3 conductas de un verdadero cristiano

Jonathan Montoya Gabarres

3 conductas de un verdadero cristiano

3 conductas de un verdadero cristiano

0
(0)

Explora en profundidad las tres áreas fundamentales que definen la conducta de un verdadero cristiano: dentro de la iglesia, fuera en el mundo, y en la intimidad con Dios. Aprende cómo vivir como una auténtica columna y baluarte de la verdad, reflejando a Cristo en cada esfera de tu vida. Esta predicación ofrece una guía práctica, sólida y edificante basada en 1 Timoteo 3:14-15, y te anima a cultivar un carácter cristiano íntegro, lleno del fruto del Espíritu, con convicción, testimonio y santidad.

3 conductas de un verdadero cristiano | Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: 1 Timoteo 3:14-15

Introducción 

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, la Palabra de Dios es una guía invaluable para nuestras vidas. En 1 Timoteo 3:14-15 (RV1960), el apóstol Pablo escribe:

“Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.

Esta escritura nos da la clave para entender la importancia de nuestra conducta, que está directamente relacionada con la modalidad en que una persona se comporta en diversos ámbitos de su vida.

Hoy exploraremos tres esferas fundamentales de la conducta de un verdadero cristiano, tal como nos enseñan las Escrituras, para que seamos verdaderamente esa “columna y baluarte de la verdad” que Dios nos ha llamado a ser.

I. CONDUCTA DENTRO DE LA CASA DE DIOS

La Iglesia como Familia Unida y Fructífera 

La primera esfera donde nuestra conducta es crucial es dentro de la “casa de Dios”, el oikos, la casa familiar de Dios. Una congregación cristiana es, ante todo, un cuerpo de personas “amigas de Dios y amigas entre sí”. Antes de ser una iglesia, debe ser una familia; antes de su nacimiento, los creyentes estaban “unánimes juntos”. Esto nos lleva a dos aspectos esenciales:

A. Comportamiento Familiar (anastréfesthai) 

Nuestra conducta en la iglesia debe reflejar un comportamiento familiar. Esto implica cómo nos relacionamos “entre los demás”. Si somos una familia, el amor, el respeto y la camaradería deben ser evidentes en cada interacción.

B. La Unidad: La Fuerza de un Equipo Cristiano

La unidad es vital para el buen funcionamiento de la iglesia. Una iglesia unida puede ser descrita como un “número reducido de personas con capacidades complementarias, comprometidas con un propósito, un objetivo de trabajo y un planeamiento comunes y con responsabilidad mutua compartida”. 

Pensemos en la ilustración de las aves migratorias. Cuando las aves vuelan en “vándalas en forma de V”, no solo disminuyen el gasto de energía, sino que “todos se intercambian entre si, para que todos trabajen”. De la misma manera, la iglesia debe funcionar en unidad, apoyándose mutuamente. 

Para lograr esta unidad y trabajar eficazmente como cuerpo de Cristo, necesitamos aplicar las 5 C del trabajo en equipo: 

COMPLEMENTARIDAD: Todos los miembros tienen conocimientos y habilidades diversas que son “necesarios para sacar el trabajo adelante”. Es “enriquecedor para el equipo que sus integrantes tengan capacidades y aptitudes diversas”. Reconozcamos los dones de cada uno.

COORDINACIÓN: Todo grupo de trabajo necesita un “líder que encabece la organización y coordine la puesta en marcha del proyecto”. Sometámonos al liderazgo establecido por Dios.

COMUNICACIÓN: Para que el equipo funcione “como una maquinaria con diversos engranajes todos deben funcionar a la perfección, si uno falla el equipo fracasa”. La comunicación debe estar “con motivación”. Hablemos la verdad en amor.

CONFIANZA: Cada miembro “debe confiar en el buen hacer del resto de sus compañeros”. Esta confianza nos debe llevar a “aceptar anteponer el éxito del equipo al propio lucimiento personal”. Esto se logra cuando “cada uno trata de aportar lo mejor de sí mismo, sin triunfalismos personales”. Dejemos de lado el orgullo y confiemos en nuestros hermanos.

COMPROMISO: Cuando uno se “compromete con el equipo a dar lo mejor de sí mismo y se integra en él, no solo se potencian los recursos, el trabajo es distinto y tiene otro efecto”. El compromiso de cada uno multiplica el poder de la iglesia. 

