Discipulado Nº 3 – No seamos creyentes superficiales; sino creyentes fructíferos

Moreiba Cabrera

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Mensajes Cristianos.. No seamos creyentes superficiales

Discipulado Nº 3 – No seamos creyentes superficiales; sino creyentes fructíferos

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ESTUDIOS BÍBLICOS

Estudios Bíblicos Prédica de Hoy: Discipulado Nº 3. La Semilla Que Cayó En Pedregales. El Creyente Superficial, Religioso E Inestable.

INTRODUCCIÓN

Dios quiere que entendamos lo que significa el Reino de los cielos y ÉL enseñó a sus discípulos como era su reino a través de parábolas y quiere también enseñarnos a nosotros de una manera sencilla, entendible.

En la lección anterior vimos que esta parábola del Sembrador existen 4 diferentes tipos de terreno donde cae esa semilla y sobre cuáles son los resultados de cada uno. La primera semilla, la que cayó junto al camino y que vinieron las aves y se comieron la semilla, representó al corazón duro, golpeado por el dolor y lleno de resentimientos; en éstos el diablo roba la semilla y no deja que ella germine y dé fruto.

La aplicación es que si hemos notado que nuestro corazón se ha endurecido por el sufrimiento, por los resentimientos y dolores, pidamos a Dios un nuevo corazón y Él prometió dárnoslo. Solo así podremos entonces sembrar nosotros la palabra y convertirnos en Evangelistas, como bien trata la palabra profética para nosotros durante este mes.

En esta ocasión analizaremos la semilla que cayó en pedregales.

Mateo 13: 5-6. “Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó”.

Lucas 8:13. “Los que caen sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan”.

Al explicar sobre la semilla que cayó en los pedregales, quiero rescatar 3 simbolismos, para aprender un poco más sobre lo que Jesús nos quiso decir con estas palabras.

SIMBOLISMOS DEL PEDREGAL

I. REPRESENTA EL CREYENTE SUPERFICIAL

El pedregal simboliza a los creyentes que reciben el evangelio con gozo, pero al venir la tribulación (Marcos 4:17), la aflicción y la persecución inmediatamente se apartan (Mateo 13:20-21).

Esto me hizo recordar de un sueño que tuve recién convertida, me vi subiendo una montaña muy alta junto a otros jóvenes que se habían convertido en la misma campaña donde yo acepté al Señor; los veía a un lado y a otro, arriba y abajo.

Pero en un momento de la escalada vi como caían y a mi me pareció que era yo la que les empujaba y por eso se caían. Me desperté sobresaltada porque no sabía su significado; porque pensaba en el versículo de Lucas 17: 1-2. “Y Jesús dijo a sus discípulos: Es inevitable que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen! 2 Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños”.

La verdad es que me sentía culpable por este sueño, creía que por mi causa algunos jóvenes estaban cayendo y apartándose de los caminos del Señor.

Se lo conté a una pastora y esta me aconsejo muy sabiamente diciéndome que no era lo que yo pensaba; que ella entendía que muchos se iban a apartar de Dios por sus propias decisiones, porque iban a pasar por situaciones difíciles y por esto desertarían y que yo continuaría adelante a pesar de que las dificultades.

Efectivamente fue así, de las 700 personas que se convirtieron en esa campaña, no creo que en la actualidad haya mas de 20 personas firmes en los caminos del Señor. Fueron semillas que habían caído en pedregales y no tenían profundidad.

Los pedregales se refieren a una ligera capa de tierra que cubría el suelo rocoso. Era superficial, la semilla brotó pero no pudo echar raíz porque aunque había mucha tierra, ésta no tenía profundidad.

Cuantas personas viven de esta manera. Vidas superficiales, de apariencia nada más. Profesan ser cristianos pero con sus hechos lo niegan. No se afirman jamás, son llevados por las circunstancias y cualquier problema que golpea su vida los aparta de los caminos de Dios.

Este tipo de persona vive de “momentos”, al momento la recibe con gozo. Su gozo, su deseo de servir a Dios es momentáneo, es pasajero. No ha profundizado su relación con Dios. Por eso su gozo y su deseo se queman y se seca fácilmente.

También es probable que a este tipo de personas se les haya predicado un evangelio diferente del que Cristo y los apóstoles predicaron. Me refiero a un evangelio cómodo y sin ningún tipo de compromiso. La misma palabra advierte contra los que hacen tal cosa (Gálatas 1:8).

Cristo nunca prometió un camino fácil, una vida sin problemas donde todo iba a salir bien. Pero, lo que si él prometió es estar con nosotros siempre. El prometió nunca dejarnos y darnos las fuerzas para vencer en cualquier circunstancia difícil.

II. REPRESENTA AL CREYENTE RELIGIOSO

La semilla sembrada en lugares pedregosos encuentra poca profundidad de tierra. La planta brota rápidamente, pero la raíz no puede penetrar en la roca para encontrar el alimento que sostenga su crecimiento, y pronto muere.

