Jesús es nuestra bandera

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Jesús es nuestra bandera | Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: “Y me llevó a la casa del banquete y su bandera sobre mí fue amor” Cantares 2:4

Introducción

Amados hermanos y hermanas en el Señor, 

Hoy nos adentramos en un pasaje muy conocido del Cantar de los Cantares que declara: “Me llevó a la casa del banquete y su bandera sobre mí fue amor”. ¡Aleluya! Que la Palabra del Señor sea una gran bendición para todos nosotros en este día. 

El libro del Cantar de los Cantares, como sabéis, tuvo dificultades para ser incluido en el canon bíblico. Los rabinos dudaban si debía formar parte de las Escrituras, principalmente por su lenguaje de amor entre un amado y una amada y porque no aparece el nombre de Dios explícitamente en él. En los primeros concilios, hubo mucha duda al respecto. Sin embargo, a pesar de los intentos de silenciarlo o de las dudas sobre su lugar, Dios decidió que este libro estuviera en la Biblia.

Esto me lleva a reflexionar, amada iglesia del Señor: muchas veces, el mundo, las dificultades, e incluso personas, dudarán de ti, de quién eres en Cristo, de tu fe. Querrán hacerte daño. Pero si eres un instrumento en las manos de Dios, si eres un pensamiento de Dios, Sus propósitos se cumplirán en tu vida tarde o temprano. No importa lo que la gente diga; el único que debe hablar es Cristo en ti, y es Dios quien llevará a cabo Sus propósitos. Así como dudaron de este libro y lo echaban de lado, pero fue Dios quien decidió su lugar, así Dios ha decidido tu lugar en Su obra.

La Casa del Banquete: Lugar de Descanso y Producción 

El versículo dice: “Me llevó a la casa del banquete”. Algunas traducciones lo llaman la “casa del vino”. Investigando un poco, se sabe que la casa del vino o casa del banquete era un lugar donde los trabajadores de la vendimia iban para descansar, comer y reponer fuerzas antes de continuar su labor. 

Esto nos habla de lo que Dios nos ofrece. Dios nos da descanso. Es cierto que venimos con fatigas, problemas y ansiedades. La palabra griega para “trabajados” significa sentir fatiga, estar realmente agotados. ¿Cuántos de nosotros nos sentimos fatigados, ansiosos, sin saber qué pasará?. Hoy, Dios te llama a la intimidad con Él para encontrar descanso. En la intimidad con el Espíritu Santo, encontrarás descanso de tus problemas y de todo lo que está sucediendo. ¡Ven a la intimidad con Dios para hallar ese descanso!. 

Pero la Casa del Vino no era solo un lugar de descanso. También era donde se almacenaba y producía el vino. Allí se guardaba todo el vino producido para luego distribuirlo. Esto nos enseña que, estando en la intimidad con el Señor, vamos a hallar fruto. Darás fruto para beneficio de la iglesia y para que otros sean bendecidos. Si deseas producir, dar fruto en bendición, debes estar en la intimidad con Dios. No hay otra manera: estar en intimidad con Él, con Su Palabra, en oración, cada día. Dios te demanda: “Ven a la intimidad en el nombre de Jesús”. 

Su Bandera Sobre Mí Fue Amor: Símbolos de Identidad y Conquista 

El versículo continúa diciendo: “y su bandera sobre mí fue amor”. Una bandera es un símbolo de pertenencia, un símbolo de identidad. Identifica un lugar, un grupo, como las banderas de ciudades, regiones o naciones. Una bandera dice que hay identidad y que alguien ha conquistado ese lugar para que la bandera ondee allí.

I. La Bandera del Amor: Conquista por Redención 

La primera bandera que vemos aquí es la bandera del amor. Como dijimos, una bandera es un símbolo de conquista y pertenencia. ¿Cómo nos ha conquistado el Señor? Nos ha conquistado en la cruz. Allí, Él nos hizo Suyos. ¿De qué manera? Por medio de la redención. La redención significa pagar un precio para ser rescatado.

El Señor nos ha rescatado del mundo. Nos ha rescatado de lo que merecíamos, que era la condenación, el infierno, la pobreza espiritual. Pero en la cruz, Dios se entregó por ti y por mí para que hoy tengamos redención y libertad.

Esto me recuerda los mercados de esclavos de antaño. Había diferentes formas de comprar esclavos. Una era comprar a alguien para que trabajara forzosamente en tus tierras, sin voluntad propia ni derechos. Otra era comprar un esclavo para luego revenderlo a otros, como hicieron con José, quien fue vendido por sus hermanos a los ismaelitas y estos lo vendieron a Potifar en Egipto.

Pero Cristo no ha hecho eso con nosotros. No nos ha revendido al mundo ni nos ha hecho Sus esclavos de una manera que nos impida hacer nada. Él nos ha liberado. La palabra griega para redención significa pagar el precio, ¡pero ser libre!. Imagina ir a un mercado de esclavos, pagar el precio por uno y decirle: “Mira, vete con tu familia, eres libre. No quiero que vengas conmigo. Vete con los tuyos”.

