celos (vers. 21).

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