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Ordena tu casa

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: “Ordena tu casa”

Predicas cristianas lectura bíblica: 2 Reyes 20:1-7

Introducción:

El viernes viajé hacia la localidad de Galvez, distante unos 80 kms al sur de Santa Fe, a un encuentro de pastores bautistas donde estuvieron presentes el Presidente de la CEB, el Secretario Ejecutivo y el Secretario Administrativo, bajando lineamientos y desafíos de trabajo para la Obra en los próximos años.

Yendo por la Ruta 11, a la salida de Gobernador Crespo, me detiene gente de la Policía Provincial, que me hace orillarme al lado del camino y me requiere mi licencia de conducir, la cédula verde del auto, la revisión técnica y el seguro. Inmediatamente accedí a dar todo lo que se me pidió, y luego de constatar este agente que todo estaba vigente y en orden, pude proseguir mi camino.

La experiencia, me hizo pensar en lo agradable que es estar ordenado a la hora de viajar… es más… tuve la tentación de decirle al policía de tránsito:  tomá! no me podés agarrar en nada!… pero me retuve a fin de no tener que pasar un día en la cárcel… en fin

No siempre fue así; recuerdo en una ocasión que viajando por una ruta de Córdoba, querían dejarme el auto retenido por no tener los papeles del coche como debía… y recuedo el momento… como  algo tenso, desagradable… y por el cual me labraron un acta…

De nada valió que le implorara misericordia, ni que tuviera contemplación dado que estaba de vacaciones y que no me había apercibido de no tener mis papeles el regla… ni aún que le dijera que era “pastor”.

Como dice el dicho: “marché preso” y proseguí mi camino mascullando bronca por que la multa me amargó las vacaciones…

Bueno, les traje esta ilustración personal, para hacerles notar el contraste entre estar en orden u en desorden en cuanto a Dios se refiere.

Estamos en orden delante del Señor, cuando andamos en sus caminos, haciendo SU voluntad, agradándole en todo, viviendo en santidad, obedeciéndole…

Nada añade más paz que sentirse “a cuentas” con Dios

Más estamos en desorden delante del Señor, cuando nuestros caminos son distintos a los caminos que él nos manda seguir… cuando hacemos caso omiso a su voluntad y no le agradamos con una vida santa y obediente.

Y cuando se anda así… cuando el Espíritu Santo intenta convencer de pecado y no lo logra, el resultado es tristeza, turbación de espíritu y frialdad.  Y algo es bien seguro: de nada vale que recordemos glorias pasadas ni saquemos chapa de piedad… sólo vivir en orden delante de Dios hará la diferencia…

Y de esto quiero hablarte en esta noche: del orden delante de Dios…

Les invito a leer 2 Reyes 20:1-7

Ordena tu casa – Núcleo:

La historia habla del Rey Ezequías, del cual se nos dice – en el Capítulo 18:5-7, que fue un rey que puso su esperanza en Dios, de modo que ni después ni antes de él hubo otro como él entre los reyes de Judá, ya que siguió a Dios, y no se apartó de él, sino que guardo los mandamientos de Dios; de modo que el Señor estaba con él y adonde quiera que salía, Dios le prosperaba”

Ezequías fue un hombre que amaba a Dios y aún supo consultar al Señor en sus tiempos de guerra contra los enemigos del pueblo de Israel, hallando el pronto auxilio del Señor.

Al respecto, en el Cap. 19, leemos como la intervención providencial, divina requerida de parte del Señor, impidió el avance del Rey Senaquerib de Asiria… por medio de un ángel que Dios envió y que en una noche mató a 185.000 del campamento enemigo…

Y así llegamos al texto de hoy, al cap 20:1-7 que hemos leído, donde se nos dice que “Ezequías cayó enfermo de muerte”

Se podría decir: un mal pago, para uno que se decía contaba con el favor de Dios

Pero eso no es lo único que dice el pasaje, sino que le fue enviado de parte de Dios al profeta Isaías, hijo de Amoz, para darle un mensaje de su parte: Ezequías debía ordenar su casa, porque a causa de su enfermedad moriría y no viviría.

Hoy se diría: “Sobre llovido, mojado…”

A la incertidumbre y molestia de la enfermedad sufrida por Ezequías, se le sumaba ahora una certeza: él iría a morir por causa de ella… y en medio de ese cuadro, la demanda de parte de Dios era – además – que debía “ordenar su casa”

¿qué asuntos debía ordenar este Rey bueno?

¿Qué cosas veía Dios – no en su reinado – sino en su casa, que debían ordenarse?

La Biblia no lo dice. Pero ante los ojos de Dios, Ezequías tenía cosas por resolver.

Pienso que para Dios resultaba un asunto sencillo ordenar la vida de Ezequías en un instante y llevárselo…

Pero encontramos una verdad espiritual aquí:

Dios no habría de hacer por Ezequías, lo que le correspondía hacer a él por sí mismo…

De igual manera es contigo hoy… a ti te  toca revisar con cuidado cada aspecto de tu existencia y de tu familia para ver si está de acuerdo con los propósitos del Señor.

A ti te toca auto-convencerte de lo que es mejor para tu vida y familia  – conforme a lo que enseña la Palabra de Dios y es para tu bien-

Y a ti te toca requerir el pronto auxilio de parte del Señor, el poder de Cristo, que venga en tu ayuda y la de los tuyos (en cualquiera de las formas que esa ayuda provenga) para salir del problema, del pecado, de la adversidad y el desorden… a un orden nuevo….

Dios no hará nada por ti, de lo que tú sabes es tu deber resolver…

Volviendo al relato… vs 2 en adelante….

