Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: Permita Que Dios sea Dios
Bosquejo Bíblico Texto Principal: Juan 16:7
INTRODUCCIÓN
La crisis religiosa en la que vivimos es una crisis de valores, de credibilidad, de institucionalidad, de fe. Esta crisis nos ha llevado a encajonar a Dios, hasta entenderle que la única forma de actuar de Dios es únicamente bajo los esquemas religiosos institucionalizados al que pertenecemos.
Cuando la religión está arraigada en la mente y el corazón de los hombres, se convierte en una barrera para conocer, entender y relacionarnos con Dios. Dios siempre se ha manifestado y hablado por diferentes medios, “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1-2).
Anclar nuestra mente y fe, en una sola forma de actuar de Dios, es perder la bendición de convivir con el Dios de todos los tiempos. El Dios que conocí ayer, no será necesariamente el que se me revelará mañana.
Que Dios sea Dios
Debemos estar conscientes que estamos con un Dios cara a cara, cercano y a la vez desconocido, infinitamente sencillo e infinitamente complejo, solamente cuando estamos abiertos a cada instante con las ventanas del alma, se nos revelará Dios tal como es. Tenemos que entender con la mente y el corazón, sin intentar dar forma a Dios o encerrarlo en conceptos e imágenes creadas por nosotros mismos. La imagen que tengamos de Dios será la que definirá el rumbo de nuestra vida y la convicción de nuestra fe.
Jesús ha sido para los discípulos un personaje concreto, han convivido alegrías y tristezas, han comido y padecido juntos. El Señor ahora tiene que marcharse y sus discípulos han de abrirse a una nueva experiencia con Dios, deben superar la única imagen que hasta ahora se habían aferrado, Dios ha de marcharse, para que venga Dios.
Jesús había de marcharse en la imagen que sus discípulos le habían conocido para volver nuevamente, y someterlos a una nueva experiencia más íntima, más sutil y arrolladora, “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:12-13).
Los discípulos necesariamente debían estar preparados a una nueva imagen de Dios, a dejarse sorprender y a vivir en una nueva revelación de Dios.
I. DIOS NO RESPONDE A UN PROCEDIMIENTO FIJO
Imágenes de Dios que han causado espanto en el mundo
A la muerte de Salomón, Israel queda dividido al norte con Jeroboam y al sur con Roboam. Israel tenía como centro de adoración en Jerusalén, lo que produjo que Jeroboam estableciera imágenes de adoración en su territorio, y así colocó a Bethel y Dan.
El encuentro de Jesús con la samaritana se discute cuál es el lugar de adoración, si los del sur decían que en Jerusalén y los del norte en Bethel, ambos creían tener el lugar correcto, porque así, había sido establecido por la religión. La respuesta de Jesús ante esta interrogante, derrumba los argumentos religiosos “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23).
Este tipo de esquemas religiosos, han calado hondo en la fe que han impedido que Dios sea Dios en la vida de los hombres. Las diferencias religiosas han causado grandes crímenes en el mundo, y lo peor que han sido ejecutadas en el nombre de Dios.
Me pregunto ¿Por qué nos seguimos matando unos a otros, solo por ser de religiones distintas?, los hombres se siguen matando, creyendo que hacen un servicio a Dios, ya no se ofrecen sacrificios de hombres vencidos ante la piedra azteca del dios Uizilopochtli; ahora lo hacemos con bombas y ametralladoras, pero el cántico es el mismo. Seguimos matando en el nombre de Dios y haciendo rogativas por victoria como si adorásemos a diferente Dios.
Nos hemos hecho imágenes de Dios mucho más peligrosas: son conceptos mentales, definiciones que atesoramos que destilan odio contra nuestro prójimo, mejor fuéramos ateos, así le causaríamos menos daño a este mundo.
Imágenes falsas de Dios en la congregación.
Nos hemos creado una imagen de Dios superficialmente piadosa; pero que en el fondo es falsa, de qué sirve ese dicho de hermandad en los días de culto, si acabada la asamblea desconozco a mis hermanos en sus aflicciones, cuando que la vida cristiana consiste en ayudar al necesitado de la congregación.
“Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis” (Mateo 25:45), Dios no necesita que le regalemos comida, ropa, calzado; pero su hermano que tiene a su lado en la congregación y posiblemente que ni le conoce, sea un necesitado de pan, vestido, calzado o alguna otra necesidad humana.
“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?” (1 Juan 3:17), ¿podrá llamarse cristiano en medio de la congregación una persona con esta actitud?, difícilmente puede ser un seguidor de Jesús, la imagen que se ha creado de Dios, no es el que Jesús nos ha revelado.
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él” (1 Juan 3:18-19).
La vida en Cristo consiste en vivir la vida de Cristo, en la enseñanza de su Palabra, en la congregación podemos expresar un nivel alto de espiritualidad, pero si nuestra actitud es como la del sacerdote y el levita que pasaron de largo sin importarle la necesidad del prójimo que estaba necesitado, lo que hacemos en la congregación los días de culto, solo es una bulla que ofende a Dios.
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe” (1 Corintios 13:1), nos hemos creado una imagen falsa de Dios y todo lo que hacemos viene a ser falso sin fundamento cristiano.
II. DESAMPRENDER PARA APRENDER
Abrirnos a una nueva imagen de Dios.
