Entendiendo el propósito de la presencia de Dios | Predicas Cristianas
RESUMEN MENSAJE ANTERIOR
La semana anterior que hablamos de la presencia de Dios dijimos que buscar su presencia es cosa seria, que debemos aprender a tratar con lo santo.
Vimos que David aprendió varias cosas acerca de la presencia de Dios cuando quiso transportar el Arca del Pacto a Jerusalén. Entendió que la presencia de Dios debía ser transportada sobre los hombros de los hijos de Dios, hijos que entiendan que su presencia no se puede tocar con nuestra carnalidad, que nuestros programas de iglesia o de familia no van a atraer la presencia de Dios a menos que decidamos morir a nuestra fortaleza y seguridad y nos santifiquemos.
Por no haberse santificado antes de transportar su presencia, Uza que significa fortaleza y seguridad cayó muerto literalmente, enviado un claro mensaje que dice que nos tenemos que desprender de nuestro yo clamando con arrepentimiento por nuestros pecados, los pecados de nuestra familia, iglesia y ciudad y nación, además de vivir en santidad.
De ahí entendimos que Buscar Su Presencia es cosa seria, no es solamente un mensaje más que nos dice cómo podemos mejorar en una nueva área de nuestra vida, sino estamos siendo enseñados, como lo fue David en su momento, a tratar con la santidad de Dios y como se puede vivir en su presencia.
INTRODUCCIÓN
Hoy terminaremos con esta serie de mensajes acerca de lo que significa buscar su presencia, hoy vamos a conocer cual es el propósito de su presencia, de aquí que el título de este mensaje es: Entendiendo el propósito de su presencia.
I. LA PRESENCIA DE DIOS EN NOSOTROS PRIMERO ES PARA ÉL
El propósito de la presencia de Dios en nosotros, primero es para Él, y para entenderlo, acompáñeme a echarle un vistazo a la primera iglesia después de la ascensión de nuestro Señor Jesús al cielo.
Hechos 4:8-13 “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: 9 Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, 10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. 11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.”
Aquí podemos ver tres cosas muy relevantes:
1) Un hombre sanado, era el cojo que estaba a la puerta de la sinagoga llamada “La Hermosa”, que les pidió una limosna a Pedro y a Juan, y Pedro le dijo “Mírame a los ojos, no tengo plata, ni oro, pero lo que tengo te doy, sé sano”, y se levantó y caminó
2) Jesús predicado como única opción de salvación, porque no hay otro nombre en el que podamos ser salvos y
3) La gente notó que ellos habían estado en la presencia de Jesús. Todos en la sinagoga, hombres letrados o ignorantes, ricos o pobres, sacerdotes o gente del pueblo, todos se dieron cuenta de una cosa: Ellos habían estado con Jesús, reconocieron que Pedro y Juan habían estado en la presencia del Hijo de Dios.
De aquí podemos entender que la presencia de Dios en nuestras vidas tiene el propósito de sanar enfermos, echar fuera demonios y de llevar a los pecadores al arrepentimiento para salvación.
Continuemos la labor de Jesús.
Dicho de otra manera, la presencia de Dios en nosotros, tiene el propósito de que continuemos la labor que Jesús dejó pendiente con su partida al cielo:
Lucas 4:18-21 “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;19 A predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”
La presencia de Dios es para liberar a los cautivos, como se lo he venido predicando desde hace seis semanas, la presencia de Jesús en nuestras vidas hace huir a los demonios y lleva al arrepentimiento a los pecadores que están clavados junto a nosotros y los prepara para servir a Dios.
Marcos 5:1-9 y 18-20 “Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. 2 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, 3 que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. 4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. 5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. 6 Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. 7 Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. 8 Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. 9Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.”
“18 Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban. ”
A este hombre los demonios, que eran más de 2,000, le decían lo que debía hacer, le decían que diera voces de día y de noche y que se lastimara con piedras, sobre su cuerpo, sobre su cabeza tal vez, pero cuando vio la presencia de Dios, cuando vio a Jesús poner un pie en la región donde él estaba, los demonios no pudieron seguir dándole órdenes a este hombre y fueron a rescatar su destino, pidieron poder entrar a los cerdos que estaban paciendo cerca de ahí y se despeñaron con ellos, pero este hombre fue liberado, y de inmediato buscó seguir a Jesús y terminó predicándolo.
