Soy bendito

A. Pero cuando estamos seguros de que es Dios con nosotros (Romanos 8:28-31)

Estamos también seguros de que TODO lo que ocurra en nuestra vida será para BENDICIÓN de nosotros mismos. Porque SOY BENDECIDO POR DIOS.

Podemos aprender del ejemplo de Caleb, el cual fue uno de los doce espías que fueron a mirar la tierra prometida y uno de los dos (junto a Josué) que dio noticias alentadoras, pues este Caleb aun a pesar de tener ochenta y cinco años (Josué 14:6-14).

Le recordó a Josué acerca de la promesa que había recibido de parte de Dios de darle la tierra que sus pies pisaron por heredad, en otras palabras él sabía que esa bendición era para él, y se consideró ¡Bendecido!

De parte de Dios, pudo quizá quedarse contento con lo que hasta el momento tenía pero no fue así, sino que estuvo dispuesto a buscar la bendición de parte de Dios y no paró hasta que la consiguió, como también lo hizo Jacob (Génesis 32:22-26), mis hermanos no debemos desmayar, ni conformarnos a nuestra condición, sino que debemos creer que si Dios ha prometido bendecirnos, ¡Él lo va a hacer!

Sus promesas son fieles y verdaderas (Números 23:19), el diablo nos ha quitado mucho terreno (economía, territorial, espiritual, etc.) pero creo firmemente que es la hora de la Iglesia del Dios viviente de dar a conocer el único nombre que salva, somos bendecidos de parte de Dios por la revelación no sólo de su Bendita Palabra sino por la revelación de ¡SU BENDITO NOMBRE!

Usemos pues esta bendición que nosotros TENEMOS en nuestras manos para ir y quitarle al enemigo la tierra que nos ha quitado y empezar a fundar iglesias fuertes, iglesias sanas, iglesias que conocen a su Salvador tal cual es ¡JESÚS! Y no por títulos.

3. SERÁS BENDICIÓN:

Ya hemos visto que, Dios ha prometido hacerme una nación grande, también vimos que soy bendecido por Él (Dios), pues bien, ahora veamos lo que yo debo de hacer precisamente cuando estoy siendo bendecido por Dios.

Por principio de cuentas, si estoy siendo bendecido no es solamente para quedarme con todo aquello que Dios me está dando a mi, sino que tengo LA RESPONSABILIDAD de bendecir también a otros, en otras palabras, no debo de callar o guardar lo que Dios me da (2 Reyes 7:3-9) debo de COMPARTIR aquello que Dios me está dando, cuando nosotros bendecimos, recibimos bendición, esta es la ley del dar (Lucas 6:38), para recibir cosecha debo antes de plantar.

No queramos ser como aquel que quiere sacarse la lotería sin antes comprar el ticket (Simple ilustración, pues creo que ninguno de nosotros nacidos de nuevo, jugamos lotería ¿o sí?) Dios me ha puesto aquí para bendecir (Deuteronomio 15:6), nosotros podemos y debemos tener posiciones o rangos en nuestros trabajos, dejar de pensar en el que dirán o dejar ya esos pensamientos de: “Esto no es de Dios” “A Dios no le gusta que yo prospere.”

La Biblia a mí me dice: Tomarán de mi PRESTADO, pero YO NO tomaré prestado de NADIE. En otras palabras mi hermano, lánzate y toma ese puesto, ese cargo, toma ese trabajo que Dios te está dando, es para ti porque cuando tienes la bendición de Dios vas a bendecir también a otros, pero, cuando obviamente no tenemos la bendición de Dios entonces, nos preocupamos, no ofrendamos, mucho menos hablar del diezmo, pero si Dios me está dando este trabajo es por Él y no por mí, debo entonces agradecer por esto que Él me está dando…

4. CONCLUSIÓN Y LLAMADO:

El hijo de Dios (usted y yo) debemos dejar ya esos pensamientos negativos de que el cristianismo es síntoma de pobreza, dejar ya esos aspectos de que debo de vestirme como pordiosero porque si no Dios se enoja conmigo, (Aclaración, no quiero decir que, si solo tenemos un solo vestido, no lo vayamos a usar) lo que quiero decir es que, si puede comprar una ropita nueva y de buen gusto, cómprelo hermano, pues Dios le está bendiciendo para que la gente sepa a que clase de Dios le servimos nosotros.

Antes le servíamos al dios de las pobrezas, al dios de la amargura, al dios de la preocupación, al dios de los límites, pero ahora conocemos y le servimos a aquel que dijo: mío es el oro y mía es la plata.

Mi hermano, Dios quiere bendecirte, Dios quiere verte en un estado de prosperidad, el Apóstol Juan lo declara de esta manera: “Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena saludo, así como prosperas espiritualmente3 Juan 2 (NVI)..

Si tienes la oportunidad de hacer bien ayudando a otras gentes, ayúdalas aunque no sean de la iglesia ¡MEJOR AÚN! Porque después ellos van a dar testimonio de que algún hermano de la iglesia le ayudó y de esta manera sacudirnos el espíritu de mentira, de engaño que nos ha hecho creer durante siglos que las posesiones, posiciones y riquezas están peleadas con el Señor Jesús.

Veamos, entonces el ejemplo de Abraham, quién era, un hombre más; común y corriente como nosotros, quién era Eliseo, quién era David, quién era Salomón y a donde llegaron simplemente porque creyeron a la voz de Dios que les llamó y les bendijo, dejemos que Dios nos bendiga y de esta manera seamos bendición también para otros…

Dios nos ama y nos ha llamado para bendecirnos en todos los aspectos de nuestras vidas, seamos fieles a Él, busquemos su voluntad para nuestra vida, hagamos como él nos dice, seamos fieles en lo poco y mucho más en lo mucho.

Según el dios que tú sirves, es el testimonio que vas a dar En el amor de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

P.D. No predico acerca de la PROSPERIDAD como el todo en la vida del cristiano, porque es lógico que lo verdaderamente importante es la salvación del alma (primordial) y tampoco creo que la falta de recursos económicos sea un síntoma de pecado o como algún predicador dijo por ahí: “La pobreza es maldición, entonces el pobre esta maldito” esto yo no lo enseño, simplemente que estaba en oración y el Señor me hablo de esta manera en mi vida el día domingo 11 de septiembre del 2005 cuando estaba pidiéndole mensaje para su pueblo, aproximadamente a las 5:00 a.m.

Lo enseñé en la iglesia que pastoreo y fue una tremenda bendición ya que había algunos hermanos luchando con este asunto pues a alguien de ellos le había propuesto en su trabajo el puesto de gerente general y no lo tomaba porque pensó que ¡ERA PECADO!

Bendiciones del altísimo, amados hermanos de la fe común.

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