El poder del compromiso – Parte II

Daniel Tomas

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¿Como encender la luz de Cristo?

El poder del compromiso – Parte II

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Todo eso no es tuyo, es mío, yo te lo doy porque te amo ¡Te lo doy porque te amo! ¡Todo eso que nos fue dado por GRACIA! Como tu manejes esta gracia, que tan mayordomo seas con mi gracia, ¡así yo te voy a bendecir! Yo te di un talento yo quiero que lo multipliques.

Yo te di dinero quiero que lo multipliques. Yo te di familia yo quiero que la cuides y seas un buen mayordomo. Yo voy a volver por ti y te voy a pedir cuentas porque yo tengo la autoridad de venderte, porque yo te compre en el mercado de los esclavos.

Mayordomía es una comodidad muy cara, todo lo que Dios nos da para que manejemos esto, se llama gracia.

El favor que Dios nos dio para la gente, no es para mí es para otros, la llave de la gracia, la mayordomía, un día va a venir el dueño a pedir cuentas.

Él nos va a juzgar. ¿Y…los miles de pesos que te di para que ayudaras al pobre, al extranjero, para que sembraras en mi Reino? Lo gastaste en deleites, en comida y nunca diste de lo que yo te di en tu mano, siervo infiel, yo no quiero estar ahí.

Cuando Jesús me juzgue, quiero verlo a la cara y decirle: Señor fui un buen mayordomo de lo que me diste y lo que me diste te lo multipliqué ¿Donde está el don que yo te di?

Dios no te dio gracia para ti, te dio gracia para otros, y cuando tu le das a otro Él te va a bendecir, que Jesús, el Hijo de Dios, sea el Señor absoluto y autoridad absoluta de tu vida, has un pacto con El, de seguirlo, de honrarlo, de comprometerse, cada uno es mayordomo del don, pero el don no es tuyo ¿Para quién es?

© Daniel Tomas. Todos los derechos reservados.

Leer: El poder del compromiso – Parte III

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Daniel Tomas
Autor

Daniel Tomas

Mi nombre es Daniel Tomas y hace más de 35 años sirvo al Señor. He asumido el compromiso de serle fiel cada día de mi vida y de sembrar mi corazón y ministerio en Su presencia y así llevar mucho fruto. Junto con toda mi familia en enero del año 1994 vinimos a Bariloche a servir en la Iglesia Catedral Familiar, de la Unión de las Asambleas de Dios, ministerio el cual amamos y donde Dios nos trajo para así alcanzar Su sueño, que es ver a esta ciudad y pueblos aledaños rendidos a los pies de Jesús.

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