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La fe como don

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos Predica de Hoy: La fe como don

Introducción

Creo que ha quedado claro que en la Biblia aparece reflejado tres tipos de Fe. Hemos estudiado la Fe que Salva, la Fe como Fruto del Espíritu Santo y ahora nos toca ver la última, que es:

LA FE COMO DON.

El Don de Fe se diferencia de la Fe que Salva y de la fe que viene como fruto del Espíritu Santo; porque ésta va muchísimo más lejos, puesto que encierra una confianza absoluta en Dios, en su palabra, como también en sus promesas. Es una entrega de todo el ser a ese Dios en quien creemos y confiamos.

Aunque dijimos en la lección pasada que la palabra Fe viene del griego “Pistis” y que esta significa “Fidelidad”; es interesante notar que en el Evangelio de Juan no se encuentra esta palabra fe, en este mismo sentido o significado sino que se usa la palabra “Pisteu” que significa “Creer”, esta aparece cerca de 85 veces. Esta palabra creer llegó a ser tan importante en todo el Nuevo Testamento, que a los que seguían a Jesús se les llamaba “Creyentes”.

El Don de FE, es un regalo de Dios impartido por el Espíritu de Dios, como manifestación sobrenatural a quien El quiere, para recibir milagros, protección y sustento sobrenatural, echar fuera espíritus y muchas otras cosas más que el mismo Dios nos da.

El Don de FE se encuentra en la lista de los dones del Espíritu, en 1 Corintios 12:9a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu“. Como todos los dones del Espíritu Santo, el don de FE fue dado para la edificación del cuerpo de Cristo. 1 Corintios 12:7 “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”.

El Don de FE puede ser definido como el don especial por el cual el Espíritu le da a los cristianos la extraordinaria confianza en las promesas, el poder y la presencia de Dios, de modo que puedan asumir posiciones heroicas para el futuro de la obra de Dios en la iglesia.

Ejemplos de personas con el don de la fe, son los que se mencionan en Hebreos capítulo 11. Este capítulo, a menudo llamado “el salón de la fe”, describe a aquellos cuya fe fue extraordinaria, que les permitió hacer cosas extraordinarias y sobrenaturales.

Aquí vemos a Noé pasando 120 años construyendo un barco enorme, cuando hasta ese momento no existía la lluvia, y vemos a Abraham creyendo que sería padre de un niño, cuando la habilidad natural de su esposa para tener hijos había terminado. Sin el don especial de la fe de parte de Dios, tales cosas habrían sido imposibles.

Aquellos que tienen el Don de FE son una inspiración para sus compañeros creyentes, demostrando una simple confianza en Dios que se refleja en todo lo que dicen y hacen.

De manera excepcional, las personas con este don, a menudo demuestran una humilde piedad y confianza en las promesas de Dios hasta el punto de ser conocidas por ser personas sin miedo y fervientes de una manera muy tranquila.

Están tan convencidas de que todos los obstáculos para el evangelio y para los propósitos de Dios se superarán, y tan confiadas de que Dios va a garantizar el avance de Su causa, que a menudo harán mucho más en la divulgación de Su reino, que los predicadores y maestros más talentosos y eruditos.

El Don de FE, es la fe en grado extraordinario.

Hablamos de la fe como don espiritual, que solo algunos reciben algunos para aplicar a su vez en situaciones específicas.

El Don de FE, es algo que proviene directamente de la gracia de Dios, no es “mi fe” sino “la fe de Dios” que me es aplicada de una manera sobrenatural. Por eso es un don (regalo) que no se puede conseguir con ninguna clase de esfuerzo humano religioso o intelectual.

Por ello Nuestro Señor Jesucristo es el “Autor y consumador de la fe.”  En el caso del don, es más que simplemente creer. Es recibir de Dios la confirmación sobrenatural en nuestro corazón para hacer cosas que humanamente jamás nos atreveríamos a intentarlas.

