Jesús es nuestro refugio

Jesús es Nuestro Refugio Verdadero

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Jesús es Nuestro Refugio Verdadero | Predicas Cristianas

Introducción

Amados hermanos y hermanas, a pesar de cómo están las cosas hoy en el mundo, a pesar de las noticias que nos bombardean constantemente, a pesar de las enfermedades que nos acechan, hay una palabra poderosa de parte de Dios para ti hoy: “Yo estoy contigo, soy tu refugio en el nombre de Jesús.”

En el libro del profeta Isaías, encontramos una profecía hermosa acerca de lo que sería Cristo, nuestro Salvador. Isaías 32:2 nos lo describe de una manera maravillosa: “Y será aquel varón como escondedero contra el viento, como refugio contra el turbión, como arroyos de aguas en tierras de sequedad, y como sombra de gran peñasco en tierras calurosas.” 

¿Qué es un refugio? Todos entendemos que un refugio es un lugar para estar resguardados. Es un lugar donde te escondes cuando hay un temporal o un problema grave. Pensamos en refugios en tiempos de guerra, o esos refugios nucleares de los que se habla, lugares donde uno se esconde y queda resguardado de todo lo que sucede fuera. 

En un refugio, los temores quedan afuera, quedan al exterior. Y es que, últimamente, el mundo parece empeñado en bombardeamos con noticias que nos incitan al temor. Nos meten miedos sobre la enfermedad, sobre si lo lograremos o no, sobre la economía que parece incierta, sobre las guerras y todo lo que está pasando. El mundo te ofrece temores para que no avances, para que te acobardes.

Pero la Palabra de Dios tiene una respuesta contundente a todos esos temores. Si investigamos la Biblia, la frase “No temas”, “No temáis” o “No temerás” aparece ¡365 veces! Esto significa que para cada día del año, la Biblia tiene un “No temas”. Hoy, Dios te dice: ¡No temas! A pesar de lo que esté sucediendo, a pesar de que no sepas qué va a pasar, Dios te dice: “No temas, iglesia del Señor.” El poderoso gigante está contigo. Es una promesa que Dios tiene para ti.

I. Cristo es el Refugio Verdadero

En Israel, el concepto de refugio se entendía muy bien. Y precisamente, en los primeros libros de la Biblia, encontramos algo que Dios les mandó hacer cuando comenzaron a establecerse en Canaán: construir seis ciudades de refugio.

Estas ciudades tenían un propósito específico: eran para aquellos que, accidentalmente, mataban a alguien (lo que se conocía como homicidio imprudente). Bajo la ley de “ojo por ojo“, el pariente cercano del fallecido tenía derecho a vengarse, a matar al que había causado la muerte. Si alguien cometía un homicidio accidental, debía huir rápidamente a una de estas ciudades de refugio. Se dice que no había más de 50 km de distancia entre ellas para que pudieran ser alcanzadas. Al llegar a la puerta de la ciudad, un sacerdote o levita le permitía entrar, y una vez dentro, los perseguidores se quedaban fuera. ¡Estaba refugiado!

Hermanos, en el mundo corremos peligro. Pero quiero que sepan que Cristo es el refugio verdadero que nos libra del ataque del enemigo. Y lo maravilloso es que cada una de esas seis ciudades de refugio, cuando miramos su significado en hebreo, nos habla de un aspecto de nuestro refugio en Cristo.

Veamos estas ciudades y lo que significan para nosotros hoy:

a. Cedes: Esta es la primera ciudad.

Cedes significa “Lugar santo” o “santidad”. Esto nos enseña algo fundamental: para ser santificados, debemos entrar a Cristo. El único refugio de santidad es Cristo. Fuera de Cristo, no tenemos nada; si quieres ser justificado, es en Él. Cristo es un refugio para los pecadores. Aquel que se siente sucio por el mundo, manchado por el pecado, sepa que hay una puerta abierta en Cristo para ser santificado y justificado. Fuera de Él no somos nada.

b. Siquem: La siguiente ciudad se llama Siquem.

