Recordando quienes somos

Pedro Blanco

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Bosquejos Bíblicos

Bosquejos Bíblicos Prédica de Hoy: Recordando quienes somos

Bosquejos para predicar texto Bíblico:Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá“. Marcos 11:24

Introducción

Todos tenemos anhelos personales, anhelos colectivos, sueños y planes. Cuando llegamos a los caminos del evangelio estos se pueden ver modificados, aumentando en gran parte por el anexo de la voluntad de Dios para nosotros. Lo que nos hace recapacitar en muchas ocasiones, haciendo ver una y otra vez el panorama más favorable.

Tener sueños esta bien, querer agradar a Dios también esta bien. El problema radica al ser tan ingenuos en pensar que este camino debe ser recorrido en soledad y sin herramientas, lo que nos agota mentalmente sin tan si quiera dar un paso adelante.

En el día de hoy queremos darte un refrigerio por parte del Señor, al recordarte que tenemos un Padre que todo hace posible incluso lo imposible (Lucas 1:37).

Dios se encarga del “como”

Así como el ser humano respira en modo automático, así de común es que nos preocupemos por el “¿Cómo lograre esto? ¿Cómo alcanzare aquello, y cómo sobreviviré en esta prueba tan fuerte?

La falta de seguridad en múltiples situaciones es una realidad que arropa a la mayor población del mundo. Increíblemente no nos damos cuenta de que no estamos solos en este camino, y que todos sufrimos por igual.

El no tener paz ocasiona un sinfín de enfermedades, carencias y sufrimientos que fácilmente podríamos apartar de nuestras vidas. Solo debemos entender que existe un Dios que obra en favor de quien le cree.

Sus promesas están allí para todos los que decidimos entregar las cargas que nos afligen a Él (Mateo 11:28). Debemos dejar nuestros problemas más grandes en sus manos, dejando un lado el “¿cómo lo hará?”

¿Cómo lo hará? (Números 23:19)

Es la pregunta que precisamente no deberíamos tener los llamados creyentes, estando firmes en que nuestro Dios todo lo puede, todo lo sabe, todo lo tiene. El deber de sus hijos es creer en que su Padre sabe lo que hace, y cuando lo hace. Por ello debemos reposar en sus brazos de amor, que nos cuidan como un león cuida a sus hijos.

Vamos por el “quien”

Cuando los padres daban una información afirmativa, nosotros teníamos paz y certeza de que harían lo que dijeron. Esa confianza proviene de las acciones previas a sus palabras.

Desde que nacimos fuimos criados por ellos, fuimos provistos, fuimos vestidos y alimentados por los frutos de sus manos. Por ello podíamos decir con orgullo que nuestros padres cumplirían lo que ofrecieron, teníamos seguridad en ellos.

Cuando logramos obtener la fe en Dios, las perspectivas pueden dan un giro radical. Resulta que tenemos confianza en el gran Yo Soy, quien nunca ha perdido una batalla, que no es hijo de hombre. Quien creo todo lo que existe, en la complejidad de su magnitud podemos descansar.

No importa como lo hará, importa que Dios dijo que lo hará. Contra esa palabra no hay impedimento ni obstáculo valido eternamente.

Como niños con buenos padres

Cuando somos niños lloramos cuando nos hacen bromas con la temática de no parecernos a alguno de nuestros padres. El problema es que asociamos el parentesco con las facciones físicas.

Pero ¿Qué hay de las coincidencias en el alma, en el carácter y temperamento? Tener un parecido a nuestro Padre celestial es de gran importancia, pero mas aun lo es el creer firmemente que Dios es nuestro papa.

Es cierto que Dios no quiere que nadie se pierda (2 Pedro 3:9). Su anhelo es que todos nos volvamos a Él. También es verdad que quienes aceptamos a Jesús formamos parte de la familia del Señor. Obteniendo así la ventaja de ser llamados sus hijos (Juan 1:12). Esto trae todas las responsabilidades como también las bendiciones del Padre.

Sabiendo quien es nuestro Padre podemos tener total confianza en que cumplirá sus promesas en sus hijos (1 Corintios 1:9 PDT).

Salvará nuestras almas, nos dará la vida eterna, estaremos con Él, adoraremos por la eternidad. Jesús murió por nosotros dándonos el libre acceso ante la presencia de Dios (Juan 3:16). Ya no existe el velo que nos separaba (Mateo 27:51), y podemos ser llamado hijos de Dios.

David contra Goliat (1 Samuel 17)

En algún momento de nuestra vida todos escuchamos el relato bíblico de la derrota de Goliat frente a David, incluso los no creyentes han escuchado sobre ella. Por ello tendré la libertad de expresar esta hazaña de manera precisa.

David se molesto al escuchar las burlas de Goliat a su Dios lo que ocasiono que este lo enfrentara, dando así el desenlace que todos conocemos.

David rechazo la armadura de su hermano, sabiendo que esta no estaba a su medida, tomo su honda y camino para ejecutar su ataque. Lo más importante no fue el disparo de David, sino en nombre de quien iba esa roca. “…tu vienes contra mi con espada y jabalina mas yo vengo contra ti en el nombre de Jehová…” (vers. 45). 

Cada hijo de Dios debería cuestionarse constantemente en la dirección que tomamos, en los disparos que ejecutamos, ¿en nombre de quien van nuestros pasos? Sabiendo que nos preocupamos más del “como lo haremos” obviamos el “Quien va con nosotros”. Por esto se hace realmente común que perdamos nuestras batallas, sobre todo cuando enfrentamos gigantes con nuestras propias fuerzas.

La victoria esta dada en tu favor, pero debemos creerlo, luchar por los principios de Dios, hacer los que nos envió hacer. Cumplir con su llamado y poner las peticiones de nuestros corazones en sus pies. Él escuchará y nos bendecirá conforme a Su gracia.

Dile ¡no! A las voces que te retrasen (Efesios 4:22)

Cuando tomamos la bandera de la fe no hay camino atrás. Nuestra visión debe ir en dirección a Cristo. Por tal motivo es que debemos dejar de escuchar toda voz que sea contraria a lo que Dios dice de nosotros. No somos perdedores, no estamos derrotados, no habrá escasez. Dios proveerá, somos sus hijos y su linaje, digan lo que digan no importando quien lo diga.

Si debería sugerirte un habito es que creas más en lo que dice la biblia de ti, que en lo que opinan los demás de tus batallas, planes y sueños.

No podemos dejar de tener fe basándonos en comentarios de personas que quieren vernos caer, o que simplemente lograron conformarse con lo poco. Seamos humildes, pero no podemos oprimir las bendiciones del Dueño del oro y de la plata.

Conclusión

Aprender a caminar confiando plenamente en con quien vamos y obviando por completo el como lo haremos debe ser parte fundamental en nuestra presentación como hijos del Rey.

No somos cualquiera cosa, fuimos llamados sus hijos, su linaje (1 Pedro 2:9). Esto representa una bendición que jamás podría experimentar una persona que no tenga a Cristo en su corazón, por más riqueza que tenga.

Dejemos nuestros sueños en sus manos. Pidamos en oración con fe (Marcos 11:23). Dios hará el resto conforme a Su voluntad, sigamos el deber encomendado en Su palabra. Mantengámonos firmes en Su camino, y dejemos que el Señor termine la buena obra que comenzó en sus hijos.

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

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Autor

Pedro Blanco

Fiel siervo de Jesucristo, y amante de la palabra de Dios. Me gusta redactar mensajes cristianos para compartir. Es mi oración que las redacciones que publico te sirvan de bendición, y edifiquen tu fe.

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