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Conquistar la amargura a través del perdón – I

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos Predica de Hoy: Conquistar la amargura a través del perdón – Parte I

Estudios Bíblicos Texto Biblico: 1 Pedro 4:1

Introducción

Hoy aprenderemos la definición y consecuencias de la amargura, y comenzaremos una serie de siete pasos para cambiar la amargura en perdón. Enfoquémonos en entender el sufrimiento, ya que la falta de ese entendimiento del sufrimiento nos produce amargura en lugar de perdón.

I. La definición y consecuencias de la amargura.

1. La amargura es un resentimiento arraigado, lo cual en realidad es odio hacia otra persona.

  • a. La palabra griega para “amargura” es (pic-ría), que significa “fijar, atar, afianzar, construir mediante amarres”, de allí armar un caso, y sostenerse contra alguien por venganza y para su destrucción.
  • b. La palabra originalmente significó “incisivo, cortante, cruel.”

2. La Escritura también relaciona amargura con hiel, y le da connotación de veneno.

  • Hechos 8:23 – Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.

3. La mayoría de las personas amargadas no reconocen la amargura como tal.

  • a. En lugar de reconocer que están amargadas, dicen simplemente que han sido lastimadas, desilusionadas u ofendidas por otra persona.
  • b. Pudieran incluso realizar obra cristiana con la motivación de la amargura.

5. Este fue el caso con Simón, el que fue hechicero.

  • a. Aparentemente él tenía motivaciones ocultas al desear la autoridad para dar o negar a las personas el Poder del Espíritu santo.
  • b. Pedro inmediatamente reconoció esta situación y dijo:
    • Hechos 8:21-23 – No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.

Las consecuencias destructivas son las mismas, sea que la persona reconozca su propia amargura o no.

II. Enfermedad física.

1. Si permites que haya amargura en tu vida, sufrirá daño tu sistema inmunológico, y aumentará tu susceptibilidad ante la multitud de padecimientos físicos.

  • a. Frecuentemente los médicos pueden relacionar el inicio de trastornos físicos serios, con el tiempo en que se inició la amargura.

III. Trastornos emocionales.

1. La amargura ocasiona un agotamiento continuo de tu energía emocional; el resultado es una depresión destructiva.

  • a. Además la persona contra quien estás amargado empieza a controlar tu vida.
  • b. Incluyendo tus pensamientos, tus metas y actitudes.
  • c. El resultado de este control es que te empiezas a parecer a aquel contra el cual sientes amargura.

IV. Engaño y esclavitud espiritual.

1. Es muy común que una persona amargada contra otra piense que él ama a Dios.

2. De allí la necesidad de la reprensión en 1 Juan 4:20.

“…Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?..”

3. La conclusión del asunto se da en Efesios 4:30-32.

“…Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo…”

Siete pasos para cambiar la amargura en perdón.

I. Arrepiéntete de valores temporales.

1. La misma presencia de amargura demuestra que la persona tiene valores temporales.

  • a. Tener valores temporales es preocuparse mas por cosas que duran poco tiempo, que por cosas eternas. (2 Corintios 4:18).
  • b. La presencia de valores temporales incluye otro problema, que Jesús señaló cuando un hombre se abrió paso a través de la multitud para decirle: “maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia Lucas 12:13.

Este hombre pudiera haber tenido una inconformidad válida; sin embargo, Jesús primeramente le reprendió diciéndole: “…Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?..” (Lucas 12:14).  Luego Jesús se dirigió a sus discípulos y les dijo que observaran la avaricia en este hombre.

La amargura, pues, revela valores temporales y codicia, que la Escritura identifica como idolatría. Colosenses 3:5. (Idolatría) “esperar de la gente o de las posesiones, beneficios que solo Dios puede dar”. Mucho mas importante que las posesiones, son las cualidades de carácter piadosas, que determinan la paz interior del hombre, y la medida de la libertad que tiene Dios para bendecirle.

Hace muchos años un hombre de 24 años empezó a trabajar para el presidente de una empresa pequeña. El presidente le aseguró a este empleado que si el trabajara por el salario mínimo, el negocio sería suyo cuando el dueño se retirara, dentro de pocos años.

