Sensatez y propósito en la vida

Franklin Riera

Sensatez y propósito en la vida

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Sensatez y propósito en la vida | Predicas Cristianas

Introducción:

Querida familia en Cristo, ¡qué alegría es estar juntos hoy! Permítanme comenzar con una pregunta: ¿Cuántos de nosotros hemos corrido tras algo convencidos de que nuestra felicidad estaba a solo un paso? Esta búsqueda de más dinero, más cosas, no es nueva. En Lucas 12:16-21, Jesús nos ofrece una parábola que desafía nuestra forma de pensar sobre la verdadera riqueza.

Aquí, un hombre rico, al cosechar grandes frutos, decide construir graneros para almacenar su abundancia. Pero en su éxito, olvida algo crucial: la vida es un don efímero de Dios. Jesús nos advierte sobre la codicia que nos lleva a enfocarnos en lo material, alejándonos de lo que realmente importa.

La falta de sensatez ( buen juicio, prudencia) en acumular posesiones nos roba la paz y puede distraernos de nuestras relaciones y nuestra misión divina. Hoy, al abrir nuestros corazones a esta palabra, preguntémonos: ¿qué estamos acumulando en nuestros graneros?

Les invito a que exploramos juntos cómo ser ricos en lo que realmente importa y a descubrir el desafío que Jesús nos presenta sobre vivir con sensatez y enfoque en lo eterno. ¡Comencemos esta reflexión juntos!

1) LA ILUSIÓN DE LA ABUNDANCIA (LUCAS 12:16-18)

¡Amados hermanos! Ahora nos adentramos en el primer punto de nuestra reflexión: La Ilusión de la Abundancia. En Lucas 12:16-18, encontramos a un hombre rico que cosechó tanto que decidió construir grandes graneros. ¡Imaginen la escena! La tierra le ha dado frutos abundantes, y su primera respuesta es: “¡Guau! ¡Ya tengo todo lo que necesito! Voy a asegurarme de que no me falte nada, así que construiré más y más“.

Pero, queridos amigos, aquí es donde comienza la trampa. Este hombre se encuentra atrapado en la ilusión de que su riqueza material le brindará seguridad y satisfacción. ¡Escuchen esto! ¿Cuántas veces hemos deseado tener más? ¿Cuántas veces hemos puesto nuestra esperanza en lo material, pensando que con un nuevo auto, una casa más grande o un mejor trabajo seremos realmente felices?

Reflexionemos juntos, ¿Es la abundancia de cosas la que realmente nos satisface? El hombre rico en esta parábola pensó que con sus graneros llenos podría descansar, disfrutar de la vida y ser feliz. Pero aquí está la verdad: la satisfacción verdadera no viene de lo que poseemos, sino de lo que damos y compartimos. La riqueza puede darnos una falsa sensación de seguridad, un espejismo que, al final, nos deja vacíos.

Ahora, quiero que todos piensen en esto: ¿Estamos construyendo nuestros propios graneros? Tal vez no son de madera y paja, pero a veces nuestros graneros son planes, ambiciones y deseos materiales. Esta sociedad nos empuja a acumular, a buscar más, pero Jesús nos llama a reflexionar sobre nuestras prioridades y a ver más allá de lo superficial.

Así que pregunto: ¿Qué estás invirtiendo en tu vida? ¿Estás llenando tus graneros con posesiones o con amor, servicio y fe? ¿O estás acumulando experiencias, relaciones que realmente valen la pena?

Hoy, te invito a hacer un ejercicio: visualiza lo que realmente es importante en tu vida. Eso que no se puede comprar ni almacenar. Las sonrisas de tus hijos, el tiempo dedicado a tus amigos, el impacto positivo que puedes tener en los demás.

Recuerda, la verdadera abundancia radica en lo que compartimos, en cómo vivimos nuestra fe y en la huella positiva que dejamos en el mundo. ¡No permitas que la ilusión de la abundancia te ciegue! Salgamos de aquí con la firme decisión de llenar nuestros graneros con lo que realmente importa: amor, gratitud, y la misión que Dios nos ha encomendado. ¡Amén!

2) LA CORTESÍA DE LA VIDA (LUCAS 12:19)

¡Queridos hermanos! Ahora nos adentramos en el segundo punto de nuestra reflexión. En Lucas 12:19, el hombre rico mira a su alrededor, se siente seguro y dice: “Ahora puedo descansar, comer, beber y disfrutar de la vida porque tengo todo lo que necesito“. ¡Qué declaración tan llena de orgullo! Pero hay un profundo y serio error en su pensamiento, un error que todos podemos cometer.

Hermanos, no podemos olvidar lo que nos dice Proverbios 27:1: “No te jactes del mañana, porque no sabes lo que traerá el día“. ¡Eso es fuerte! La vida es un regalo, pero también es frágil y efímera. Un día estamos en la cima del éxito, y al siguiente, todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. ¿No lo hemos visto? Tal vez hemos oído de alguien que tenía planes brillantes y, de repente, la vida dio un giro inesperado.

Así que hagamos una pausa y reflexionemos: ¿Cuántas veces hemos pospuesto disfrutar de la vida pensando que siempre habrá un mañana? Nos decimos: “Cuando tenga más dinero, entonces disfrutaré. Cuando mis hijos crezcan, entonces pasaré tiempo con ellos. Cuando me retire, entonces viajaré”. Pero, ¿y si el mañana nunca llega?

