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El mundo y sus obras – Parte 1

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Estudios Bíblicos Predica de Hoy: El mundo y sus obras – Parte 1

Estudio Bíblico Texto Bíblico:  “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él“. 1 Juan 2:15 

El mundo y sus deseos

En este capítulo hablaremos sobre la influencia que tiene lo que está en el mundo con los creyentes de hoy en día, tal influencia tiene que se convierte en el enemigo número dos de aquel que quiere seguir a Jesús de todo corazón.

Hablamos del mundo, y que significa la palabra mundo. Conjunto de todas las cosas que existen y de la humanidad. El mundo es donde se alberga todo lo que es considerado ser vivo desde las plantas, animales, aves y todos nosotros.

A pesar que Dios creo este mundo para que tú y yo viviéramos, mucho antes de nosotros cuando allá en el huerto del edén, Dios comisiono a Adán para que cuidase al huerto donde estaban y la tierra. Dios le entrego este mundo creado a Adán en excelentes condiciones pero después de la caída del hombre, este mundo vino decayendo poco a poco hasta estos días.

Satanás como príncipe de este mundo ha hecho de este maravilloso lugar un caos completo, aunque él sabe que está condenado no dejara de trabajar y hacer que hasta los creyente se vallan con él al infierno.

El apóstol Juan hizo una declaración en cuanto a este mundo no améis al mundo, no os aferréis a lo que esta aquí visible en este mundo. Dios creo este mundo con todas las maravillas que vemos hoy naturalmente es maravilloso, todavía se puede ver la majestad de Dios en su creación haya en los lugares remostos de nuestra región, se puede respirar aire puro, mientras que en las ciudades el hombre ha hecho de este mundo una jaula de cemento.

A pesar que el hombre ha distorsionado la creación Dios en su inmensa misericordia nos sigue brindando su amor enviándonos la lluvia y el sol en su tiempo.

Porque Juan habla de no amar al mundo, primero Jesús dijo que le pertenece al príncipe de este mundo Juan 14:30  “No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí“.

Juan 12:31  “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera“.  Juan 16:11y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado“. Mira como Jesús le habla a Satanás, dando a entender que él es el dueño del mundo, cuando allá en el edén, Adán era la máxima autoridad, después que peco pasó a Satanás.

Por eso Juan dice no améis al mundo ¿porque? Porque este mundo le pertenece a Satanás y él lo gobierna, muchos creen que este mundo no va hacer destruido pero la biblia dice que todas las cosas serán desechas. Si Satanás es el príncipe de este mundo entonces todo lo que hay en él le pertenece hasta cierto punto.

El mandato se dirige a todos, no a una clase en particular, y de introduce de forma brusca e el texto. Mundo, el sistema organizado que actúa como rival de Dios. Aunque Dios ama el mundo de los hombres (Juan 3:16), no debemos amar lo que los incita en contra de Dios. Ahora el mundo nos incita hacer muchas cosas y mira el significado de incitar: Influir vivamente en una persona para que haga cierta cosa.

Como influye el mundo en la vida de los cristianos., el mundo ejerce una fuerza, una autoridad, un predominio sobre la persona o alguien de modo que actúe o sea de manera distinta.

¿Cómo se conoce si una persona es cristiana o  anda en el mundo? 

En la manera que actúa. Lastimosamente muchos en las Iglesias solo son creyentes de palabra pues nunca en su corazón se han arrepentido, algún día dieron ese paso de fe pero todavía no han sido regeneradas y no han nacidos de nuevo.

En estos tiempos las Iglesias están llenas de cristianos pero no de cristianos, mientras el mundo sea nuestro primer lugar en la vida nunca podremos entrar al cielo, porque si amamos más al mundo el amor de Dios no está en nosotros, porque si estamos llenos del mundo y viendo lo que hay en él, creo que la palabra Dios no estará en nuestros corazones.

Los jóvenes son los más influenciados, para mi época no tan remota no había tanta tecnología y entretenimiento, no había celular, computadores, ps4, ni consolas de juego de videos, nuestra televisión era en blanco y negro no había cable. La atracción al mundo fue después de muchos años más tarde.

Ahora mirando esta generación el diablo ha sido muy sigiloso en cuanto a entretener a los jóvenes hoy en día, no ha cambiado sus tretas ni artimañas, más bien las ha cubierto con un poco de astucia, pasar viendo la TV no es malo, jugar video juegos no es malo, usar el celular no es malo, navegar en internet no es malo.

A la verdad nada de esto es malo en cierto punto, lo que pasa es que nos hemos aferrado tanto a esto que se hace parte de nuestra vida diaria y en algunos casos nos volvemos esclavos de la tecnología a tal punto que preferimos no comer por estar con el celular.

Mira si el diablo no es ingenioso, pensamos que la tentación vendrá con una serpiente o nos referimos a Satanás con cacho y cola pero él se manifiesta al mundo como ángel de luz. 2 Corintios 11:14 “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz“.

Mientras pensamos en Satanás con cacho y trinche él camina delante de nosotros como cualquier otro personaje.

Algunas personas piensan que las mundanidades tienen que ver con la conducta externa. Con las personas con quienes nos juntamos, los lugares que frecuentamos, las actividades que disfrutamos.

No todo el tiempo es cierto ya que yo tuve muchos amigos y muchos de ellos tomaban drogas y a pesar que me relacionaba con ellos nunca la probé ni la he visto personalmente, frecuentaba muchos lugares de perdición pero muchos no me gustaron. Pero si sé que la mundanidad empieza en el corazón un deseo insaciable de tener, ver, o hacer algo.

Mateo 6:21Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón“.

Cuando es fuerte nuestro afecto por los bienes materiales, es difícil creer que un día se desvanecerá lo que deseamos. Donde está tu tesoro realmente tú que lees esto. Respóndete tú mismo. ¿Puedes reconocer si amas al mundo más que a Dios?

© Juan Carlos Jimenez. Todos los derechos reservados.

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