El árbol y el jardinero

Danila Sebastian

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El árbol y el jardinero

El árbol y el jardinero

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Ilustraciones para Sermones

Ilustraciones para Sermones: El árbol y el jardinero

En un pequeño jardín, había un árbol joven que luchaba por crecer. A su alrededor, otros árboles eran altos y fuertes, pero este árbol se sentía pequeño y débil. No entendía por qué no podía crecer como los demás.

Un día, llegó el jardinero. El árbol le dijo: “¿Por qué soy tan pequeño? ¿Por qué no puedo ser fuerte como los otros árboles?” El jardinero sonrió y dijo: “Cada árbol tiene su tiempo. Pero para crecer fuerte, necesitas ser podado.”

El árbol no entendía, pero el jardinero empezó a cortar algunas ramas. Al principio, el árbol se sintió aún más pequeño. Pero con el tiempo, comenzó a crecer más alto y más fuerte que antes. Se dio cuenta de que el jardinero había cortado las ramas que le robaban energía, permitiéndole crecer.

“Ahora entiendo,” dijo el árbol. “A veces necesitamos enfrentar dificultades o perder algo para crecer y ser más fuertes.”

Lección

Esta historia nos enseña una lección importante. En la vida, a veces enfrentamos retos o situaciones difíciles, como cuando Dios nos “poda” para ayudarnos a crecer en fe y carácter. Aunque puede ser doloroso o difícil entenderlo en el momento, estas experiencias son para nuestro bien.

Nos ayudan a crecer más fuertes y a florecer en la manera que Dios desea para nosotros. Como el árbol, nuestra fuerza y belleza verdaderas vienen después de ser podados y cuidados por el Gran Jardinero, Dios.

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.” (Juan 15:1-2)

© Danila Sebastian. Todos los derechos reservados.

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Danila Sebastian
Autor

Danila Sebastian

Mujer cristiana, entregada al propósito de Dios en mi vida. Mi mayor deseo es seguir siendo una sierva fiel de Dios, dispuesta a obedecer su llamado y a servir a los demás con amor y compasión. En cada paso que doy, confío en la guía del Espíritu Santo y en la promesa de que Dios está obrando en mí y a través de mí para su gloria.

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