Dios está contigo

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Dios está contigo | Predicas Cristianas

Introducción

Queridos hermanos y hermanas, amigos y visitantes de esta web, reciban un saludo de parte del Señor. En este tiempo tan particular que estamos viviendo, donde a menudo nos encontramos en medio de la soledad y la incertidumbre, el Señor ha puesto en mi corazón una palabra de refrigerio y de fe. Hoy, quiero compartir con ustedes un mensaje devocional que resonará en sus vidas: Dios está contigo.

Sabemos que la vida nos presenta temporadas complicadas, momentos en los que la palabra de Dios es más necesaria que nunca para ayudarnos a seguir adelante. Mi deseo es recordarles una verdad fundamental que me ha bendecido profundamente: Dios no nos abandona.

La Promesa Eterna de Su Presencia

Para fundamentar esta verdad, acudamos a la palabra de Dios, a una profecía y promesa preciosa que encontramos en Deuteronomio capítulo 31 y verso 8. Para ponerlo en contexto, el libro de Deuteronomio fue escrito para una generación que estaba a punto de entrar en la Tierra Prometida, después de casi 40 años de deambular por el desierto. Era una “repetición de la ley” (Deuteronomio significa “repetición de la ley” en griego, de deutero – repetición y nomos – ley) para un pueblo que no había escuchado de Dios y necesitaba recordar Sus maravillas y Su obra.

En este contexto, Dios les da una promesa poderosa:

“Y Jehová va delante de ti y él estará contigo, no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides.”

¡Qué promesa tan hermosa! “Jehová va delante de ti, estará contigo, no te dejará, ni te desamparará”. Ahora, profundicemos y veamos dónde se encuentra Dios con nosotros, o en qué momentos específicos podemos experimentar esta gloriosa presencia. La Biblia nos muestra claramente al menos cuatro situaciones clave donde Dios está contigo. 

I. Dios está contigo en tus desiertos personales 

En primer lugar, la Biblia nos revela que Dios está contigo en tus desiertos personales. Pensemos en el pueblo de Israel. Salieron de la esclavitud de Egipto con la promesa de una tierra prometida, Canaán, pero tuvieron que pasar 40 años dando vueltas en el desierto. 

¿Qué es un desierto? Un desierto es un lugar de nada, de soledad, de sequedad. No hay agua, no hay alimento, no hay sustento, no hay crecimiento, solo esterilidad. Y a veces, en nuestras vidas, nos encontramos en desiertos personales:

  • Desiertos de fatiga: Donde te sientes agotado y no ves el camino.
  • Desiertos de soledad: Donde te encuentras solo, sin hallar solución a tu vida.
  • Desiertos de silencio: Donde buscas respuestas, pero solo escuchas silencio.

Pero así como Dios estuvo con el pueblo de Israel en el desierto, proveyéndoles maná del cielo (comida), agua, y apareciéndose como una columna de fuego por la noche (para dar calor) y una nube de gloria por el día (para dar sombra), Él también está contigo en tus desiertos. Él proveerá el pan de Su palabra y lo que necesitas. Él te llevará al camino verdadero, porque Él mismo es el camino. 

¡No importa cuán estéril o desolado parezca tu desierto personal, Dios está contigo para proveerte y guiarte!

II. Dios está contigo cuando enfrentas unos gigantes 

En segundo lugar, Dios está contigo cuando enfrentas unos gigantes. La Biblia nos relata la conocida historia de David y Goliat. Goliat era un filisteo imponente que desafiaba diariamente al ejército de Israel, riéndose de ellos y proponiendo que un solo combate decidiría la esclavitud de una nación a la otra. Israel, con todos sus soldados y ejército, estaba atemorizado.

A menudo, nosotros también enfrentamos “gigantes” personales:

  • Gigantes de enfermedad: Una dolencia que te debilita.
  • Gigantes que dañan tu casa o matrimonio: Problemas familiares que parecen insuperables.
  • Gigantes de vicios: Adicciones que te están derrotando.
  • Gigantes que impiden tu avance: Obstáculos que te detienen y se ríen de tus esfuerzos.

Puede que tengas un gigante delante que te da miedo y te hace sentir que no puedes hacer nada. Pero, al igual que David, quien dijo que iba de parte de Jehová porque Dios estaba con él, tú también puedes usar la “piedra” guiada por Dios para derrotar a tu gigante. Esa piedra que David tiró no fue guiada por su fuerza, sino por la mano de Dios. 

¡No importa qué gigante se haya levantado delante de tu casa o en tu vida, Dios te dice: “Yo estoy contigo cuando tienes ese gigante delante. Yo estoy contigo y lucho por ti”! Acude a Él, porque Él está contigo como un poderoso gigante. 

