El llamado a servir en la iglesia de hoy | Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Biblica: 1 Timoteo 3:1-13; Hechos 6:1-7; 1 Pedro 5:1-4
INTRODUCCIÓN
Querida congregación, hoy nos reunimos para reflexionar sobre dos roles cruciales en la vida de la iglesia: los diáconos y los ancianos, cuyo llamado y función siguen siendo fundamentales para el crecimiento y la salud de nuestra comunidad. A través de esta prédica, deseo que comprendamos no solo los requisitos y funciones de estas dos áreas, sino también la responsabilidad que tenemos como iglesia al elegir a nuestros líderes, recordando que estamos bajo un sistema teocrático y no democrático.
Reflexionemos sobre un aspecto fundamental de nuestra vida en la iglesia: el liderazgo y el servicio. En las Escrituras, encontramos que tanto el anciano como diáconos cumplen roles cruciales dentro del cuerpo de Cristo. Estas posiciones no son simplemente títulos o estatus; son un llamado a servir y cuidar a la comunidad de creyentes.
Hoy en día, la iglesia necesita un liderazgo comprometido, uno que esté alineado con la voluntad de Dios. Cada líder es un siervo, y cada miembro de la iglesia tiene un papel vital que desempeñar en este llamado a servir.
I. REQUISITOS Y FUNCIONES DE LOS DIÁCONOS
Primero, hablemos de los diáconos. En 1 Timoteo 3:8-12, 8 Los diáconos, igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos de las ganancias mal habidas. 9 Deben guardar, con una conciencia limpia, las grandes verdades de la fe. 10 Que primero sean puestos a prueba, y después, si no hay nada que reprocharles, que sirvan como diáconos. 11 Así mismo, las esposas de los diáconos deben ser honorables, no calumniadoras sino moderadas y dignas de toda confianza. 12 El diácono debe ser esposo de una sola mujer y gobernar bien a sus hijos y su propia casa. Pablo establece requisitos claros para aquellos que buscan este ministerio:
1. Requisitos
– Deben ser hombres de dignidad, no de doble ánimo ni dados a mucho vino.
– Deben ser serios y no codiciosos de ganancias deshonestas.
– Deben mantener el misterio de la fe con una conciencia limpia.
2. Funciones:
Hechos 6:1 En aquellos días, al aumentar el número de los discípulos, se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla aramea de que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos.
Hechos 6:2 Así que los doce reunieron a toda la comunidad de discípulos y les dijeron: «No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. 3 Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. 4 Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra.» 5 Esta propuesta agradó a toda la asamblea. Escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. 6 Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las mano. 7 Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
Los diáconos tienen la responsabilidad de servir a la congregación, atendiendo las necesidades físicas y espirituales, como se ve en Hechos 6:1-7, donde fueron seleccionados para ayudar en la distribución de alimentos.
Deben ser ejemplo de vida cristiana, llevando una vida que inspire a otros a seguir el camino de Cristo.
Hoy, los diáconos son esenciales para aliviar la carga de los pastores, asegurándose de que las necesidades de la congregación sean atendidas. Anímo a cada uno de ustedes a reflexionar sobre cómo pueden servir en esta capacidad. Cada acto de servicio, desde ayudar en eventos hasta ministrar a los necesitados, es un reflejo del amor de Cristo.
En un mundo que enfrenta divisiones y crisis, el llamado al servicio como diáconos sigue siendo fundamental. Su ejemplo de entrega y humildad nos recuerda la importancia de atender las necesidades de nuestra comunidad. Al igual que los primeros diáconos, hoy estamos llamados a ser puentes de unidad y compasión, reflejando el amor de Cristo en acciones concretas. Fomentemos una cultura de servicio, donde cada uno de nosotros pueda contribuir al bienestar de los demás, asegurando que nuestras comunidades sean lugares de apoyo y esperanza. Convirtamos nuestras acciones en un testimonio vivo del evangelio.
II. REQUISITOS Y FUNCIONES DE LOS ANCIANOS
1 Timoteo 3:1 Se dice, y es verdad, que si alguno desea ser obispo, a noble función aspira. 2 Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar; 3 no debe ser borracho ni pendenciero, ni amigo del dinero, sino amable y apacible. 4 Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto; 5 porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? 6 No debe ser un recién convertido, no sea que se vuelva presuntuoso y caiga en la misma condenación en que cayó el diablo. 7 Se requiere además que hablen bien de él los que no pertenecen a la iglesia, para que no caiga en descrédito y en la trampa del diablo.
Al abordar el tema de los ancianos, es importante profundizar en la terminología y los roles que se presentan en el Nuevo Testamento. Analizaremos los términos didaskalos, presbíteros, episkopos y poimen/pastoreo, todos fundamentales para entender la función de estos líderes en la iglesia primitiva y su aplicación para el líder de la iglesia hoy.
1. Requisitos de los Ancianos
Pablo, en 1 Timoteo 3:1-7, establece varios requisitos que los ancianos deben cumplir. Estos requisitos son esenciales para garantizar que los líderes de la iglesia no solo tengan un carácter cristiano, sino que también reflejen el testimonio de Cristo en su vida cotidiana.
Irreprochables: Esto implica que deben tener un carácter intachable. La idea aquí es que no haya ninguna acusación válida en su contra que pueda socavar su autoridad moral y spiritual.
Maridos de una sola mujer: Este requisito se enfoca en la fidelidad. No se refiere solo al matrimonio en sí, sino a la integridad en las relaciones. La monogamia se presenta como un estándar de moralidad en la iglesia.
Tener hijos creyentes que no sean acusados de disolución: Se espera que el carácter del anciano se refleje en su familia. Si un líder no puede cuidar de su hogar, ¿cómo cuidará de la casa de Dios? Este pasaje también invita a la reflexión sobre qué significa esto en el contexto actual, donde las dinámicas familiares pueden ser variadas.