¿Qué significa Siquem? Significa “Hombro”. ¡Cuánto nos hace falta a veces un hombro! Un hombro donde llorar, donde apoyarse cuando estás cansado. La Biblia dice: “Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:7) La palabra “echar” en griego, que es el idioma del Nuevo Testamento, se usaba para describir la acción de poner los vestidos o cargas sobre los asnos para transportarlos.

El asno es símbolo de humildad y mansedumbre. Y Cristo dijo: “Yo soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). Cristo tiene los hombros muy grandes. Tiene hombros lo suficientemente fuertes para llevar tus cargas, tus problemas, tus preocupaciones y tus ansiedades. Él es un refugio para los que están cansados, trabajados y fatigados. Si necesitas descansar, si estás lleno de ansiedades, confiesa al Señor que no puedes más. Él recogerá esas ansiedades. Él es el buen pastor que da su vida y puede recoger tus ansiedades.

c. Hebrón: La tercera ciudad es Hebrón.

El significado de Hebrón en hebreo es “Comunión”. ¡Qué importante, hermanos, estar refugiados en la comunión con Cristo! A pesar de lo que estemos pasando, Dios nos dice: “Ponte en asociación con el Padre, con el Hijo, con el Espíritu Santo”.

Necesitamos vivir una vida de oración constante y estar en comunión a través de la lectura de las Escrituras. En la comunión con Él, vamos a hallar descanso. Algo que me impactó es que la ciudad de Hebrón estaba rodeada de olivares. De los olivos sale la aceituna, de donde se extrae el aceite. Esto nos enseña que si queremos transmitir unción al pueblo, si queremos ser de bendición, debemos ponernos en comunión con Dios. Para tener unción, busca esa comunión en la oración, en la Palabra, ayunando o haciendo el bien a un hermano.

d. Beser: El siguiente refugio es la ciudad llamada Beser.

¡Me encanta su significado! Beser significa “Fortaleza”. Una fortaleza es un lugar estratégico donde los soldados vigilan y están preparados. Hermanos, el enemigo quiere quitarnos las fuerzas. Nos dice que no valemos, que no podemos, que no lo lograremos. ¡Pero reprendemos todo plan satánico! El único que nos fortalece es Cristo. La Biblia lo dice claramente: “Todo lo puedo en Cristo porque él me fortalece” (Filipenses 4:13).

La palabra griega para fortaleza aquí es “endunamo”, (ἐνδυναμόω) que significa una fuerza que sale de dentro. Si has nacido de nuevo, el Espíritu Santo vive en ti, y es Él quien te fortalecerá. Si necesitas fortaleza, acude al Espíritu Santo. Estamos refugiados en Cristo para tener fortaleza contra los planes satánicos, el pecado y las dudas. ¡Nuestra fortaleza está en Cristo!

e. Ramot: La penúltima ciudad se llama Ramot.

¿Qué significa Ramot? Significa “Altura”. Es cierto que el enemigo quiere que miremos al suelo, que estemos arrastrados por los problemas y las enfermedades, que no levantemos cabeza. Pero quiero decirte hoy que Cristo es el que nos va a levantar a las alturas. Nos levantará a las alturas de la bendición, a las alturas donde la iglesia va a progresar. Nadie más, ni la familia, ni la economía, ni nadie, puede levantar tu ánimo como lo hace Cristo. Cristo es el que te va a fortalecer para levantarte. Aunque caigamos por los problemas, Cristo es el único que nos fortalece para ponernos de pie.

f. Golán: Y llegamos a la última ciudad de refugio, Golán.

Golán significa “Gozo”. ¡Aleluya! Solo en Cristo podemos alcanzar el gozo. El apóstol Pablo dijo: “Estad siempre gozosos en la esperanza”. La iglesia, se goza en la esperanza. A pesar de los problemas, a pesar de lo que sucede, nos gozamos. ¿Por qué? Porque en Cristo hay esperanza. ¿En qué nos gozamos? En que Él prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo. Esta es nuestra esperanza: Cristo está contigo a pesar de todo.