Impregnados de su presencia.
¿Puede verlo, mi amados? Para esto necesitamos la presencia de Dios en nosotros, para ir impregnados de la nube de su presencia y que la gente a nuestro alrededor se quebrante ante su pecado, deje de justificar su pecado y los demonios que los invaden huyan, sean liberados y decidan seguir a Jesús y predicarlo.
II. LA CONSECUENCIA DE BUSCAR SU PRESENCIA
La consecuencia de buscar su presencia en nuestras vidas es que seremos bendecidos. Se acuerda que la semana pasada le conté que después de la muerte de Uza, David dejó el arca en la casa de Obed-edom geteo, mire la consecuencia para Obed-edom.
1 Crónicas 13:13-14 “Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino que la llevó a casa de Obed-edom geteo. 14 Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom, y todo lo que tenía.”
La presencia de Dios estaba en casa de Obed-edom y Dios bendijo al hombre de la casa y a toda su familia y a todo lo que tenía, solo porque la presencia de Dios estaba ahí.
Obed-edom servía a Dios y David bendecía su casa.
1 Crónicas 16:37-38 y 43 “Y dejó allí, delante del arca del pacto de Jehová, a Asaf y a sus hermanos, para que ministrasen de continuo delante del arca, cada cosa en su día; 38 y a Obed-edom y a sus sesenta y ocho hermanos; y a Obed-edom hijo de Jedutún y a Hosa como porteros. 43 Y todo el pueblo se fue cada uno a su casa; y David se volvió para bendecir su casa.”
Obed-edom recibió las bendiciones de tener la presencia de Dios en su casa, si, pero él le servía de continuo, además era músico también para Dios.
Y al final dice que David se fue a su casa lleno de la presencia de Dios y se fue a bendecirla, porque un hombre lleno de la presencia de Dios solo puede bendecir su casa.
III. NO HAY ATAJOS PARA ENCONTRARNOS CON SU PRESENCIA
Amado, no hay atajos para encontrarnos con su presencia, la gloria de Dios viene cuando, quebrantados y arrepentidos, caemos de rodillas, porque su presencia requiere pureza, cuando morimos a nuestra grandeza y seguridad en nosotros mismos, cuando dejamos de buscar sus bendiciones por encontrarle a Él, cuando dejemos de alejarnos de su presencia financiados por sus propias bendiciones que nos da, cuando desechamos nuestra gloria para limpiar sus pies de la inmundicia de nuestras acciones con nuestras lágrimas de amor y gratitud por Él, cuando no huimos de su presencia temerosos de lo que pueda ocurrirnos, sino que nos introducimos en esa oscuridad que da la intimidad para ver sus rostro.
Que quiere Dios que hagamos con su pueblo.
Joel 2:12-17 “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. 13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. 14 ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios? 15 Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. 16 Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. 17 Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?”
Aquí el Señor nos dice lo que necesitamos hacer de continuo para contar con su presencia de continuo.
Necesitamos convertirnos a Dios de todo corazón, con ayuno, lloro y lamento, arrepentidos de nuestro pecado, arrepentidos de no buscarle, arrepentidos de los pecados de mi familia, mi iglesia, mi ciudad y mi nación, reunir al pueblo cada domingo, convocar al anciano y al niño, que todo el pueblo entienda que no debe haber otra cosa más importante que congregarse en la iglesia y en las casa y buscar todos su presencia, imagínese, quiere que el novio y la novia, salgan de donde están y se congreguen, que los sacerdotes lloremos (y los sacerdotes somos todos) para que Dios perdone a su pueblo y no permita que siga viviendo en el oprobio, que significa la vergüenza de que la gente dice: ¿Dónde está su Dios? La vergüenza de no vivir en la bendición de la presencia de Dios.
Que promete Dios hacer por nosotros.
Joel 2:18-27 “Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo. 19 Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones. 20 Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas. 21Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. 22 Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. 23 Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. 24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite. 25 Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. 26 Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. 27 Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.”
Dios quiere que su presencia esté con su pueblo de continuo, convirtámonos en buscadores profesionales de su presencia.
© Luis David Meza. Todos los derechos reservados.