Negándome para seguir a Jesús | Predicas Cristianas
INTRODUCCIÓN
La semana pasada compartimos el tercer mensaje de la serie en la que estamos conociendo más a Jesús y entendiendo mejor lo que significa su cruz.
Conocimos que cuando Jesús dice: “El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí”, nos hace saber que Jesús anhela que su sacrificio en la cruz haya valido la pena en todos nosotros.
Ser dignos de su sacrificio significa ser merecedores de ese sacrificio. Entendimos que tomar nuestra cruz significa identificarnos con Cristo públicamente y estar dispuestos a soportar sacrificios y sufrimientos por su causa.
Mateo 10:37-39 “El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. 39 El que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará.” (NVI)
Que el amor por nuestros padres o nuestros hijos no debe estar por encima de nuestro amor a Jesús, que el amor por nuestros seres queridos no nos debe apartar de seguir a Jesús y servirlo.
Y comprendimos que seguirlo significa ir delante de él proclamando el reino de Dios.
Lucas 9:59-60 “A otro le dijo: —Sígueme. —Señor —le contestó—, primero déjame ir a enterrar a mi padre. 60 —Deja que los muertos entierren a sus propios muertos, pero tú ve y proclama el reino de Dios —le replicó Jesús.” (NVI)
Entendimos que él los enviaba de dos en dos a anunciar que Jesús vendría detrás de ellos, ahora él nos pide lo mismo, que vayamos de dos en dos a anunciarlo a él, pero ahora debemos mostrarle al mundo que él viene en nosotros, ya no viene detrás, sino en nosotros, para que el mundo crea que el Padre lo envió y que él nos envió a ellos, para que se conviertan de sus malos caminos y Jesús los salve.
Por eso en esta casa los preparamos para enviarlos de dos en dos, con autoridad y unción a anunciar el reino de Dios.
Entonces la semana pasada entendimos que si queremos ser dignos del sacrifico de Jesús en la cruz, debemos tomar nuestra cruz y seguirlo. Hoy quiero que conozcamos como tomar esa cruz y seguirlo, acompáñeme a la Escritura por favor.
Mateo 16:24-25 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”
Para tomar nuestra cruz y seguirlo debemos tomar dos decisiones: La primera, querer seguirlo y la segunda, negarnos a nosotros mismos. De aquí que el mensaje de hoy lleva por título: Negándome para seguir a Jesús.
I. NIÉGUESE A SUS SUEÑOS POR HACER LOS DE DIOS
Este versículo añade dos elementos más, añade querer venir en pos de Jesús, que significa que no solo entendemos que debemos seguirlo, sino que debemos querer ser sus discípulos y seguirlo, usar nuestro libre albedrío para seguirlo.
Cuando tú decides querer ser su discípulo y seguirlo, entonces aparece el otro elemento que añade este versículo que es: Niéguese a sí mismo. La Traducción al Lenguaje Actual lo explica muy bien.
Mateo 16:24-26 “Luego Jesús les dijo a sus discípulos: Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a cargar su cruz y a hacer lo que yo les diga. 25 Si sólo les preocupa salvar su vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mi causa, entonces se salvarán.” (TLA)
Dice, si quiere seguir a Jesús, tiene que olvidarse de hacer su voluntad y hacer lo que Jesús les diga. Si se deciden a dar su vida por su causa, entonces encontrarán su vida.
Proclamar el reino de Dios debe ser nuestra prioridad.
Uniendo esto con el mensaje de la semana pasada podemos entender, que si queremos ser dignos del sacrificio de Jesús debemos poner como prioridad proclamar el reino de Dios y hacer la voluntad de Jesús, antes de querer hacer lo que está en nuestro corazón.
Nuestros sueños van detrás.
Le explico: Yo mismo le he predicado que los sueños que usted tiene en el corazón, son los sueños de Dios en usted y que debe ir tras la conquista de esos sueños, pero la manera correcta de alcanzar esos sueños, es tener como prioridad proclamar el reino de Dios, anunciar el evangelio de la cruz y hacer la voluntad de Jesús y entonces sus sueños y sus anhelos podrán ser conquistados.
No se trata de olvidarte de tus sueños, se trata de pasarlos al segundo lugar en tus prioridades, si pasas a segundo término tus sueños y pones como prioridad el proclamar el evangelio de la cruz de Jesús, entonces tus sueños serán conquistados.
El reino de Dios funciona al revés.
En lo natural si usted come se le quita el hambre, si usted duerme se le quita el sueño, y si usted se desenfoca de sus sueños no los conseguirá, pero en Cristo, si usted come más de la Escritura, más hambre tendrá por su palabra, si usted bebe de su presencia, más y más sed tendrá por estar delante de su presencia, y aquí viene la explicación, y si usted se desenfoca de sus sueños por enfocarse en la proclamación del evangelio, entonces usted conseguirá sus sueños.
Mateo 6:32-33 “Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Primero buscas lo de él y obtienes todas las cosas que estén en tu corazón.
II. NIÉGUESE A LAS RIQUEZAS DE ESTE MUNDO Y LAS OBTENDRÁ
Otro aspecto que Jesús nos enseña que debemos poner en segundo término, es la necesidad de riquezas materiales.
Marcos 10:17-22 “Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.”
Primero quiero distinguir que este era un hombre respetuoso de Dios, pues postró su rodilla en tierra delante de Jesús. Él le pregunta por ganar la vida eterna y Jesús después de hablarle de los diez mandamientos lo manda a vender todas sus posesiones, para que pueda tomar su cruz y lo pueda seguir.
