Contrario a lo que hacen muchos tele-evangelistas y predicadores adictos al aplauso, Pedro hizo claro que no era por su piedad o por su mérito que el hombre cojo fue sanado.
Los hermanos inmaduros estarían tentados a elevar a un siervo de Dios a niveles peligrosos. Y es aquí también que los neófitos e inmaduros predicadores sucumben ante el halago y el aplauso de los fieles, olvidando que toda la a alabanza debe ser a Dios.
“Y un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, era traído; al cual ponían cada día a la puerta del Templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el Templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo, rogaba que le diesen limosna. Y Pedro, con Juan, fijando los ojos en él, dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Y Pedro dijo: No tengo plata ni oro; mas lo que tengo, esto te doy; en el Nombre de Jesús, el Cristo, el Nazareno, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y luego fueron afirmados sus pies y piernas. Y saltando, se puso en pie, y anduvo; y entró con ellos en el Templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Y le conocían, que él era el que se sentaba a pedir la limosna a la puerta del Templo, la Hermosa; y fueron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido. Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón. Y viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? O ¿por qué ponéis los ojos en nosotros, como si con nuestra virtud o piedad hubiésemos hecho andar a éste? ” Hechos 3:2-12
Un gran número de evangelistas y predicadores famosos no pueden hacer suyas las palabras de Jesús:
Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Mateo 8:20
Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Hechos 20:33-35
Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Hechos 3:4-6
Pablo y Bernabé también fueron objeto de una admiración desmedida que simplemente rayaba en idolatría. Sin embargo ellos hicieron claro que es precisamente en contra de estas prácticas que ellos predican.
Entonces la multitud, visto lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses semejantes a hombres han descendido a nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, que estaba delante de la ciudad de ellos, trayendo toros y guirnaldas delante de las puertas, quería con el pueblo sacrificarles. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rotas sus ropas, se lanzaron a la multitud, dando voces, y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, y el mar, y todo lo que está en ellos; el cual en las edades pasadas ha dejado a todos los gentiles andar en sus caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. Y diciendo estas cosas, apenas apaciguaron la gente, para que no les ofreciesen sacrificio. Hechos 14:11-18
CONCLUSIÓN
El encumbramiento desmedido de algunos hermanos por parte de creyentes con tendencia a idolatrar a los hombres ha llevado al surgimiento de personajes que se enseñorean de la grey tales como un papa, un Witness Lee, un Jim Jones, Samuel Joaquín, José Smith, Elena G. de White, etc.
Los escritos de dichos personajes han sido elevados al rango de “Palabra de Dios” por sus seguidores. Muchos cristianos esperan con similar actitud la publicación las más recientes libros de sus autores cristianos favoritos y olvidan escudriñar la Biblia por sí mismos. “…Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios…” 1 Corintios 4:1
¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. Lucas 17:9-10
Cuando a Daniel le fue revelado el sueño y la interpretación de Nabucodonosor no se vanaglorío diciendo que era el único entre muchos a quien se le revelaba este misterio. En lugar de eso dio toda la gloria a Dios.
Y á mí ha sido revelado este misterio, no por sabiduría que en mí haya, más que en todos los vivientes, sino para que yo notifique al rey la declaración, y que entendieses los pensamientos de tu corazón. Daniel 2:30
José el hijo de Jacobo actuó en forma similar a Daniel. “…Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón…” Génesis 41:15-16
En una ocasión escuche a un miembro de la secta localista decir el hermano Witness Lee ya alcanzó la estatura del apóstol Pablo. Esto me hizo darme cuenta que hay hombres prestos de ensalzar al siervo en vez de al Señor.
Tambien escuche hace años decir a una hermana a mi me parece que el hermano Jimmy Swaggart es uno de los dos profetas que se mencionan en el apocalipsis. Después nos enteramos del lamentable escándalo en que se vio envuelto. Es menester que pensemos en los demás con cordura y moderación para no gloriarnos equivocadamente en los hombres.
“…Mas el que se gloría, gloríese en el Señor…” 2 Corintios 10:17
© Pablo Ortega. Todos los derechos reservados.
Toda la gloria sea al Señor, aprendamos de Jesús y de su palabra viva en amén