Aplicación: La unidad es tan poderosa que, “para acabar con imperios satánicos hay que hacerlo con la unidad”. Incluso si hay “diferencias, pero siempre un mismo sentir”. Recordemos la fábula de los bueyes y el lobo: mientras los bueyes permanecieron unidos, el lobo no pudo atacarlos, pero una vez se separaron, fueron presa fácil. La iglesia, unida, es invencible. 

C. Usar el Fruto del Espíritu en Cualquier Circunstancia 

Además de la unidad, nuestra conducta dentro de la casa de Dios debe estar marcada por el fruto del Espíritu. Es crucial notar que la palabra “fruto” está en singular. Esto significa que, a diferencia de las “manifestaciones de la carne que están en plural”, el fruto del Espíritu es una “sola unidad”, como un “racimo de uvas” donde “todas estas virtudes deben estar en unidad en la vida de un creyente”. El fruto del Espíritu es la “evidencia de la llenura del Espíritu Santo”.

Estos son los aspectos de ese fruto singular: 

Amor: Es “lo que Dios es y lo que nosotros deberíamos ser”. Es “amar sin pedir nada a cambio”.

Gozo: Es “contentamiento y satisfacción con Dios y con todos Sus tratos”. Cristo lo exhibió en Juan 4:34. Es una “actitud positiva de esperanza y optimismo que se basa en la bondad de Dios”, una “manifestación sobrenatural que radica en el espíritu del creyente por causa de saber que Dios está en control”.

Paz: No es solo la “ausencia de problemas y de guerra”, sino “todo lo que contribuye al mayor bienestar humano”. Es la “tranquilidad de corazón que se deriva de la fe en que todo está en las manos de Dios”. A diferencia de la paz que el mundo ofrece, que “depende de las circunstancias que nos rodean”, la “paz de Dios viene como resultado de poner toda nuestra confianza en Él”. Es una paz “basada en nuestro pacto con Él, no en las circunstancias que nos rodean” (Isaías 57:19-21).

Paciencia: Es la “largura de ánimo en las aflicciones, contrariedades y persecuciones”. Su ejemplo supremo es Cristo en Lucas 23:34. Es la “capacidad de absorber la negatividad o contratiempos sin darse por vencido, y seguir un proceso de largo plazo”.

Benignidad: Es “gentileza en el trato con otros, afabilidad” (Marcos 10:14). Describe la “habilidad de actuar para el bienestar de quienes abusan de su paciencia”. El Espíritu Santo “borra la agresividad de carácter de quien está bajo su control”. Es “demostrar lo bueno para otros sin cobrarles”.

Bondad: Habla de “generosidad sin esperar nada a cambio”.

Fe: Es “confianza en Dios, confianza en nuestros hermanos cristianos, o bien fidelidad, fiabilidad”.

Mansedumbre: Es “asumir un puesto subordinado”, como Jesús cuando lavó los pies de Sus discípulos (Juan 13:1-17).

Templanza: Significa “refrenarse a sí mismo”. Nuestras vidas deben ser “disciplinadas”. Los deseos, pasiones, apetitos y el temperamento “deberían ser gobernados”. Deberíamos “practicar la moderación”. 

Aplicación: ¿Por qué a veces no vemos este fruto en nuestras vidas? Porque “la tierra necesita nutrientes, porque les ataca algo externo”. La “palabra y la oración con la ayuda del Espíritu Santo nuestros frutos van a salir y dar de comer al pueblo”. Alimentémonos de la Palabra y de la oración para que el Espíritu Santo obre en nosotros. 

II. CONDUCTA FUERA DE LA CASA DE DIOS:

Columnas de la Verdad en el Mundo 

La segunda esfera de nuestra conducta es fuera de la casa de Dios. Pablo nos llama “columnas que sostienen la verdad”. El término griego στῦλος “stylos” (columna: Strong’s G4769) nos ofrece varias perspectivas de cómo debemos conducirnos:

A. La Imagen de Cristo (Morfe)

Una columna colocada en una ciudad con escritos era para “dar anuncios al pueblo”. Había columnas en cuya cima había “representaciones de alguien grande o de grandes batallas”. “La imagen que debe tener un hijo es de Cristo”. La palabra griega “morfe” significa “una imagen sacada de un molde”.

Aplicación: Fuera de la iglesia, nuestra vida es un anuncio viviente. Debemos reflejar la imagen de Cristo, como si hubiéramos sido moldeados por Él. 

B. El Sello del Espíritu Santo: Nuestro Testimonio Vivo 

El “stilo” también era un “punzón para grabar en tablas o arcilla”. Como cristianos, hemos sido “sellados con el Espíritu Santo”. Por lo tanto, “el testimonio de un cristiano es lo que se va a ver”.