Vemos que Ezequías…. volvió su rostro ante el Señor… lloró e imploró en SU Presencia pues no quería morir – y el Señor, en su misericordia, le oye… y conmovido le añade a sus días quince años más de vida, los cuales serían de paz (sin guerra de los enemigos Asirios) y lo sana completamente…

Y la pregunta es: ¿y el ordenamiento de la casa de Ezequías donde quedo?

La respuesta es simple: el ordenamiento de su casa quedó inconcluso. Y eso fue para su ruina.

Vamos al texto…. y les invito a leer los vs. 12 al 19, del mismo capítulo 20

Se nos dice que el Rey Ezequías recibió con gran pompa a embajadores del Rey de Babilonia,  con los que se excedió mostrándole todo lo que había en su palacio para que viesen…. de manera que ante la pregunta de Isaías, Ezequías respondió con aires de vanagloria: “nada quedó en mis tesoros que no les mostrase”

Ezequías tenía un problema con la ostentación y la vanagloria.

Ese era el desorden de su casa que nunca trató.

Jactado por los tesoros de los que tan orgulloso se sentía él se mostró muy seguro de sí mismo ante sus enemigos, lo cual habría de pagar con un alto precio para él y lo que es peor,  su descendencia.

Isaías, que tantas veces le había traído consuelo, ahora le traía una reprensión:   Leamos vs. 17-18

El Rey de Babilonia , cuya alianza procuraba con tanto interés, vendría a ser el gran enemigo que se apoderaría de todos los tesoros de su jactancia… y de sus hijos!

Los pecados de su hijo Manasés, sus idolatrías y violencias serían la causa de tal calamidad… (Cap. 21. 1-17)

Semejante profecía predicha aquí para que se percate de las consecuencias del desorden que acarreaba sobre sí… tendría que haber producido algo en Ezequías….

Y les pido que noten…. lejos de mostrar arrepentimiento ni confesión de su pecado…. en el vs. 19 leemos su respuesta egoísta: “habrá al menos paz y seguridad en mis días”

No procuró el orden de su casa… Sólo importaba él…

Y aunque no murió físicamente perdió la ocasión, la oportunidad, de clamar a Dios para que revisara su vida… y como dice el Salmo 139: 23-24, el Señor le mostrase lo que estaba mal y debía corregir… para su sanidad y resguardo de los suyos

Me pregunto, cuán diferente hubiera sido el fin de este Rey, si el hubiese tratado su vanagloria y ostentación humillándose delante del Señor…

Pero así como le costaba a Ezequías el humillarse, así ocurre hoy en los hijos/as de Dios: cuesta reconocer que hay que ordenar la casa….

Cuesta reconocer que hay otros reyes, aparte de Jesús influyendo la vida.

El rey es alguien que gobierna. El Rey de Babilonia era un rey pagano, idólatra, vano con el cual Ezequias decidió coquetear y lo perjudicó….

Y qué hay del paganismo, del mundo que se ofrece atractivo en lo cotidiano…. que trae desorden, a lo cual el creyente se postra? Cuál será la consecuencia?

Conclusión:

Al principio del sermón te mencioné:  que nada añade más paz que estar en orden delante del Señor, andando en sus caminos, haciendo SU voluntad, agradándole en todo, viviendo en santidad, obedeciéndole…

Y que todo lo contrario es estar en desorden delante del Señor, cuyo resultado es tristeza, turbación de espíritu y frialdad espiritual.

Te hice considerar luego la historia del Rey Ezequías: que siendo

Un rey que siguió a Dios, sin apartarse en nada delante de él;  que guardaba los mandamientos de Dios, de modo que el Señor estaba con él y a donde quiera que salía, Dios le prosperaba….

Aún así su fe es probada… con una enfermedad que lo haría morir.

Y te hice mención de la demanda que Dios hizo a Ezequías en medio de su crisis, de “ordenar su casa”. Lo cual… sería algo que sólo él podría hacer a expensas de Dios.

Y haciendo un paralelismo te enseñe que de igual manera contigo, el Señor no hará nada por ti, de lo que tú sabes es tu deber resolver…

enfatizándote que es…

  1. A ti te toca revisar con cuidado cada aspecto de tu existencia y de tu familia para ver si está de acuerdo con los propósitos del Señor
  2. A ti te toca auto-convencerte de lo que es mejor para tu vida y familia – conforme a lo que enseña la Palabra de Dios y es para tu bien-
  3. Y a ti te toca requerir el pronto auxilio de parte del Señor, el poder de Cristo a tu favor….

Finalmente te narré como Ezequías, aunque tuvo una prolongación de sus años de vida, dejó inconcluso el ordenamiento de su casa y te hice reflexionar como esto fue para su ruina, al tratar el Señor con su dureza su ostentación y vanagloria no rendida a Dios… perdiendo la oportunidad de tratar ante el Señor con lo desordenado de su vida…

Y todo por causa del orgullo, de la falta de humildad.

Hasta aquí te hablado lo que el Señor puso en mi corazón ministrarte; ahora te toca a ti, responder a la misma exhortación que recibió Isaías: “ordena tu casa”

¿Qué vas a hacer?

Dejarás la tarea inconclusa para tu ruina y la de los tuyos? Ó

En esta noche te decides a reveer tu vida y tu casa (hogar, familia, conyugue, hijos) de manera de ordenar lo que tú sabes por el Espíritu Santo de Dios hablando a tu conciencia y a tus pensamientos, que es hora de resolver…

Hoy te desafío a tomar la decisión de ordenar tu casa.

© Daniel Caramutti. todos los derechos reservados.

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