El Don de FE se refiere a la fe que mueve montañas, que vence las enfermedades y destruye todas las barreras con milagroso poder, siempre dependiendo, no de nosotros, sino de la voluntad de Dios para ese momento, lugar y persona. Charles S. Price dice: “Usted está mas cerca de la manifestación de esta gracia impartida, cuando comprende su propia impotencia y su entera dependencia del Señor”

Generalmente el DON de FE va acompañado de muchos otros Dones, como el de sanidades o el de Hacer Milagros.

La FE como Don del Espíritu Santo también crece.

Hay comentaristas que creen que cuando la Fe es dada como un don, ésta permanece inalterable, que se queda tal cuál y como Dios la dio; pero yo creo que no, que todo lo que Dios hace, crea y regala es expansible, crece y se multiplica; porque Dios es un Dios vivo y todo lo que proviene de Él viene para crecer.

El concepto que aprendí de niña de un ser vivo es que nace, crece, se multiplica y muere; muere pero para repetir de nuevo el ciclo en continuidad. Así me imagino a Dios, al igual sus dones.

Cuando Dios da a través de su Espíritu Santo el don de FE, éste no queda estático, sino que también crece.

Recuerdo que hace unos años atrás saqué una lección donde les enseñaba que la fe crece por etapas. En Lucas 17:6 nos dice: “Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería

El pasaje paralelo en Marcos 11:23 no sólo menciona árboles, sino también montañas: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho“.

Dios desea que Su Palabra obre. Él dice en Jeremías 1:12: “Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra“. En otras palabras: “Respaldaré mi palabra para que obre lo que yo quiero” (traducción parafraseada). Necesitamos descubrir este tipo de fe que “habla” y sucedan cosas.

El punto es este: Hay una “fe que habla” y está a la disposición de los hijos de Dios: “una fe que dice”.

Los expositores bíblicos han interpretado a Lucas 17:6 como sigue: “Se necesita una poquita de fe para realizar cosas grandes“. El problema con esta clase de doctrina es el siguiente: ¡No trabaja! Un “poquito” de fe nunca ha logrado cosas “grandes”.

Fe Como La Semilla De Mostaza.

Algunos años atrás, descubrí que la traducción de Weymouth dice: “Si usted tuviera fe que creciera como un grano de mostaza…”. Cuando leí eso, el Espíritu me hizo entender la enseñanza de Jesús de una manera diferente y nueva. Era una manera que nunca antes había escuchado a alguien explicar la fe.

Jesús no nos estaba diciendo que todo lo que necesitamos es un poquito de fe del tamaño de un grano de mostaza y, entonces, podríamos mover árboles y montañas. Por el contrario, estaba enseñándonos que la fe que crece como un grano o semilla de mostaza puede sanar a los enfermos, lanzar fuera demonios y ver las señales que han de seguir (Marcos 16:17-20).

Tenemos un comentario divino sobre cómo un grano de mostaza crece en Mateo 13:31, 32. Escuchemos las mismas palabras del Señor: “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas“.

Sabemos que la semilla o grano de mostaza es diminuto, pero Jesús dijo que cuando nacía y crecía hasta llegar a ser una planta adulta, es la más grande de todas las hortalizas, llegando a ser un árbol lo suficientemente cómodo como para alojar a las aves.

Conclusión

Cuando entendemos que no es una fe pequeña sino una fe creciente la que efectúa cosas grandes, entonces, viene a ser un concepto diferente de fe. Una fe pequeña hará algunas cosas; una fe grande hará cosas más grandes. En 1 Corintios 13:2, Pablo comenta sobre la fe que mueve montañas: “Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes…”.

He visto durante mi vida cristiana, 38 años, muchos ejemplos de hermanos que fueron usados con el don de Fe para obrar milagros y maravillas; aún en mi vida he visto destellos de esa fe, pero hoy pido al Señor que Él aumente mi Fe para desarrollar ese Don sobrenatural.

¿Qué necesitamos para recibirlo o desarrollarlo? Ser controlado absolutamente por el Espíritu Santo, cuando lo seamos, el Don de Fe se activará como y cuando el Espíritu Santo decida.

© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados.

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3 comentarios en «La fe como don»

    • La palabra dice que el mismo Espíritu, reparte a cada uno en particular como el quiere. Pablo dijo que procuráramos los dones mejores. Lee 1 Corintios 12 completo – Dones Espirituales

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