Aplicación: Nuestro testimonio no es solo lo que decimos, sino lo que vivimos. Nuestra vida es la tablilla en la que el mundo lee el mensaje de Cristo. 

C. La Columna de Flagelación: Reflejando la Sangre de Cristo 

Existía la “columna de flagelación, se ató a Cristo para dar latigazos”. Cristo ha “padecido por ti para que no manches su imagen”. Esa columna estaba “empapada de su sangre”. Nuestra vida debe “reflejar la sangre de Cristo”.

Aplicación: La seriedad de nuestra conducta fuera de la iglesia radica en que manchar una vida, un testimonio, es como manchar la imagen de Aquel que sufrió por nosotros. Nuestra vida debe ser un eco del sacrificio de Cristo. 

D. La Cosmovisión Cristiana: Nuestro Estilo de Vida en el Mundo

Finalmente, fuera de la casa de Dios, se manifiesta nuestra “cosmovisión, visión del mundo”. Una “cosmovisión cristiana” es una “visión del mundo bajo una perspectiva cristiana y moral”. Implica “aplicar esos valores en el mundo bajo la palabra de Dios”. Es el “estilo de vida cristiano que adoptamos en el mundo”. “Define lo que somos y cómo actuamos”. Es “la verdad y el sistema de creencias espirituales para poder ver y pensar en manera de cómo Jesús ve y piensa”.

 Aplicación: Nuestra conducta fuera de la iglesia es la expresión de nuestra cosmovisión. El mundo debe ver en nosotros cómo Jesús ve y piensa, cómo Él viviría.

III. CONDUCTA DENTRO DE LA INTIMIDAD DE DIOS: El Baluarte Escondido

La tercera y más profunda esfera de nuestra conducta es dentro de la intimidad de Dios. Aquí es donde encontramos el “baluarte”. El baluarte es la “base escondida que sostiene todo y sostiene las columnas”. “Lo que te alimentes en la intimidad con Dios se va a ver reflejada en el estilo de vida cristiano”.

Un baluarte era como “militares que se adentraban en terreno enemigo para que poco a poco fueran extendiéndose”, o como un “tronco que abría las puertas de los enemigos”. La intimidad con Dios es la fuerza oculta que nos capacita para la guerra espiritual y para penetrar en el mundo con el Evangelio.

Tres elementos clave forjan esta intimidad: 

La Oración a Puerta Cerrada: Es el “elemento que confirma a un Cristiano”. Es nuestra comunicación directa con Dios.

La Palabra de Dios: “La palabra enseña la voluntad de Dios en la vida y como debe conducirse”. Es Dios hablándonos directamente.

La Intercesión: Aunque “no se te ve es un arma de guerra”. Mientras la oración es para uno mismo, “la intercesión es para pedir por otros”. 

Aplicación: La “intimidad va a sostener tu Cristianismo con la ayuda del Espíritu Santo”. Sin esta base sólida, nuestras columnas (conducta fuera) y nuestra familia (conducta dentro) carecerán de sustento. 

Conclusión:

El Carácter Forjado por la Conducta 

Amados, la conducta del verdadero cristiano no es un conjunto de reglas, sino una expresión integral de nuestra fe en todas las áreas. Es un llamado a ser “columna y baluarte de la verdad”. 

Recordemos 1 Timoteo 4:12, que nos insta a “ser Ejemplo: túpos, Cicatriz”. El “túpos” es una “cicatriz”, un modelo. “Por tus cicatrices de guerra van a ser un modelo para imitar y de donde se tendrá ejemplo”. Es decir, nuestras experiencias, nuestras luchas superadas con Dios, se convierten en testimonio y guía para otros.

Finalmente, el texto nos revela una verdad profunda: “Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta”. Lo que hacemos, cómo nos comportamos en la iglesia, en el mundo y en nuestra intimidad con Dios, moldea quiénes somos. Que nuestra conducta, sostenida por el Espíritu Santo, sea un reflejo claro de Cristo, una columna firme de la verdad y un baluarte inquebrantable de fe.

Que el Señor les bendiga y les guíe en su caminar. Amén.

© Jonathan Montoya Gabarres. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones | Predicas Cristianas

¿Qué tan útil fue esta publicación?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

Jonathan Montoya Gabarres
Autor

Jonathan Montoya Gabarres

Soy pastor de la denominación Filadelfia, España. obrero de la iglesia evangélica Filadelfia de Avilés, Asturias

Deja un comentario