Dios es un Padre amoroso y justo

Pastor José R. Hernández

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Dios es un Padre amoroso y justo

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Bosquejos Bíblicos | Dios es un Padre amoroso y justo

Bosquejo Bíblico Lectura Bíblica:No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.” (Proverbios 3:11-12)

Introducción

Como el padre pone límites a sus hijos para educarlos, porque los ama, así Dios permite las desgracias. Dios es justo y misericordioso, mostrándonos como Padre que quiere lo mejor para nosotros. Debemos aprender de Cristo el camino que nos conduce al Padre. En su ejemplo está la aceptación de la voluntad de Dios, que nos hará mejores hijos suyos.

I. Dios es amoroso y justo

Dios no nos castiga, pero permite que aprendamos del sufrimiento (vers. 11)

a. Dios es un Padre amoroso y justo para todos los hombres.

Y los padres quieren que sus hijos sean buenos, y lleguen a ser lo mejor de sí mismos. Por eso Dios muchas veces permite que nos ocurran cosas negativas, para que a través de ellas aprendamos la humildad y la confianza en Él. Debemos pedirle al Padre que nos conceda la resignación y la sabiduría para aceptar su voluntad (vers. 11)

b. Dios es a la vez justo y misericordioso.

No nos trata como merecen nuestros pecados, pero al que lo niega hasta el último minuto, no puede salvarlo. Por esto existe el infierno y la condenación, porque algunos negaron a Dios hasta el momento de su muerte. Él no quiere nuestra condenación, sino nuestro bien, como un padre desea para sus hijos lo mejor. (Salmo 103:13).

c. Dios es amoroso y justo y Él se preocupa por nosotros.

Cuando sintamos que estamos solos y desamparados, debemos considerar que Él está a nuestro lado para darnos su consuelo. Un padre no abandona a sus hijos, y del mismo modo, no debemos temer que nos falte nada de lo necesario. Lo que pasa es que muchas veces nuestra fe es la que falla y no encuentra el camino que Dios le marca en la dificultad. (Mateo 6:26).

d. Somos hijos de Dios por medio del bautismo.

Es un don que hemos recibido el poder ser llamados hijos suyos. Pero esto no se debe a ningún mérito nuestro. Sino que fue Jesús el que ganó nuestra justificación mediante su sacrificio. (Juan 1:12).

II. Dios es amoroso y justo y nos prueba para que demos mayor fruto (Proverbios 3:12)

a. La adversidad prueba la fe

Muchas veces no comprendemos que la adversidad prueba la fe de los creyentes. Cuando Dios permite que suframos o que nuestra fe sea probada, es para nuestro crecimiento.

Del mismo modo que la planta necesita ser podada para llevar mayor fruto. Por eso, debemos crecer en nuestra confianza en Él, que es la Sabiduría misma y sabe lo que es mejor para nosotros (vers. 12).

b. Mostramos el amor al Padre si amamos sus mandatos.

Es decir, que el que guarda su Palabra y la pone en práctica, es el verdadero hijo de Dios. No sólo nos tenemos que llamar cristianos, sino también serlo por las obras. Y recibiremos de Él su presencia en nuestra vida, que es el mayor regalo que podemos recibir. (Juan 14:23).

c. Dios es amoroso y justo y nos brindo el único camino

Si queremos conocer al Padre y estar en su presencia, el único camino es Cristo. Para esto vino al mundo y se entregó por nosotros, para abrirnos las puertas del cielo hacia la morada del Padre. Nadie conoce al Padre si no es a través de Jesús. A Él debemos pedirle que nos haga mejores hijos de Dios y mejores cumplidores de sus mandatos. (Juan 14:6).

Conclusión

En esta vida nos hallaremos muchas veces con situaciones en las que sentimos que el Padre nos castiga. Pero Dios lo que hace es permitir que las adversidades nos eduquen y saquen lo mejor de nosotros, siempre que nos encomendemos a Él.

Cristo mismo se entregó a la voluntad del Padre, y aunque fue doloroso para Él, aceptó el designio que tenía para su vida. (Marcos 14:36).

Si Dios permite muchas veces que nos sobrevengan adversidades, es también para hacernos más firmes en la fe. El fruto será más abundante si a la planta se le sacan las ramas muertas. (Juan 15:8).

El camino para llegar al Padre es Jesús. A Él debemos recurrir para llegar hacia Él y aprender cómo ser verdaderos hijos suyos. Cristo nos muestra el rostro del Padre y nos ayuda a entender la voluntad de Dios. Pero nosotros debemos aprender de Él lo que significa la resignación y la aceptación de Su voluntad. (1 Juan 2:23).

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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José R. Hernández
Autor

Pastor José R. Hernández

José R. Hernández; educación cristiana: Maestría en Teología. El Pastor Hernández y su esposa son ciudadanos de los Estados Unidos de América.

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