Muchos que profesan ser religiosos son oidores pedregosos. Así como la roca yace bajo la capa de tierra, el egoísmo del corazón natural yace debajo del terreno de sus buenos deseos y aspiraciones. Debajo de ellos hay egoísmo, no creen que hayan pecado por lo que no sienten culpa por sus pecados. Esta clase puede ser fácilmente convencida, y parecen ser conversos inteligentes, pero tienen sólo una religión superficial.

Santiago 1:21. “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.

No se retractan porque hayan recibido la palabra inmediatamente ni porque se regocijen en ella. Tan pronto como Mateo oyó el llamamiento del Salvador, se levantó de inmediato, dejó todo y lo siguió. Tan pronto como la palabra divina viene a nuestros corazones, Dios desea que la recibamos, y es lo correcto aceptarla con gozo. Hay “gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente”. Y hay gozo en el alma que cree en Cristo.

Pero aquellos de los cuales la parábola dice que reciben la palabra inmediatamente, no calculan el costo. No consideran lo que la palabra de Dios requiere de ellos. No examinan todos sus hábitos de vida a la luz de la palabra, ni se entregan por completo a su dominio.

Las raíces de la planta penetran profundamente en el suelo, y ocultas de la vista nutren la vida del vegetal. Tal debe ocurrir con el cristiano: es por la unión invisible del alma con Cristo, mediante la fe, como la vida espiritual se alimenta. Pero los oyentes pedregosos dependen de sí mismos y no de Cristo. Confían en sus buenas obras y buenos impulsos, y se sienten fuertes en su propia justicia. No son fuertes en el Señor y en la potencia de su fortaleza, Tal persona “no tiene raíz en sí”, porque no está relacionada con Cristo.

En la semilla que cayó en pedregales, está reflejado el creyente cuyo corazón por diferentes razones no es tierra fértil. La tierra endurecida, que no es ablandada periódicamente por la lluvia, con el paso del tiempo finalmente termina por convertirse en piedra. Así son los creyentes de duro corazón. Los cuales no permiten que el agua viva del Espíritu les ablande. Son religiosos, mas no espirituales.

Quizá se acercaron a Dios en alguna necesidad, y cuando su súplica fue contestada se pusieron felices, pero malentendieron la verdad del reino (Hechos 14:22; 2 Timoteo 3:12) y permanecen cerca de las cosas de Dios un tiempo, hasta que vienen las necesarias pruebas (1 Pedro 1:6; 1 Pedro 4:12) y se alejan (2 Timoteo 1:15) porque no están dispuestos a sufrir por la Palabra (1 Pedro 3:14; 1 Pedro 4:13).

Cuando una semilla es lanzada y alcanza el suelo, luego nace. Por eso, la planta nueva intenta profundizar sus raíces para encontrar agua. Como en el suelo pedregoso hay poca tierra, no logra profundizar porque encuentra muchas piedras. Por esa razón, sus raíces no son profundas y no halla la humedad necesaria para crecer. Con nosotros puede suceder lo mismo si no buscamos el suministro en la Palabra, pues cuando surgen las dificultades y persecuciones, representadas por el sol en esta parábola, nos desanimamos y no producimos frutos.

No podemos permitir que esta condición permanezca. Debemos buscar la palabra del Señor para ser iluminados, es decir, negar nuestra vida del alma, nuestro ser natural. La vida del alma necesita ser arrancada como se sacan las piedras del suelo. Debemos arrancar aquello que impide que la palabra del reino eche raíces en nuestro corazón, como el orgullo, la autosuficiencia, la envidia, la ambición, etc. Por eso siempre enfatizamos la importancia de negar la vida del alma.

Si practicamos esto, sólo quedará la buena tierra, es decir, un corazón preparado para recibir más semillas de vida.

REPRESENTA AL CREYENTE INESTABLE

El suelo pedregal significa la gente de sentimientos inestables, cuyos buenos impulsos no son profundos, así como la capa fina de tierra que cubre la superficie de la piedra. Esta clase de gente por más que en un momento de su vida se hubiera interesado en la verdad evangélica como en algo interesante y nuevo, igual no hubiese sido capaz de sacrificar por esta verdad sus intereses personales, cambiar sus costumbres de la vida y comenzar firmemente a batallar con las tendencias malas. Ya en las primeras pruebas estas personas se desaniman y caen en la tentación.

Si analizamos el simbolismo de esta semilla que cayó en pedregales concluimos que DISCIPULADO Nº 3. 2019. Dios quiere que entendamos lo que significa el Reino de los cielos y ÉL enseñó a sus discípulos como era su reino a través de parábolas y quiere también enseñarnos a nosotros de una manera sencilla, entendible.

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Leer: Discipulado Nº 4. La semilla que ahogó la palabra. El materialismo 

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Moreiba Cabrera
Autor

Moreiba Cabrera

Moreiba Cabrera, Misionera, Pastora principal de la iglesia Nueva Vida de Madrid. Directora de la extensión de Madrid del Centro de Estudios Superiores de Teología de Asambleas de Dios CSTAD.

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