III. Dios está contigo en tus tormentas

En tercer lugar, Dios está contigo en tus tormentas. Pensemos en los discípulos en la barca, yendo hacia Gadara, un lugar de dominio satánico. De repente, se levantó la peor tempestad. Incluso para pescadores experimentados, fue una situación difícil e inmanejable.

Hoy también enfrentamos tormentas inesperadas que nos quieren hundir, que causan daño en nuestro caminar y nos dejan sin esperanza. Pero la buena noticia es que Jesús estaba en la barca. Cuando los discípulos le despertaron, Él calmó la tempestad. ¡Acude a Jesús, despiértale, Él reprenderá la tempestad en tu vida!

Recordemos también el relato después de la alimentación de los 5,000. Jesús mandó a Sus discípulos a la barca mientras Él despedía a la multitud y luego se fue al monte a orar. Los discípulos remaban con fatiga, porque el viento les era contrario. A veces, nos esforzamos mucho:

  • Vamos a los cultos.
  • Intentamos vivir una vida santa.
  • Rechazamos cosas del mundo para vivir para Dios.
  • Intentamos consagrarnos y hacer lo mejor posible.

Y aun así, la tempestad nos viene, los vientos soplan en contra. Nos preguntamos: “Señor, ¿por qué me pasa esto si me estoy esforzando?“. Pero incluso en medio de ese esfuerzo contra la corriente, Jesús viene. Él anduvo por el mar, se presentó ante ellos y dijo: “No temáis, que yo soy.”

¡Aunque el tiempo te venga en contra y por más que avances parezca que es peor, Jesús viene a tu favor y te dice: “Tranquilo, que yo estoy contigo”!

IV. Dios está contigo en tus prisiones personales 

Finalmente, Dios está contigo en tus prisiones personales. Pensemos en el apóstol Pablo, que pasó por muchas dificultades y estuvo encarcelado. En la cárcel, es fácil perder la esperanza y la noción del tiempo.

Pero más allá de las prisiones físicas, la Biblia también nos habla de las prisiones de la mente. El enemigo ataca con la depresión, con pensamientos que nos encierran. Es una realidad dolorosa; de hecho, estudios indican que en algunos lugares, el consumo de antidepresivos y medicamentos para la mente es alarmante, porque la gente no puede dormir ni descansar.

En esta “prisión de nuestra mente,” solo escuchamos la voz del enemigo diciéndonos: “No puedes,” “No llegas,” “Mira cómo estás,” “Enciérrate ahí, no salgas de ningún lado”. Pero la palabra de Dios, dicha por Pablo desde la cárcel, es poderosa: “Todo lo puedo en Cristo porque él me fortalece.” 

Si te vienen pensamientos negativos, pensamientos de depresión, si el enemigo está haciendo lugar en tu mente, Dios quiere decirte al oído: “Yo estoy contigo y te doy las fuerzas para vencer al enemigo en el nombre de Jesús.”

Dios Te Sostiene de la Mano

Conclusión

Para terminar, quiero ilustrar de qué manera Dios está contigo. La palabra del Señor en Isaías 41 dice: “Yo Jehová te coge de tu diestra.” Esto significa que Dios te toma de tu mano derecha. 

Imagina esto: Él te toma de tu mano derecha con Su mano derecha. Si Él te cogiera de la izquierda, iríamos mirando hacia atrás. Pero Él te toma de la derecha, y tú estás mirando hacia adelante, hacia el futuro. Él te coge y te sustenta con la diestra de Su justicia. 

Vamos a caminar por la vida. Tú miras hacia adelante, y Él te va guiando. Aunque haya peligros, aunque tropieces, Él te va guiando. Él sabe el futuro, Él sabe dónde estás, Él sabe lo que hay. Aunque no veamos el futuro, aunque no entendamos las cosas que están sucediendo, Él te coge de Su mano derecha, te agarra y te dice: “Tranquilo, ven conmigo”. Aunque a veces tropecemos o nos hagamos daño, Él te coge de Su mano y te lleva al camino de la vida.

Por lo tanto, ¡no sueltes Su mano! Dios está contigo en tus desiertos, con tus gigantes, en tus tormentas, y en tus prisiones personales. 

¡Dios está contigo! 

© Jonathan Montoya Gabarres. Todos los derechos reservados.

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Jonathan Montoya Gabarres
Autor

Jonathan Montoya Gabarres

Soy pastor de la denominación Filadelfia, España. obrero de la iglesia evangélica Filadelfia de Avilés, Asturias

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