Edifica un altar al Señor

1. En medio de la bendición y la prosperidad que disfrutaba, surgió una  contienda entre los pastores de Lot y los de él. Sabiamente y con corazón  desprendido permite que Lot escoja dónde dirigirse después de separarse.

2. Lot escogió lo que lucía a primera vista como la mejor parte, la  llanura del Jordán, tierra de riego, y abundante pasto. Abraham por su  parte escoge el área montañosa.

3. Dios se le aparece en medio de su tristeza por la separación y le  afirma una vez más la promesa que le ha hecho. Génesis 13:14-15

4. Génesis 13:18. Abraham removió su tienda, se mudó y edificó un altar en  el encinar de Mamre en Hebrón. Mamre significa vigor y Hebrón significa,  alianza, compañía y unión. En este tercer altar Dios le reafirma  “fortalécete, toma vigor en nuestra alianza, en nuestra compañía, en  nuestra unión”.

5. En este tercer altar es necesario sacrificar relaciones, sí, suena  fuerte, pero es necesario cortar, separarse de relaciones que impedirán  que avances hacia el cumplimiento de los propósitos de Dios en tu vida.

6. Tendrás que separarte de amigos, familiares, compañeros de trabajo y vecinos. Tendrás que sacrificar relaciones por ir en pos de la promesa de Dios en tu vida. Lot nunca debió acompañar a Abraham, fue una desobediencia, pero llegó el momento de sacrificarlo.

Cabe destacar que Abraham se separó de Lot en armonía, sin insultos, ni enojos. Quedó claro que no podrían continuar juntos si Abraham quería ver el cumplimiento de Dios en su vida.

7. Es en este tercer altar que comprendes que tu mayor y más poderosa alianza no es con hombres sino con tu Dios, es aquí donde recobras vigor en tu alianza, tu pacto, unión y compromiso con Dios. Es donde decides mejor camino solo, humanamente hablando, antes de obstaculizar lo que Dios tiene preparado y determinado para mí.

V. Nos acercamos al cuarto altar, Génesis 22:1-19, este era el clímax, el punto máximo de adoración en la vida de Abraham

1. Muchas cosas habían sucedido desde su primer encuentro en Siquem donde había edificado su primer altar, el altar de la fe sencilla y de la aceptación del reto de Dios.

2. Había edificado un altar en medio de sus incertidumbres, había edificado otro en medio de la separación y había sacrificado relaciones. Había recibido cerca de tres confirmaciones del pacto que Dios había establecido con él. Había esperado más de veinte años para ver la promesa del hijo cumplida. Había sido obediente en medio de sus debilidades.

3. Pero faltaba aún otro altar por edificar, el cuarto altar, es el altar donde se sacrifica lo que más se ama, allí tenía que demostrar que no amaba a nada o a nadie más que a su Dios. Es el altar de la renuncia, es el altar donde coloco mi consagración, mi compromiso con Dios ante que cualquiera otra cosa, aún cuando la ame tanto como la ame.

4. En el cuarto altar estoy dispuesto a colocar lo que Él me pida aunque parezca ilógico, antinatural y hasta pagano, como en el caso de Abraham con su hijo. Dios no toleraba sacrificios humanos y ahora requería uno, ¿cómo comprender esto?

5. Y, ¿qué de nosotros? ¿Estamos dispuestos a sacrificar en el cuarto altar lo que él nos pide, sea lo que sea, asegurado de que Él tiene sus buenas razones para ello? ¿Aunque yo no lo entienda? Dios es capaz de devolvernos mucho más de lo que hemos entregado, sus bondades y beneficios espirituales superan con creces nuestros sacrificios.

4 comentarios en «Edifica un altar al Señor»

  1. hoy en dia no existe el altar se sustituye un grupo de adoracion dirigiendose hacia la gente para dar tentacion, vanidad y robando el verdadero culto y adoracion a dios,

    Responder

Deja un comentario