Jesús no está enseñando acá que ser pobre es la única manera de seguirlo, todo lo contrario, lo vamos a ver más adelante, lo que Jesús está enseñando es acerca de prioridades. Jesús conocía el corazón de este joven, y sabía que en su corazón, sus posesiones materiales era lo único que estaba por encima del amor a Dios para poder seguir a Jesús.
Sigamos leyendo y aprendiendo.
Marcos 10:23-27 “Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.”
Jesús dice que les será muy difícil a los que confían en las riquezas poder vivir en el reino de Dios, eso incluye el cielo y la tierra. Más adelante se lo demuestro.
Jesús no dice que los ricos no pueden entrar, sino habla de aquellos que confían en sus posesiones materiales más que en seguir a Jesús, y esto significa que puede haber gente pobre que no puede entrar a vivir las bendiciones que hay al reino de Dios aquí en la tierra, porque confía en sus poquitas posesiones o piensa que si tuviere más posesiones entonces el reino de Dios estaría en él.
Explicación de la parábola del camello y el ojo de una aguja.
En las puertas de Jerusalén había unos hoyos en forma de óvalo llamados “ojos de aguja” por su parecido con el ojo de una aguja. Y cuando cerraban la ciudad a las 6 de la tarde, si llegaba algún comerciante, para poder entrar con sus camellos que venían cargados de cosas valiosas en sus lomos, éstos debían ser despojados de ellas y debían hacerlos arrastrarse por ese hueco, y siendo el camello uno de los animales más testarudos, esa labor era muy difícil pero no imposible, sin embargo, lo que si era imposible era querer meterlos por ese hueco con todo y cosas, sin despojarlos de su valiosa carga. Y Jesús está diciendo eso, si una persona no se quita de encima sus cosas valiosas, sean pocas o sean muchas, no podrá entrar y vivir en el reino de los cielos aquí en la tierra.
Jesús está hablando de cual es tu prioridad en la vida, las posesiones materiales o seguir a Jesús proclamando su reino.
Marcos 10:28-31 “Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.”
La palabra dejado en el original griego es la palabra ἀφίημι (Aphiemi) que significa dejar atrás, entonces Jesús está diciendo que quien deje atrás todo en su corazón por seguirlo a él a predicar el evangelio, la consecuencia es que recibirá en esta vida cien veces más de lo que puso en segundo término, y cuando muera la vida eterna.
Recibirás cien veces más.
Ya ve como Jesús no está hablando de ser pobre, pues alguien que deja una cosa y recibe cien veces más de es misma cosa, no puede ser pobre. Si usted tiene un trabajo donde gana un sueldo de 5,000 pesos, pero en su corazón siempre está primero proclamar el evangelio aun antes de la preocupación por su trabajo, si su trabajo no lo aparta de servir a Jesús anunciando la cruz, Jesús dice que usted merecerá cien veces más, o sea 500,000.
Si usted deja en segundo término a su familia por amar a Dios y servirlo, usted recibirá cien veces una mejor familia.
Jesús no vino a poner a pelear a la familias o a desatenderlas, lo que dice es que no sea tu familia quien te aleje de proclamar el evangelio y seguir a Jesús y si tú sigues a Jesús, tu familia vivirá cien veces mejor, serás cien veces un mejor esposo, tu esposa será cien veces mejor de lo que hoy es, tus hijos tendrán cien veces más y mejores oportunidades en la vida.
Jesús está hablando que si usted viene en pos de él, se niega a si mismo, toma su cruz y lo sigue, proclamando el evangelio de la cruz, usted tiene derecho a recibir en esta vida cien veces mejores relaciones familiares y de todo tipo y también cien veces mejores cosas materiales, en esta vida y en al morir, la vida eterna, el cielo.
Esto hace sentido con este versículo:
Lucas 8:8 “Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.”
Dar fruto es convertirse en un discípulo de Jesús y anunciar las buenas nuevas eso es dar fruto al ciento por uno, es sembrar uno y recoger cien, dejar uno y recibir cien.
Aprendamos a oír la palabra de Dios.
Por otra parte usted tiene que aprender a oír la palabra de Dios. Muchos han oído esta palabra, sirven por un tiempo, pero como no ven que suceda lo que Jesús prometió, dejan de servirlo. Aquí está lo que le sucede a estas personas:
Hebreos 4:2 “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.”
Debemos aprender a oír su palabra acompañada de fe, por que dice la Escritura que la fe produce paciencia y la paciencia esperanza y la esperanza no avergüenza. Así que si usted tiene mucho tiempo que no recibe lo prometido, póngase a servir a Jesús o siga sirviendo a Jesús, escuche la palabra con fe y crea hasta que lo reciba.
Será con persecuciones.
Por último quiero enseñar que Jesús dice que recibiremos cien veces más con persecuciones que significa, con sacrificio, oposición, dificultades, para que no nos vayamos a equivocar y queramos seguirlo y servirlo solo por las bendiciones, sino que sea por un amor desinteresado pero entendido, de que Dios te diseñó como su hijo para que le sirvieras en su viña, y fueras heredero de todo lo suyo y eso incluye las posesiones materiales.
MINISTRACIÓN
Sus sueños y sus riquezas póngalas detrás de seguir a Jesús y servirle, únase a proclamar el reino de Dios, venga y sea lanzado de dos en dos a predicar la cruz de Jesús y todo lo que deje por ello usted y su familia recibirán cien veces más.
© Luis David Meza. Todos los derechos reservados.