Liderazgo integral

IV. Integridad: Ser líder inspirando autenticidad

El dominio de la integridad se reduce a tres cosas: Ser auténtico con uno mismo, ser autentico con los demás y hacer lo que hemos dicho que haríamos.  Casi todos los desastres personales o empresariales empiezan por un problema de integridad.

Cuando las cosas no te vayan bien y no sepas por qué, da por sentado que se trata de un fallo de integridad. Y esto es así no porque seamos esencialmente malas personas, sino porque la auténtica integridad es difícil de alcanzar. Cp. Filipenses 3:2-11. He aquí las tres preguntas claves que debes formularte.

  • ¿Eres auténtico contigo mismo?
  • ¿Te siente sinceramente bien con el camino en el que te encuentras?
  • ¿Hay algún aspecto de mi vida en el que me esté engañando a mí mismo?. La felicidad brota de un manantial limpio: es imprescindible que tengas una relación de total honestidad contigo mismo.

Hay tres cosas con lo que hay que llegar a sentirse plenamente a gusto, tan a gusto que puedas hablar tranquilamente de ellos. Son: el miedo, la ira y la tristeza.

Para ser íntegros frente a tus propios sentimientos, tienes que se capaz de saber en qué momento sientes miedo, o estás enfadado y/o triste. Si no somos íntegros con nosotros mismo – ignorando así quiénes somos, qué sentimos, qué queremos- todo empieza a tambalearse hasta que se desmorona. Cuando ese temblor llega al mundo que nos rodea (a nuestro entorno) es cuando empiezan los problemas verdaderos, que pueden llegar a ser peligrosos.

CONCLUSIÓN

¿Eres auténtico con los demás?

Lo que debemos plantearnos es que si hay o ha habido alguna desviación en nuestra comunicación con los demás. Las mentiras y los secretos pueden hacer enfermar a la iglesia como a cualquier empresa.

No hay mejor manera de envenenar una comunidad que introduciendo la mentira en ella. El tipo de mentiras y secretos que dañan a las empresas y a las iglesias implican normalmente la ocultación de información.

¿Estás haciendo las cosas que dijiste que harías?

¿Hemos roto algún acuerdo? Debemos de cumplir con lo que dijimos que haríamos. Ya sea algo pequeño o algo grande. Es parte de nuestra administración como buenos administradores del Señor. Los perdedores malgastan demasiado tiempo con ejercicios de disimulo, inventando excusas, buscando la culpa en cualquier parte, prometiendo hacerlo mejor, etc.

Terminar con 1 Corintios 7:17-24

© Ramón Antonio Henríquez Pérez. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones.. Predicas Cristianas 

Deja un comentario