También nos gozamos en la esperanza de que Él está preparando moradas en el cielo y que un día veremos a nuestros seres queridos. ¡Persevera en esa esperanza! El mundo no entiende cómo podemos tener gozo o una sonrisa en medio del dolor. Es por la esperanza de gloria y bendición que tenemos en Cristo. Cristo es nuestro gozo. ¡Refúgiate en Él!

II. Refugiados Bajo Sus Alas (Bajo Su Manto)

Hemos visto cómo las seis ciudades de refugio nos señalan a Cristo en diferentes aspectos de su carácter y obra a favor nuestro. Pero hay otra hermosa ilustración de refugio en la Palabra de Dios. El Salmo 17:8 dice: “Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas.” ¡Qué refugio tan perfecto es estar escondido bajo la sombra de Sus alas! 

Investigando la palabra “alas” en este texto, descubrí que en hebreo es “Canaf”, y no significa unas alas de ave, sino “manto”. Está hablando del manto de oración que Dios mandó a Israel usar (Éxodo) y que todavía hoy utilizan. Estar refugiado bajo Sus alas/manto significa estar refugiado en la oración.

Este manto tiene detalles simbólicos importantes. En cada esquina del manto hay cuatro flecos, llamados Tzitzit. Cada fleco tiene ocho hilos. Y estos hilos están anudados con cinco nudos. Si sumas el valor numérico de “Tzitzit” (600) más los 8 hilos y los 5 nudos, obtienes 613. Este número, 613, representa la ley y los preceptos que Israel debía guardar. Al mirar esos flecos, se recordaban la ley de Dios, Sus mandamientos y las promesas contenidas en ellos. Refugiarse en Sus alas, bajo Su manto, es refugiarse en la oración y en Su Palabra, porque en ella hay promesas.

Lo más impresionante es que a cada uno de los cinco nudos se le da un nombre de Dios.

  • El primer nudo (el de arriba) le llaman El Shadai, que significa Dios Todopoderoso. Recordaban cómo sacó a Israel de Egipto con mano fuerte.
  • El segundo nudo se llama Jehová Sebaot, el Dios de los ejércitos, porque peleó contra los ejércitos de Faraón.
  • El tercer nudo (el del medio) es Jehová Nishi, que significa El Señor es nuestra bandera, porque fue delante de Israel y abrió el Mar Rojo.
  • El cuarto nudo es Jehová Jiré, Dios nuestro proveedor, recordando cómo proveyó el maná en el desierto.
  • Pero el último nudo, ¡este me impresionó! Se llama Jehová Rafa, que significa El Señor es nuestro sanador. 

¿Recuerdan la historia de la mujer con 12 años de enfermedad? Ella se acercó a Jesús y tocó el borde de su manto. Lo que algunos teólogos sugieren es que ella no solo tocó el borde, sino que se fijó en ese último nudo, en Jehová Rafa, el Sanador. Ella sabía a dónde tenía que ir para ser sanada; sabía que al refugiarse en Cristo, tocando ese nudo, Dios la sanaría porque creía en esa promesa. 

Hermanos, refúgiate en Cristo, porque en Él hay promesas. Hay promesa de salvación. Hay promesa de ayuda si la necesitas. Hay promesa si tu economía va mal. Y si hay enfermedad, ¡refúgiate en Él! Jehová Rafa, el Señor es nuestro sanador. Hay promesas para ti en Cristo. 

Conclusión 

Hemos recorrido varios aspectos de lo que significa tener un refugio, desde las ciudades de Israel hasta el manto de oración y sus promesas. Y todo esto nos lleva a una verdad central: ¡En Cristo estamos refugiados!

Jesús es nuestro refugio. No lo es la familia, ni la economía, ni el trabajo. Jesús es tu refugio. Y Jesús es el refugio de este lugar, de Luanco. 

Que Jesús sea tu refugio. Que Jesús sea nuestro refugio. Refúgiate en Él hoy y siempre. Amén.

© Jonathan Montoya Gabarres. Todos los derechos reservados.

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Jonathan Montoya Gabarres
Autor

Jonathan Montoya Gabarres

Soy pastor de la denominación Filadelfia, España. obrero de la iglesia evangélica Filadelfia de Avilés, Asturias

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