Debemos aprender a vivir el presente. La vida no es solo un largo camino hacia metas futuras; es un regalo diario de Dios. ¡Aprovechémoslo! Cada día nos ofrece nuevas oportunidades para amar, reír, servir y apreciar a los que tenemos a nuestro alrededor. No esperemos a que sea demasiado tarde. La verdadera abundancia no se mide en lo que tenemos, sino en cómo vivimos, en nuestra gratitud por el aquí y el ahora.

Ahora, quiero que todos tomemos un momento y pensemos en nuestras relaciones. Tal vez tenemos amigos o familiares con quienes no hemos hablado en mucho tiempo. ¿Cuándo fue la última vez que les dijiste cuánto significan para ti? No dejemos que las distracciones del día a día nos roben esos momentos significativos.

Hagámoslo real: ¿Cuál es un pequeño paso que puedes dar hoy para construir o fortalecer una relación? Tal vez se trate de hacer una llamada, enviar un mensaje, o simplemente pasar tiempo con alguien a quien amas. ¡No esperemos!

Hermanos, mil cosas pueden cambiar en un instante. Pero si vivimos con gratitud y en el presente, aprovechando cada día como un regalo de Dios, no solo encontraremos la verdadera felicidad, sino que también dejaremos un legado de amor y conexión. ¡Así que saltemos a la acción! Vivamos plenamente, hoy y siempre. ¡Amén!

3) EL LLAMADO A LA SENSATEZ (LUCAS 12:20-21)

¡Amados hermanos! Ahora llegamos al tercer y último punto de nuestra reflexión. En Lucas 12:20-21, leemos las impactantes palabras de Dios: “Esa misma noche demandarán tu vida; y lo que preparaste, ¿de quién será?” ¡Qué contundente verdad! Este hombre rico, quien confiaba tanto en su fortuna, se enfrenta de repente a la fragilidad de la vida.

Hermanos, imaginen esa escena. Aquí está este hombre, rodeado de graneros llenos, sintiéndose poderoso y seguro, solo para encontrarse con Dios que le dice: “Hoy es el día en que debes rendir cuentas“. Si esto no nos hace reflexionar, no sé qué lo hará. ¿De qué sirve tener todo el dinero del mundo si al final no puedes disfrutarlo?

Aquí está la clave: Jesús nos enseña que el verdadero tesoro no radica en nuestra riqueza material, ¡sino en ser ricos hacia Dios! (Lucas 12:21). ¿Qué significa ser rico hacia Dios? Implica valorar las cosas eternas sobre las temporales. Implica reconocer que nuestra vida debe estar alineada con los propósitos divinos, no en la mera acumulación egoísta.

Ahora, me gustaría que hiciéramos un examen de conciencia. Pregúntate: ¿Cómo está mi relación con Dios? ¿He estado invirtiendo en mi vida espiritual? No se trata solo de asistir a la iglesia una vez a la semana. Se trata de una conexión verdadera y diaria con el Creador. ¿Estoy dedicando tiempo a la oración, a la lectura de la Palabra, y a buscar Su dirección en mi vida?

Pero el llamado a la sensatez no termina con nuestra relación personal con Dios. También se extiende a cómo compartimos nuestras bendiciones. ¿Estamos generosamente compartiendo con los demás? Tal vez tú has sido bendecido con recursos, talentos o habilidades. ¿Estás poniendo estos dones al servicio de otros?

Aquí es donde quiero que pensemos en acciones concretas. ¡Hagamos algo! ¿Qué tal si, esta semana, decides dar un paso audaz hacia ser “ricos hacia Dios”? Tal vez puedas:

  • Servir a la comunidad: Ofrecerte para ayudar en una necesidad local, o participar en un proyecto de limpieza en tu vecindario.
  • Apoyar misiones: Contribuir con tus recursos a la obra de Dios en nuestra comunidad o alrededor del mundo.
  • Practicar la generosidad: Buscar a alguien que esté pasando por dificultades y ofrecer tu ayuda, ya sea con comida, apoyo o simplemente una palabra de aliento.

Hermanos, al tomar estas acciones, no solo nos alineamos con el propósito divino, sino que construimos un legado que trasciende nuestras vidas. No esperemos a mañana, porque hoy es el día de la decisión. Vayamos a ser ricos hacia Dios y a vivir de una manera que honre Su nombre. ¡Amén!

Conclusión:

1. La Ilusión de la Abundancia: La riqueza material puede darnos una falsa sensación de seguridad, pero no debemos permitir que nos ciegue ante lo que realmente importa.

2. La Cortesía de la Vida: La vida es frágil y efímera; cada día es un regalo de Dios que debemos aprovechar.

3. La Llamada a la Sensatez: Ser ricos hacia Dios implica alinear nuestra vida con Su propósito y compartir nuestras bendiciones con los demás.

Aplicación General: Al salir de aquí, llevemos la reflexión a la acción, buscando vivir con propósito, gratitud y generosidad, enfocándonos en lo que realmente importa en nuestras vidas. ¡Amén!

© Franklin Riera. Todos los derechos reservados.

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Franklin Riera
Autor

Franklin Riera

Magister en Teología y Estudios Bíblicos, Lic. en Teología Pastoral y Estudios Transculturales. Pastor en Ecuador por 20 años.

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