Y la historia cuenta que muchas veces, esos esclavos, no se sabe por qué, tenían algo tan profundo que decidían seguir a quien los había liberado. Decían: “No, ya que has pagado el precio, yo decido seguirte. Decido ir contigo. Decido ser esclavo tuyo”. Esto es lo que Cristo ha hecho con nosotros. Nos ha hecho libres con Su sangre. ¡Pero nosotros hemos decidido seguir a Cristo!. No hemos decidido seguir al mundo, hemos decidido seguir a Cristo en Su nombre. ¿Cuántos han decidido seguir a Cristo? ¡Amén!. 

Si eres de Cristo, esta es tu conquista. La conquista que Dios ha hecho contigo es por medio de Su sangre. Esta es la primera bandera: la bandera del amor, de conquista. Él nos ha conquistado con Su sangre. 

II. El Estandarte: Identidad Real y la Imagen de Dios 

¿Qué más vemos como bandera? Existe un tipo de bandera llamada estandarte. No es como las banderas comunes, sino un palo que se lleva verticalmente. Se solía llevar en marchas militares donde el rey estaba presente. Quien portaba el estandarte y todos los que lo seguían se identificaban con la casa real, con la realeza, cuyo escudo estaba dibujado en el estandarte. 

¿Qué significa esto para nosotros? Si eres un hijo de Dios, estás portando la imagen real de Dios en tu vida. Eres heredero de Sus riquezas. Hay mucha riqueza espiritual disponible para ti. Ese estandarte dice: “Eres un hijo del Dios rey, del poderoso Rey”. Por eso, no te sientas triste, solo, vacío, o que no vales nada. ¡Eres hijo del Rey de Reyes!. 

Pero al llevar ese estandarte, también llevamos la imagen real. Surge la pregunta: ¿Los demás ven en ti que eres un hijo de Dios?. ¿Das la imagen de ser un hijo de Dios? Cuando te ven tus vecinos, familiares, amigos, en el trabajo, ¿perciben que eres hijo de Dios?. Si eres hijo de Dios, debes mostrar la verdadera imagen de un cristiano. 

La Palabra dice que Jesús era la “forma” del Dios invisible (Colosenses 1:15). La palabra “forma” en griego εἰκών (eikōn) significa “molde”. Y la figura que sale de un molde es la imagen más nítida y real. Así debemos ser nosotros: la imagen más nítida y verdadera de Dios en nuestra vida. Debes ser imagen de Dios en el nombre de Jesús. Hemos visto que el estandarte representa nuestra identidad real como parte de la realeza divina y la necesidad de reflejar la imagen de Dios. 

III. La Bandera de Posicionamiento: Dios Contigo en la Batalla

Hay otra bandera que se usa en las batallas y las guerras. Imagina a un soldado desorientado en medio del caos de una batalla, sin saber dónde están sus compañeros. El capitán del ejército levanta una bandera específica para ellos. Cuando ese soldado desorientado o herido ve esa bandera, sabe que el capitán está con él y sus compañeros. Se reagrupan allí para recuperar fuerza.

¿Qué nos enseña esto? En medio de tus luchas, de tus guerras, Él está contigo. Aun cuando no lo veas, aun cuando te sientas herido, con cicatrices, con problemas, sin saber qué sucede y no ves a Dios por ninguna parte. En esos momentos, Dios está más a tu lado que nunca. Él está contigo. Cuando no lo veas, Él levanta esa bandera de posicionamiento en las guerras porque Él lucha tus batallas. Él está a tu lado en tus problemas. Es una promesa: Él estará con nosotros. Por eso, iglesia, en tus peores batallas, Él está a tu lado, aun cuando no lo veas.

IV. La Bandera Azul: Santidad y Limpieza

Hay otra bandera que solemos ver, especialmente en las playas: la bandera azul. Cuando llegas a una playa y ves la bandera azul con un dibujo, indica que en ese lugar hay limpieza. No verás basura, ni suciedad.

Esto es porque lo que Dios quiere es limpieza. Lo que Dios quiere es santidad, una vida de santidad. Piensa: si vas a una playa sucia, llena de desperdicios, ¿qué haces? Te vas a otra playa, ¿verdad?. Dios es similar. Dios trabaja donde hay limpieza. Dios trabaja donde hay vida de santidad. Si deseas que Dios trate contigo, que Dios te use, vive una vida de santidad. La iglesia necesita santidad en el nombre de Jesús. Por eso, esta bandera nos habla de santidad. 

V. La Bandera Pirata: Peligro en los Límites del Enemigo 

Hay una bandera que todos conocemos: la bandera negra con la calavera, la bandera de los piratas. ¿Qué hacen los piratas? Cuando ven otro barco, lo abordan, roban todas sus pertenencias, y a menudo se quedan con el barco, dejando a los demás sin nada.

Esto se ilustra con la noticia sobre los piratas somalíes. Cuando veían barcos mercantes, pesqueros o petrolíferos pasar cerca de sus costas (sus límites), iban tras ellos, le quitaban todo al capitán, se quedaban con el barco y los dejaban sin nada. ¿Por qué ocurría esto? Por andar en los límites que el enemigo (los piratas, en este caso) controlaba.