Una paradoja oriental dice “dar es recibir, y enseñar es aprender”. Cuando nos creemos muy sabios, es cuando dejamos de aprender, y empezamos a morir al conocimiento. Para aprender hay que desaprender lo aprendido, el apóstol Pablo los explica así: “Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio” (1 Corintios 3:18).
Esto pasa cuando nos emocionamos con una imagen específica de Dios, nos arraigamos tanto al grado de bloquear el paso a una nueva experiencia con Dios, limitamos el accionar de Dios en nuestra vida. El concepto que nos hemos forjado, lo tenemos autenticado al grado de tener a Dios sujetado a una sola imagen. Para aprender, tenemos que desaprender.
Volviendo a las palabras de Jesús, “Si yo no me voy, el Espíritu Santo no vendrá a vosotros” (Juan 16:7), Jesús no era un estorbo para el descenso del Espíritu, pero sí podía serlo en el concepto de sus discípulos, la imagen que ellos tenían de Jesús, limitaba la manera de entender y de encontrarse con Dios en sus vidas, debían de abrirse a una nueva imagen a la cual no estaban acostumbrados. Jesús había de marcharse para que él mismo volviera, pero si no se marchase de una forma, no volvería de otra forma “en el Espíritu”.
Me he encontrado con personas frustradas en la fe, a causa de que Dios no les respondió una petición, enfermedades que Dios no ha sanado y causaron la muerte. Solo puedo responder a quienes han vivido esta experiencia, que esa imagen que se había formado de Dios debía ser rota para dar paso a una nueva imagen de Dios más digna de él.
Otros me dicen ser ateos y que rechazan a Dios. Siempre les respondo que no rechazan a Dios, lo que rechazan es la imagen que ellos se han creado de Dios.
Creo que el mejor servicio que podemos prestar al hombre de hoy es ampliar su concepto de Dios en frases claras y respetuosas. Toda crisis de fe es crisis del concepto de Dios, y por eso enriquecer ese concepto es robustecer la fe.
Debemos dejar a Dios, ser Dios
Dios está interesado en prepararnos para nuevas experiencias, un nuevo pentecostés, nuevas revelaciones, pero la condición sigue siendo la misma, dejar a Dios para que trascienda un concepto y ofrezca otro, oculte un rostro para mostrar otro, se aleje un día para volver otro con un nuevo aspecto de su infinito ser. Si Dios no se va, no puede venir.
En la iglesia nos hemos aferrado a una sola imagen de Dios, un Dios de milagros, un Dios que desborda bendición a diestra y siniestra, un Dios de castigo, un Dios carismático, un Dios implacable, un Dios policía, un Dios al que debemos ofrendar para que nos bendiga.
Esta cantidad de imágenes han sido de impulso para el surgimiento de muchas doctrinas acerca de Dios, que han venido a causar divisiones, rechazos, maltratos y hasta la muerte de miles de personas. Dios no tiene un solo método para revelársenos, lo puede hacer de mil maneras diferentes.
A nosotros no nos toca ordenar a Dios la forma de cómo se tiene que revelar, nuestra actitud debe ser la reverencia, la preparación, la espera, a cambiar cuando Dios le trae el cambio, vivir con las ventanas del alma abiertas, para que el Espíritu entre con una nueva luz y esperanza.
Coyunturas que se ayudan mutuamente
La función de la iglesia es ser un vínculo de unidad, de fraternidad, de consuelo, de esperanza. “De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:16).
Lejos de ayudarnos mutuamente, nos insultamos cuando no compartimos la misma imagen de Dios, como si adorásemos a otro Dios, dejemos que Dios sea Dios. El acto supremo de adoración a Dios es dejar que Dios sea Dios, que se presente como desee, que cambie que sorprenda, que sea lo que quiera ser y que actúe como quiera actuar, y si su conducta no encaja en nuestros moldes, estar dispuestos a cambiar los moldes y a no rechazar su imagen porque no se ajusta a nuestras exigencias.
CONCLUSIÓN
¿Qué Dios es el que Ud. adora? ¿Qué imagen tiene Ud. de Dios? Como reaccionaría al encontrarse con un cristiano de Japón, China, India, Tailandia, o de Vietnam, lo más seguro es que rechazaría su cristianismo. No nos entendemos en nuestra región de Latino América, mucho menos con los cristianos asiáticos.
Dios tiene mil formas diferentes de revelarse a los hombres, si lo entendiéramos, nos hubiéramos evitado tantos crímenes y las mal llamadas guerras santas, que se han llevado a cabo en el nombre de Dios.
El propósito que Dios se ha planificado es unirnos en un solo cuerpo, independientemente de su religión, “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (1 Corintios 12:13).
Pero parece que este proyecto le está costando a Dios mucho más de lo esperado, y todo debido a la resistencia que ponemos, al no dejar que Dios sea Dios, lo tenemos encajonado creyendo que solo puede ser Dios bajo los esquemas doctrinales que profesamos.
El mejor ejemplo que tenemos de Dios es que se nos ha revelado desde nuestra experiencia humana, dentro de los límites de nuestro conocimiento. Dios entra en nuestra dimensión para hacer visible al invisible. “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Colosenses 1:15).
Déjese que Dios rompa esa imagen que tiene, para dar paso a una nueva relación de vida que Dios quiere tener con Ud. El concepto que tengamos de Dios es el que define nuestra vida, y marca la convicción de nuestra fe. Dejemos a Dios, ser Dios.
© Francisco Antonio Martinez. Todos los derechos reservados.