Avivamiento y sus consecuencias

Julio Barquero

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Predicas Cristianas | Avivamiento y sus consecuencias

Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia.” Habacuc 3:2

Introducción

En la historia de la Iglesia, hemos sido testigos de momentos donde Dios ha despertado a su pueblo de un letargo espiritual. Esos momentos de avivamiento no son simples manifestaciones emocionales, sino visitaciones genuinas del Espíritu Santo, que transforman corazones y comunidades enteras. El libro de Hechos de los Apóstoles nos relata de manera detallada los primeros avivamientos que ocurrieron en la Iglesia primitiva. Desde Pentecostés hasta los diversos derramamientos del Espíritu Santo, vemos que el avivamiento es una obra divina, no un evento programado por los hombres.

El avivamiento ha sido objeto de estudio por parte de teólogos y académicos. Algunos lo han considerado como un “fenómeno de religiosidad popular” o simplemente una respuesta emocional colectiva. Sin embargo, para nosotros, el avivamiento es la manifestación pura y poderosa del cristianismo. No está atado a estructuras humanas ni a ambiciones personales. Es el resultado de una iglesia que ora, se humilla y busca fervientemente a Dios.

Según el New Dictionary of Theology, el avivamiento, tal como lo ha entendido la teología protestante en los últimos 250 años, es “una visitación de Dios que trae nueva vida a su pueblo, tocando sus corazones y profundizando así su obra de gracia en sus vidas” (Packer, en Ferguson y Wright 1988: 588). Esta definición nos lleva a reflexionar sobre el verdadero significado del avivamiento y su impacto en la Iglesia.

I. El Avivamiento: Un Movimiento de Dios

a) El avivamiento no se organiza, se recibe

Muchos piensan que el avivamiento es algo que se puede fabricar con eventos, campañas o estrategias de marketing. Sin embargo, la Biblia nos muestra que el avivamiento proviene de Dios. En Hechos 2:1-4, el día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió sobre los creyentes que estaban en oración unánime, sin un programa humano, sino como respuesta a su búsqueda de Dios.

“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos… Y fueron todos llenos del Espíritu Santo” (Hechos 2:1,4).

b) El avivamiento es precedido por arrepentimiento y búsqueda ferviente

Dios promete restauración y avivamiento cuando Su pueblo se humilla. En 2 Crónicas 7:14, el Señor declara:

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

El verdadero avivamiento viene cuando el pueblo de Dios reconoce su necesidad de él y se aparta del pecado.

c) El avivamiento transforma vidas y comunidades

Cuando hay avivamiento, se produce un cambio radical en las personas y en la sociedad. En Hechos 19:19-20, vemos cómo aquellos que practicaban la hechicería se arrepintieron y quemaron sus libros:

“Asimismo, muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos… Así creÍa poderosamente la palabra del Señor y prevalecía”.

II. Señales de un Avivamiento Auténtico

a) Una pasión renovada por la Palabra de Dios

En los tiempos de avivamiento, la predicación de la Palabra se vuelve central. En Nehemías 8:1-3, cuando Esdras leyó la Ley al pueblo, todos escuchaban con atención y reverencia. Hoy día, una iglesia que experimenta avivamiento tiene hambre de la Palabra y se somete a su autoridad.

b) Un fervor en la oración y el ayuno

Jesús mismo enseñó que algunos milagros solo ocurren con oración y ayuno (Mateo 17:21). Los grandes avivamientos en la historia han sido precedidos por tiempos de oración intensa. En Hechos 4:31, después de orar, “el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo”.

c) Conversión de almas y crecimiento de la Iglesia

Un avivamiento auténtico no solo impacta a los creyentes, sino que también atrae a los perdidos. En Hechos 2:41, después de la predicación de Pedro, “se añadieron aquel día como tres mil personas”. El avivamiento produce una cosecha de almas y un crecimiento genuino de la Iglesia.

III. Obstáculos para el Avivamiento

a) Orgullo y autosuficiencia

Uno de los mayores peligros que terminan un avivamiento es el orgullo espiritual. En Oseas 13:6, Dios advierte: “Se saciaron, y una vez saciados, se enorgulleció su corazón; por eso se olvidaron de mí”. Cuando el hombre busca protagonismo, el Espíritu Santo se retira.

b) Enfoque en experiencias en lugar de la Palabra

El avivamiento también puede extinguirse cuando la iglesia pone su atención solo en emociones o manifestaciones sobrenaturales, olvidando la Palabra de Dios. En Mateo 7:22-23, Jesús advierte que no todos los que hacen milagros en su nombre le pertenecen.

c) Pérdida de la pasión por Dios

Jesús reprochó a la iglesia de Éfeso por haber dejado su primer amor (Apocalipsis 2:4). Si no se mantiene una pasión ardiente por Cristo, el avivamiento se apagará.

Conclusión

El avivamiento es una visitación soberana de Dios, no algo que los hombres puedan fabricar. Nace cuando el pueblo de Dios ora, ayuna y se arrepiente. Sus frutos son evidentes: una pasión por la Palabra, fervor en la oración, y la salvación de almas. Sin embargo, también debemos cuidar que el orgullo, el descuido de la Escritura y la frialdad espiritual no lo apaguen.

Hoy, más que nunca, necesitamos clamar por un nuevo avivamiento. Que Dios nos conceda una visitación de su gloria que transforme nuestras vidas y nuestra generación. ¡Que podamos ser parte de un despertar que impacte eternamente!

“Aviva tu obra en medio de los tiempos” (Habacuc 3:2).

© Reverendo Julio Barquero. Todos los derechos reservados.
Ministerio: Catedral de Vida

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Autor

Julio Barquero

Soy el Julio Barquero pastor de Catedral de Vida, reo firmemente que un solo momento puede transformar su vida. Mi llamado es compartir mensajes de reflexión y edificación que le inspiren a crecer en la fe y alcanzar las metas que Dios tiene para usted. En cada enseñanza, busco no solo informar y formar, sino también desafiarle a pensar, creer y avanzar en el propósito divino.

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