Moderados, sensatos y hospitalarios: La moderación y la sensatez son esenciales para el manejo de conflictos y la toma de decisiones. La hospitalidad, además, refleja el corazón de un líder que acoge y cuida del rebaño.
Capaces de enseñar y defender la sana doctrina: La habilidad para enseñar διδάσκαλος (didaskalos, en griego Strong’s G1320) es esencial. Un anciano debe ser alguien que no solo conoce la Palabra de Dios, sino que también puede comunicarla eficazmente. Este acto de “enseñar” involucra instruir, guiar, y corregir, siempre con amor y por el bienestar del cuerpo de Cristo.
2. Funciones de los Ancianos
Los ancianos, en el contexto actual, son nuestros pastores. Este vínculo es crucial para entender su ministerio:
Pastorear: El término griego ποιμήν (poimen Strong’s G 4166) se traduce como “pastor” y se utiliza en el Nuevo Testamento para describir a aquellos que tienen la responsabilidad de guiar, alimentar y cuidar espiritualmente al rebaño de Dios (Hechos 20:28; 1 Pedro 5:2). Este término implica no solo liderazgo, sino también una relación de cuidado y protección, reflejando el carácter de amor y sacrificio del Buen Pastor, que es Cristo mismo (Juan 10:11-14).
En 1 Pedro 5:1-4, se instruye a los ancianos a pastorear el rebaño de Dios. Esto implica una responsabilidad activa en la guía y la protección de los miembros de la iglesia. Un pastor es un guía, un cuidador y un protector.
Ejemplo y Testimonio: Un buen pastor no solo enseña sino que vive lo que predica. El ejemplo personal es una herramienta poderosa en el ministerio. En Filipenses 3:17, Pablo invita a los creyentes a imitarlo, lo que refleja la necesidad de un liderazgo que sea digno de ser seguido.
Liderar con el Corazón de Cristo: Los pastores o ancianos deben liderar con humildad, no para ejercer dominio sobre los demás (1 Pedro 5:3). Deben ser siervos como Cristo lo fue (Mateo 20:26-28). Esto plantea un modelo de liderazgo radicalmente diferente al de la cultura contemporánea, en el que el poder se usa para servir y no para dominar.
Hoy, en la actualidad los ancianos que Dios ha colocado en nuestra iglesia son conocidos como pastores. Es crucial que los apoyemos a través de la oración, el respeto y la participación. Al hacerlo, no solo fortalecemos el ministerio pastoral, sino que también nos animamos mutuamente en nuestra jornada de fe.
Entonces recordemos siempre que el llamado a ser anciano o pastor es un llamado noble y sagrado. En este rol, no solo se requiere cumplir con ciertos requisitos, principalmente el llamado de Dios, también un compromiso profundo con el rebaño y la misión que Jesús nos ha encomendado.
Como congregación, asumamos la responsabilidad de apoyar y orar por nuestros pastores, honrando el llamado de Dios en sus vidas y buscando, juntos, edificar una iglesia saludable y vibrante que refleje la gloria de Cristo.
III. LA RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA AL ELEGIR LÍDERES
Como iglesia o como nosotros nos llamamos una familia principalmente debemos:
Orar por Nuestros Pastores: Debemos interceder por ellos, pidiendo a Dios que les dé sabiduría, fortaleza y protección. Cuando oramos por nuestros líderes, reconocemos su necesidad de dependencia del Señor.
Respeto y Apoyo: Hay un llamado a la congregación para honrar a aquellos que han sido llamados a liderar la iglesia. Esto implica escuchar sus enseñanzas y seguir su guía, siempre y cuando esté alineada con las Escrituras.
Participación Activa: Cada miembro tiene un papel en el cuerpo de Cristo, y el compromiso activo con la comunidad de fe es esencial. Preguntémonos:
- ¿Estamos orando por nuestros pastores y apoyándolos en su ministerio?
- ¿Estamos siendo críticos o dejando de apoyar a nuestros pastores y alejándonos de su ministerio?
- Reflexionamos sobre la postura que adoptamos hacia nuestros líderes espirituales y si, en lugar de brindarle apoyo, estamos creando divisiones o cuestionando su labor de manera destructiva.
La salud espiritual de la iglesia está entrelazada con cómo apoyamos a nuestros líderes.
Finalmente, debemos abordar la responsabilidad de la iglesia en el proceso de elección de líderes. Aunque en muchos contextos se ha adoptado un modelo democrático, la iglesia bíblicamente funciona bajo un principio teocrático. Dios es el líder supremo y nosotros, como su pueblo, debemos buscar Su guía en la elección de nuestros líderes.
1. Evitar la Democracia como el Sistema Principal:
No estamos eligiendo líderes como si se tratara de un concurso popular; estamos “reconociendo el llamado” y “la unción de Dios sobre determinadas personas”. A pesar de la necesidad de consenso y unidad, nuestras decisiones deben llevar la marca de la dirección divina.
2. Compromiso de Oración:
Es vital que la iglesia se comprometa a orar por aquellos que son candidatos a ser diáconos y pastores. No solo debemos buscar personas que se ajusten a los requisitos bíblicos, sino que debemos estar seguros de que Dios está guiando nuestra elección, u que estos estén listos y dispuestos a trabajar en unidad y sujeción al pastor.
CONCLUSIÓN
Queridos hermanos y hermanas, los diáconos y pastores tienen un papel vital en el funcionamiento de la iglesia. Comprendamos que estos roles están llenos de requisitos que son más que solo un conjunto de normas; son características que reflejan el carácter de Cristo.
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