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No mires la tormenta

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos Predica de Hoy: No mires la tormenta

Estudios Bíblicos Lectura Bíblica: Mateo 14:22-32; Hebreos 2:1 y Hebreos 12:2

Textos Áureos:

Mateo 14:30 – “Pero cuando Pedro sintió la fuerza del viento, tuvo miedo. Allí mismo empezó a hundirse, y gritó: -¡Señor, sálvame! 31- Entonces Jesús extendió su brazo, agarró a Pedro y le dijo: -Pedro, tú confías muy poco en mí. ¿Por qué dudaste?” (Biblia al día).

Hebreos 2:1 – “Por eso debemos poner más interés en el mensaje de salvación que hemos oído, para no apartarnos del camino que Dios nos señala“. (Biblia al día).

Hebreos 12:2ª – “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…” (RV)

Introducción

Cuando Pedro sintió el ímpetu del viento, tuvo miedo. Entonces comenzó a hundirse, y gritó: -¡Señor, sálvame! Jesús extendiendo su brazo, tomó a Pedro y le dijo: -hombre de poca fe, ¿Por qué dudaste?”, dice otra versión de la Biblia.

¿Sabe? Esta escritura es una referencia muy válida para nuestras vidas: si existe alguna manera en que su enemigo pueda lograr que Ud. quite sus ojos de Jesús, de que Ud. se aparte de la Palabra de Dios, créame que lo hará.

Él le ocasionará problemas, hará que las circunstancias que le rodean hagan que su vida comience a tambalearse y a agitarse como un bote de remos en medio de un mar embravecido, hará cualquier cosa que pueda para que Ud. se concentre en la esfera de los sentidos físicos y la situación que lo rodea en lugar de concentrarse en las promesas de Dios para su vida, él hará que las circunstancias que está atravesando perezcan gigantescas olas que van a acabar hundiéndole en las profundas y oscuras aguas del fracaso.

En medio de la tormenta

Lo que intento decirle es que a Pedro le pasó exactamente lo mismo que a nosotros nos pasa con frecuencia en nuestro diario vivir. Nuestro enemigo logra con éxito atraer nuestra atención alrededor, a las situaciones cotidianas, a lo que nos rodea, a las tormentas que se forman alrededor nuestro, para así distraernos del Señor y que entonces quitemos nuestra mirada de donde está Dios hablándonos y dirigiéndonos.

El diablo quiere, a cualquier precio, que Ud. quite sus ojos de la dirección del Señor y entonces él podrá lograr que sucumba y se hunda en las tormentosas aguas de la desesperación y el temor.

Fue lo que hizo Pedro ese día en respuesta a lo que Jesús le pedía. Jesús le dijo “VEN”, y Pedro, mientras mantuvo sus ojos puestos en Jesús, mientras se mantuvo escuchando la voz del Señor que lo llamaba, saltó de la barca. No prestó atención a las oscuras aguas, no miró cuan amenazadora y temible era la tormenta, no prestó oídos al bramido del viento, no se fijó en el tamaño de aquellas grandes olas que amenazaban el con destrozar el bote, ni siquiera reparó en el miedo paralizante que sentían los otros discípulos.

Y es curioso que mientras se mantuvo en esa orientación, mientras mantuvo su mirada en su Señor, Pedro pudo caminar por encima de las aguas, pudo desafiar y vencer las leyes de la física, porque su mente, sus sentidos, su atención estaban confiando en Jesús, no en sus propias virtudes.

Cuando hacemos eso, no importa lo tormentoso y violento que se presente el día, no importa que las olas parezcan cada vez más grandes y amenazantes, no importa que el bote parezca a punto de explotar por la presión de las turbulentas aguas. ESO NO SUCEDERÁ, pues tú has puestos tu mirada, tu confianza en Aquel que es poderoso para salvarte, y tú podrás seguir avanzando, caminando hacia Jesús con todo éxito, a pesar de las dificultades. Pedro, en todo su ser estaba orientado hacia Cristo, en ese momento sus ojos estaban buscando los ojos de Jesús, Pedro estaba orientado y plantado sobre la Palabra y en el Señor que estaba hablando la Palabra.

En la tormenta cuando Jesús le dijo “VEN”, Pedro se aferró a esa palabra.

¿Sabe?, eso es todo lo que Ud. necesita en la vida: tener una palabra, una palabra de Dios y aferrarse a ella. Si Dios le ha hablado, y Ud. mantiene esa palabra aferrada a su mente, si usted mantiene su vista, su orientación, sus ojos en Cristo, si Ud. orienta sus sentidos espirituales hacia lo que Dios le ha dicho, entonces Ud. tendrá éxito, Ud. será un vencedor en cada área de su vida.

¡Claro!, cuando Pedro apartó su mirada de Jesús, cuando dejó de apoyarse en la palabra de su Maestro, empezó a ver la tormenta. Oiga hermano, el mar era el mismo, las olas eran las mismas, la tormenta era tan recia como cuando él saltó de la barca, pero cuando Pedro quitó su atención de Jesús.

Cuando él apartó sus ojos de los ojos de Jesús, inmediatamente puso a trabajar su cabeza, puso su sentido común en marcha. Entonces empezó a sentir el ruido del recio viento, las olas golpeando su cuerpo, los gritos de temor de los otros discípulos, el rugido de un mar embravecido. Pudo ver las profundas y oscuras aguas bajo sus pies, pudo razonar que no era posible que un hombre caminara sobre las aguas, empezó a llenarse de dudas, Y TUVO MIEDO, como consecuencia, comenzó a hundirse.

¿Sabe? Es comprensible, pues la forma de pensar, las estructuras de pensamiento que Pedro traía desde muy joven, su formación de pescador, todo lo que él conocía acerca del mar, de las grandes tormentas, del peligro de las olas, ¡tantas historias había escuchado y tantos hombres había conocido Pedro que habían perecido en esas tormentas!, le hicieron razonar que lo que estaba aconteciendo era imposible. Después de todo él era un pescador, un hombre conocedor del mar, y los que conocen el mar como Pedro saben que es imposible caminar sobre las aguas. Entonces SU FE FALLO, y tuvo miedo, y comenzó a hundirse.

Conclusión

¿Sabe? No cometa Ud. el mismo error de Pedro, no preste atención a lo que dicen las circunstancias de su vida, no preste oídos a lo que dicen los noticieros, no confíe en sus instintos, ni en su preparación, no confíe en sus razonamientos, no acepte consejos de gente que a lo mejor es bien intencionada, pero no conocen a Dios, no crea lo que otros dicen de Ud. o de las circunstancias.

Su salud no depende de lo que decrete un médico, tampoco de un estudio. Su economía no depende de un ministro de economía, ni de un aumento de sueldo que nunca llega, Su seguridad laboral no depende del Indec. TODA SU VIDA, EN TODOS SUS ASPECTOS, DEPENDE DEL DIOS QUE HIZO LOS CIELOS Y LA TIERRA, créale sólo a El. Ponga su atención en Jesús. No mire la tormenta. Piénselo.

© Daniel Edgardo Colazo. Todos los derechos reservados.

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