Descubre el profundo amor y la búsqueda incansable de Jesús por cada alma perdida. En esta predica reflexionamos sobre cómo el Buen Pastor deja las noventa y nueve para ir tras la oveja extraviada, mostrando que cada persona tiene un valor infinito ante Dios. Aprende sobre la alegría de la restauración, el gozo del regreso y la voluntad del Padre de que nadie se pierda. Un mensaje que inspira a la unidad, el perdón y la sanidad dentro de la iglesia, recordándonos que todos somos importantes en el Reino de Dios.
Rescatados por el glorioso buen pastor | Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: “¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve en las montañas y va en busca de la que se perdió? Y, si la encuentra, les aseguro que se alegra más por esa oveja que por las noventa y nueve que no se perdieron. Así también es la voluntad de mi Padre que está en los cielos, que no se pierda ninguno de estos pequeños.” Mateo 18:12-14 (NVI)
INTRODUCCIÓN
¡Amada iglesia! Hoy es un día especial, un día que Dios ha hecho para que estemos juntos en Su presencia y escuchamos Su voz. Quiero comenzar recordándote algo muy importante: “tú vales mucho”. Imaginen al pastor que cuida de sus cien ovejas, pero que nota que una ha desaparecido. A veces, en nuestra rutina diaria, no nos damos cuenta de que hay alguien que se siente herido o aislado, y eso es precisamente lo que Jesús nos enseña en Mateo 18.
Cuando leemos este capítulo, vemos que habla sobre la identidad de los discípulos, la humildad y la profunda preocupación que debemos tener por los demás. Después de nuestra reciente asamblea, sé que hay algunas heridas y divisiones en nuestra comunidad, pero hoy quiero recordarte que el Buen Pastor está aquí, buscando a cada uno de nosotros, especialmente a aquellos que se sienten perdidos.
El propósito de esta prédica es enfatizar cómo Jesús se preocupa por nosotros, por cada uno que esté herido o dividido. Recuerda que, aunque a veces sintamos que no tenemos valor, Su amor nos busca y nos restaura. ¿Estás listo para ser renovado por la Palabra de Dios? ¡Vamos a profundizar!
1. LA BÚSQUEDA DEL PERDIDO (VERS. 12)
¡Amada iglesia, escuchemos la Palabra de Dios! “¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve en las montañas y va en busca de la que se perdió? nos presenta una de las imágenes más poderosas que podemos encontrar en la Escritura: ¡el Buen Pastor! Imaginemos juntos esta escena. Un pastor tiene 100 ovejas, pero nota que una no está. ¿Qué hace? ¡Deja las noventa y nueve en la montaña y va en busca de la que se ha perdido!
Ahora, ¿cuántos de nosotros hemos sentido alguna vez que somos la oveja perdida? Tal vez en este mismo momento, sientes que has estado distanciado, que has sido herido o que simplemente no encajas. Pero escucha esto: ¡cada uno de nosotros es importante para Dios!
Mira a tu alrededor, ¡mira a la gente que está a tu lado! Cada persona aquí tiene un valor infinito a los ojos del Señor. Aunque podamos estar heridos, desanimados o en desacuerdo, ¡Él nos busca activamente! No está esperando a que lleguemos a Él, está en movimiento, buscando, llamando, trayendo luz a la oscuridad de nuestro corazón.
Recuerda lo que dice Lucas 19:10: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” ¿Y qué significa eso para ti? Significa que la búsqueda de Jesús es personal y constante. Él no se conforma con tener un rebaño completo si falta incluso una sola oveja. Él se preocupa por cada uno de nosotros, por cada corazón que late, por cada alma que lucha.
Ahora te pregunto, ¿cómo vemos nuestra situación actual frente al amor de Cristo? Puede que estemos en un lugar que nos sentimos, tristes o un ambiente dividido, pero Él no nos deja ahí. Él viene a nuestra ayuda. Imagina al Buen Pastor, bajando de la montaña, atravesando valles y desiertos, cruzando ríos y subiendo montañas, solo para encontrarte a ti.
¡Eso es amor! No es el amor del mundo, es un amor que busca activamente lo que se ha perdido, que sana lo que está roto. Él dice: “Te voy a buscar. Te estoy llamando, no importa cuán lejos creas que has estado.”
Así que, mientras reflexionamos sobre este momento, pregúntate: ¿estás dispuesto a dejar que el Buen Pastor entre en tu corazón hoy? ¿Estás listo para permitir que su amor y su búsqueda te transformen? Porque, iglesia, hoy es el día para abrirnos a Su búsqueda y dejar que Él nos encuentre. ¡Escuchemos Su voz y respondamos a Su llamado! ¡Amén!
2. LA ALEGRÍA EN LA RESTAURACIÓN (VERS. 13)
¡Amada iglesia, sigamos adelante! Los versículos de Y, si la encuentra, les aseguro que se alegra más por esa oveja que por las noventa y nueve que no se perdieron. nos presentan otra imagen poderosa: ¡el gozo del pastor al encontrar a la oveja perdida! ¡Escuchad esto! Jesús nos dice que hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se arrepiente que por noventa y nueve que no lo necesitan. ¿Puede haber un amor más grande que este?
