II. EXPECTATIVA: AHORA NO QUIERE NADA CON DIOS PERO CUANDO NOS CASEMOS SE VA A CONVERTIR (JEREMÍAS 15:19)
Esto seria lo ideal como el Señor le dijo a Jeremías, que las personas se convirtieran como el, que ellos buscaran de Dios como el buscaba de Dios.
REALIDAD: La palabra de Dios nos advierte que en las relaciones de pareja no debemos unirnos en yugo desigual con los incrédulos (2 Corintios 6:14). El Señor le advirtió a Israel de no emparentar con personas que no eran del pueblo de Dios (Deuteronomio 7:3-4)
III. EXPECTATIVA: TIENE VICIOS Y MAL CARÁCTER PERO CUANDO NOS CASEMOS VA A CAMBIAR (CANTARES 5:10-16)
Hay personas que están tan enamoradas o encantadas con alguien que no pueden ver en ellos o en ellas ninguno de sus defectos o no quieren aceptar que los tengan.
REALIDAD: (1 SAMUEL 25:3 y 25) Al final nos daremos cuenta que las personas no cambian con el matrimonio, el matrimonio no tiene poder de transformar a las personas, quien transforma a las personas para bien es nuestro Dios.
IV. EXPECTATIVA: NO TIENE TRABAJO NI HACE NADA PERO CUANDO NOS CASEMOS SE HARÁ RESPONSABLE (1 TESALONICENSES 4:11-13)
Nadie quiere vivir mal, vivir con escasez y con grandes limitaciones, pero hay parejas que se unen pensado que se vive solamente de amor, pues se unen con personas que no quieren trabajar, que no quieren estudiar ni hacer nada en la vida.
REALIDAD: (1 TIMOTEO 5:8) Hay personas que son peores que los incrédulos pues no proveen para su casa, hay muchas mujeres que se viven quejando de la escasez en la que viven pero fue la decisión que ellas tomaron de unir sus vidas con una persona que no es diligente para trabajar, unen sus vidas a personas perezosas (Proverbios 6:9-11)
CONCLUSIÓN:
Para que la realidad de nuestra vida matrimonial sea de bendición tenemos que elegir sabiamente a nuestra pareja pidiendo la guía del Espíritu Santo de Dios en nuestra vida.
© Oscar Alberto Flores. Todos los derechos reservados.