Esto es una advertencia espiritual: No andes en los límites que quiere el enemigo. El enemigo quiere quitarte todo lo que tienes de Dios. Su palabra dice que el enemigo anda como león rugiente, buscando a quién devorar. ¡Es hora de ir por los mares de Dios!. Hay mucho mar en Dios. No permanezcamos en los límites que el enemigo desea. ¡Que el Señor reprenda al enemigo en el nombre de Jesús!. Vamos a andar en los límites que quiere Dios.

VI. La Bandera Gitana: Cielo, Esperanza y Movimiento

Hemos hablado de una bandera que nos identifica. Consideremos la bandera gitana. Sus colores, azul y verde, y la rueda, tienen un significado. 

El primer color es el azul, que podemos comparar con el cielo. Nos llama a mirar a las cosas de arriba a pesar de las situaciones. En medio del dolor, el Señor te dice: “Mira las cosas de arriba, mira lo que está escrito en mi palabra”. A pesar de las dificultades, mira a Cristo, pon tu mirada en Él. En las alturas están Sus promesas, Su palabra, todo lo que Él te ofrece. ¡Mira a las cosas de arriba!. 

También está el color verde, que todos asociamos con la esperanza. La Palabra dice: “Estén gozosos en la esperanza”. ¿Qué esperanza tenemos? La esperanza de que un día le veremos. Esa es la esperanza que ha depositado en nosotros: Él prometió que regresaría, ¡y Él regresará!. Otra promesa de esperanza es que Él estaría con nosotros hasta el fin del mundo. Por eso, amada iglesia, ten esperanza a pesar de las situaciones. Hay esperanza de promesas para ti. Sigue avanzando, que nada ni nadie te haga dudar o caer; hay esperanza en Jesús.

Por último, en esta bandera hay una rueda. La rueda nos habla de caminar, de ser un caminante, de no parar. Esto nos enseña que la iglesia debe caminar a pesar de las dificultades y obstáculos. No debe detenerse por los problemas o las situaciones. ¡Tiene que caminar, caminar! ¡Avance iglesia, avance, que prontamente el Señor nos está esperando!.

La rueda también gira: una parte está arriba y luego baja. Quizás antes estuvimos en un momento de bendición, arriba, donde todo iba bien: familia, salud, iglesias llenas, economía. Pero el tiempo ha pasado, ha llegado una pandemia que nos ha afectado, la economía mundial está afectada.

La vida es una rueda que está rodando. Hay gente que se encuentra abajo del todo, triste, vacía, sintiendo que no lo logrará. Pero escucha: así como esa rueda gira, la rueda de tu vida girará. Tarde o temprano girará y estarás arriba de nuevo, donde la gloria de Dios descenderá y te levantará. Aquellos que no conocen a Dios vendrán, y aunque haya problemas, el Señor nos bendecirá y nos levantará en el nombre de Jesús. 

VII. La Bandera a Cuadros: Cerca de la Meta 

Y la última bandera que vemos es la que indica el final de una carrera. En las carreras de coches, cuando la carrera va a terminar, se mueve una bandera a cuadros blancos y negros. Le indica al corredor que está cerca de llegar: “Ya se está acabando la carrera, queda muy poco para alcanzar la meta”. 

Filipenses 3:14 dice: “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Creo, iglesia del Señor, que esta bandera que nos dice que estamos próximos a la meta, la estamos viendo cada vez más cerca. Por eso, sigue adelante, sigue corriendo la carrera. Que nada ni nadie te haga desaparecer del camino. Que el enemigo no te haga retroceder ni estancarte. ¡Sigue adelante! Otros ya han llegado a la meta y nos están esperando. Sigue en pie, corre la carrera como nunca, porque el Señor también viene pronto. Iglesia, prepara tu vida, no dejes que nada te impida llegar a la meta. ¡Ya casi la alcanzamos! ¡Avanza, avanza iglesia, camina en el nombre de Jesús!. 

Conclusión

Jehová Nissi: Jesús Nuestra Bandera

Finalmente, leemos que Moisés levantó un altar después de una batalla y lo llamó Jehová Nissi, que significa El Señor es mi bandera. ¡Amén!. 

¿Sabes qué? Lo que tiene que ondear en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros matrimonios, en la iglesia, en nuestra economía, ¡es Jesús!. Jesús debe ser nuestra bandera. Todas las banderas de las que hemos hablado (amor, identidad real, Su presencia en la batalla, santidad, andar en Sus límites, mirar al cielo, tener esperanza, caminar y la meta) dependen de esta: Que Jesús sea nuestra bandera en el nombre de Jesús. 

Que Jesús sea nuestra bandera. ¡Aleluya!.

© Jonathan Montoya Gabarres. Todos los derechos reservados.

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Jonathan Montoya Gabarres
Autor

Jonathan Montoya Gabarres

Soy pastor de la denominación Filadelfia, España. obrero de la iglesia evangélica Filadelfia de Avilés, Asturias

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