Imagínate al pastor que, después de una búsqueda ardua, finalmente encuentra a esa oveja perdida. Su corazón se llena de júbilo, y ¡fíjate! No se queda callado, no guarda su alegría para sí mismo. ¡Él celebra! Es un festejo que resuena hasta las nubes, una celebración del regreso, una restauración que conmueve el cielo.
Pero aquí viene lo importante para nosotros: ¿cómo aplicamos esto a nuestra comunidad? La respuesta es simple: debemos celebrar la restauración de aquellos que han sido heridos o se sienten perdidos. Cada persona que vuelve al redil es motivo de celebración. ¿Estás escuchando, iglesia? Cada regreso, cada sanación, cada reconciliación, ¡debe ser causa de júbilo!
En este momento, pensemos en nuestras propias vidas. Cuando vemos a alguien luchar, ¿nos convertimos en un instrumento de sanación? Salmo 147:3 nos recuerda: “Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas.” ¡Eso es lo que hace nuestro Dios!
Entonces, reflexionemos juntos: ¿cómo podemos ser parte de ese proceso de sanación en nuestra iglesia? Cada uno de nosotros tiene la capacidad y la responsabilidad de cuidar y apoyar a aquellos que están en necesidad. Tal vez una palabra amable, una ayuda práctica, o hasta el simple acto de escuchar pueda transformar una vida.
Hoy, mientras consideramos la alegría de la restauración, te anímo a que sepas que cada pequeño gesto cuenta. Vamos a convertirnos en auténticos agentes de alegría y restauración en nuestra comunidad. ¡Celebremos juntos cada regreso, cada sanación y cada corazón restaurado! ¡Amén!
3. LA VOLUNTAD DEL PADRE (VERS. 14)
¡Familia en Cristo, avancemos al tercer punto! ¡Escuchen esto! Este versículo nos revela una verdad sorprendente: “Así también es la voluntad de mi Padre que está en los cielos, que no se pierda ninguno de estos pequeños.” ¡Qué gran promesa! Dios tiene un deseo ardiente de que cada uno de nosotros encontremos salvación y restauración en Su amor. No hay una sola oveja que Dios quiera que quede fuera de su rebaño.
Ahora, mi pregunta para ti es: ¿estamos realmente reflejando ese deseo en nuestra comunidad? ¿Estamos trabajando por la unidad y el perdón, o permitimos que las divisiones nos separen? Porque, iglesia, en momentos de conflicto, en medio de las dificultades, es cuando más necesitamos alinearnos con la voluntad de Dios. Él nos llama a estar juntos, a sanar, a apoyar.
Imagina un equipo de fútbol. Cuando están en el campo y hay un jugador caído, lo que hacen sus compañeros no es dejarlo atrás; ¡lo levantan! Se unen, lo cuidan, lo apoyan, ¡porque saben que ganan juntos! Así somos nosotros. Gálatas 6:2 nos recuerda: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.” ¡Eso significa que somos responsables los unos por los otros!
Así que, en esta mañana, te invito a reflexionar sobre cómo podemos cuidar el corazón del otro. ¿Quién necesita tu apoyo en este momento? Quizás hay alguien en tu vida, alguien dentro de nuestra comunidad, que necesita saber que no está solo, que no ha sido olvidado. Tomemos la iniciativa de acercarnos, de escuchar, de animar a servir.
Iglesia, la verdadera unidad se construye en la acción. No se trata solo de palabras; se trata de pasos concretos donde cada uno de nosotros dice: “Estoy aquí para ti”. Al hacerlo, estamos cumpliendo la voluntad de nuestro Padre, porque Él no quiere que nadie se pierda. ¡Hagamos de nuestra comunidad un lugar donde el amor y el perdón sean la norma y no la excepción!
Hoy, mientras reflexionamos sobre esta voluntad tan hermosa de Dios, digámonos unos a otros: “¡Estoy aquí para ti!” y trabajemos juntos hacia esa unidad que glorifica a nuestro Creador. ¡Amén!
CONCLUSIÓN
Amada iglesia, hemos recorrido juntos el maravilloso mensaje de Mateo 18:12-14 y hemos descubierto la profundidad del amor y la búsqueda de nuestro Buen Pastor, recuerda:
1. La búsqueda del perdido: Cada uno de nosotros es valioso a los ojos de Dios, y Él nos busca activamente, sin importar nuestras heridas.
2. La alegría en la restauración: Celebramos la vuelta de los que han sido heridos. Que cada regreso y cada sanación sea motivo de gozo en nuestra comunidad.
3. La voluntad del Padre: Dios desea que todos estemos juntos en unidad y amor; nuestra responsabilidad es cuidar del corazón del otro y apoyarnos mutuamente.
¡Estamos llamados a vivir en unidad, a amarnos y a levantarnos unos a otros! Que la paz de Cristo replete cada corazón aquí presente. ¡Amén!
© Franklin Riera. Todos los derechos reservados.