El empleado trabajó diligentemente durante 14 años por muy poco salario, y el negocio prosperó. Luego un día el presidente le informó que habría vendido el negocio, y que ya no abría empleo para él.

Si este empleado hubiera estado sirviendo al presidente de la empresa con la meta temporal de ser dueño de la empresa, probablemente se hubiera amargado. En lugar de eso, él había estado trabajando como para el Señor, y esperando las recompensas que solo el Señor puede dar.

En los siguientes años el recibió por otros medios las recompensas que el Señor le había prometido. (Colosenses 3:23-24).

La bendición de Dios sobre el empleado no justifica al presidente por la falta de cumplimiento de su promesa.  Dios advierte a los amos. (Colosenses 3:25-4:1).

II. Da Gracias a Dios por la ofensa.

Es extremadamente difícil dar gracias a Dios por permitir las ofensas que tu sufres de parte de otros. Sin embargo, esto es precisamente lo que Dios te pide que hagas. (1 Tesalonicenses 5:18-19).

Recuerda que no estas agradeciendo a Dios las ofensas, sino sus buenos y soberanos propósitos al permitir que ocurran.

Dios no es responsable por la maldad de los que te han lastimado; pero Él ha prometido que usará la ira de ellos para beneficio en tu vida.  (Salmo 76:10). Por estas razones puedes dar gracias, aun cuando no sientas gratitud.

A. ¿Cuáles son las causas de ingratitud?

1. Suponer que Dios nos debe algo.

  • a. Existe la actitud generalizada de que Dios le debe a cada persona una vida de 70 u 80 años, feliz, plena y prospera.
  • b. Si algo sucede para acortar la vida de una persona, se le culpa a Dios, y se pregunta, “¿Por qué permitió Dios que sucediera esto?
  • c. La mujer de Job no entendía el propósito del sufrimiento, y se amargó contra Dios.
  • d. Semejante actitud seguramente causará amargura, como en la mujer de Job. Cuando ella vió la miserable condición de su esposo, le dijo, “…Maldice a Dios, y muérete…” Job 2:9.
  • e. La respuesta de Job es significativa: Job 2:10, 13:15.
  • f. Si Dios nos diera lo que merecemos, ninguno de nosotros estaríamos vivos, porque todos hemos pecado, y la paga del pecado es muerte. (Romanos 6:23)
  • g. Jeremías tenia razón cuando dijo: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos” (Lamentaciones 3:22-23).

2. Fijar la atención sobre lo que creemos que debíamos haber recibido, no lo que recibimos.

Los padres de un niño de 10 años se amargaron cuando su hijo murió. Su amargura estaba dirigida contra el medico que lo había atendido, y contra Dios por haberlo permitido.

Estos padres eran cristianos, y sabían que la amargura era mala, pero no habían podido conquistarla, hasta que escucharon una ilustración en un Seminario.

La ilustración era acerca de una madre que se amargó contra Dios cuando su yerno mató a su hija de 30 años de edad.

A esta madre se le preguntó que pensaría ella de unos vecinos que, después de recibir un regalo de cien dólares cada día por treinta días se amargaran cuando los regalos pararan. Naturalmente la madre veía a los vecinos como malagradecidos.

Entonces se le preguntó a la madre, “¿No tienes tú la misma actitud de ingratitud para con Dios? “Tu hija fue la herencia que Dios te confió. Dios te dio 30 años para estar con ella.

Tu amargura se debe a que fijas la atención sobre los 40 años adicionales de vida que crees que Dios le debía a tu hija, para que pudieras estar con ella.”

Cuando la pareja empezó a dar gracias a Dios por los diez años que les dio con su hijo, su amargura se convirtió en gratitud.

Examina cada perdida que has experimentado como resultado de una ofensa, e identifica las cosas que Dios te dio antes de que ocurriera la perdida. Dale gracias a Dios por lo que Él te dio, y enfatiza los beneficios que esto te ha traído.

Conclusión:

En la siguiente lección seguiremos con el tercer paso, Llamado CONSIDERA A TU OFENSOR COMO UN “AGENTE DE DIOS”

© José Navarro. Todos los derechos reservados.

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