La semilla mortal: “El Pecado”

El pecado como semilla.

¿Es el pecado una semilla? Claro que si, según Gálatas 6:7-8, entonces la semilla del pecado debe obligatoriamente obrar de acuerdo a la ley divina de la siembra y la cosecha. Es decir, siembras pecado y cosecharás hábitos, costumbres y prácticas pecaminosas, todo a su debido tiempo.

II. ¿Cómo es qué esto ocurre?

Claramente el Apóstol Pablo, nos enseña que el pecado es una semilla que es sembrada en nuestra carne con el fin de dar un fruto pecaminoso. Veamos el siguiente ejemplo de cómo se puede cosechar un fruto pecaminoso:

Resulta que un día Mario decide en su corazón irrespetar a su novia Sheila, en el mismo instante que él propuso su corazón a hacer tal pecado, la semilla pecaminosa fue sembrada en su carne. 

Resulta que Mario impulsado por la semilla pecaminosa que ha sido sembrada en su carne, trata de irrespetar a su novia pero rápidamente siente un remordimiento de conciencia de parte del Espíritu Santo y dicho remordimiento lo lleva a pedir perdón por ese pecado.

Pero días mas tarde vuelve a venir el mismo impulso de pecado y una vez mas cae en lo mismo pero con un poco mas de intensidad, casi al borde de caer, el Espíritu Santo actúa y libra a Mario y a Sheila de tal error, vuelve a pedir perdón por el mismo pecado y comienza de nuevo. 

Una semana más tarde, Mario y Sheila, se encontraban solos en su casa, y de inmediato el mismo impulso pecaminoso regreso al corazón de Mario y de Sheila, esta vez el ambiente se puso más difícil, aquel impulso sexual que semanas antes había sido sembrado en el corazón de ellos, llegaría a su clímax más intenso, el Espíritu Santo, trato de actuar, como las otras veces, pero era demasiado tarde, ya la semilla que fue un día sembrada, produciría el fruto.

Analicemos este caso:

  • Primero, todo comenzó con un pensamiento.
  • Luego, dicho pensamiento fue sembrado en el corazón carnal
  • Se pide perdón, pero no decide arrancar de su vida el pecado.

Tenemos que entender, que el pedir perdón es importante, pero la pregunta es ¿Por qué siempre pedimos perdón por el mismo pecado?

La respuesta es, que dicho pecado esta sedimentado en la carne, y hasta que no lo arranquemos de raíz y empecemos a trabajar para que nunca se repita, no alcanzaremos la victoria y la libertad que tanto deseamos.

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