Inicio » Estudios Bíblicos » Discipulado Nº 3 – No seamos creyentes superficiales; sino creyentes fructíferos

Discipulado Nº 3 – No seamos creyentes superficiales; sino creyentes fructíferos

Mensajes Cristianos

DISCIPULADO Nº 3. 2019. LA SEMILLA QUE CAYÓ EN PEDREGALES. EL CREYENTE SUPERFICIAL, RELIGIOSO E INESTABLE.

Dios quiere que entendamos lo que significa el Reino de los cielos y ÉL enseñó a sus discípulos como era su reino a través de parábolas y quiere también enseñarnos a nosotros de una manera sencilla, entendible.

En la lección anterior vimos que esta parábola del Sembrador existen 4 diferentes tipos de terreno donde cae esa semilla y sobre cuáles son los resultados de cada uno. La primera semilla, la que cayó junto al camino y que vinieron las aves y se comieron la semilla, representó al corazón duro, golpeado por el dolor y lleno de resentimientos; en éstos el diablo roba la semilla y no deja que ella germine y dé fruto.

La aplicación es que si hemos notado que nuestro corazón se ha endurecido por el sufrimiento, por los resentimientos y dolores, pidamos a Dios un nuevo corazón y Él prometió dárnoslo. Solo así podremos entonces sembrar nosotros la palabra y convertirnos en Evangelistas, como bien trata la palabra profética para nosotros durante este mes.

En esta ocasión analizaremos la semilla que cayó en pedregales.

Mateo 13: 5-6. “Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó”.

Lucas 8:13. “Los que caen sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan”.

Al explicar sobre la semilla que cayó en los pedregales, quiero rescatar 3 simbolismos, para aprender un poco más sobre lo que Jesús nos quiso decir con estas palabras.

SIMBOLISMOS DEL PEDREGAL

I. REPRESENTA EL CREYENTE SUPERFICIAL

El pedregal simboliza a los creyentes que reciben el evangelio con gozo, pero al venir la tribulación (Marcos 4:17), la aflicción y la persecución inmediatamente se apartan (Mateo 13:20-21).

Esto me hizo recordar de un sueño que tuve recién convertida, me vi subiendo una montaña muy alta junto a otros jóvenes que se habían convertido en la misma campaña donde yo acepté al Señor; los veía a un lado y a otro, arriba y abajo. Pero en un momento de la escalada vi como caían y a mi me pareció que era yo la que les empujaba y por eso se caían. Me desperté sobresaltada porque no sabía su significado; porque pensaba en el versículo de Lucas 17: 1-2. “Y Jesús dijo a sus discípulos: Es inevitable que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen! 2 Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños”.

La verdad es que me sentía culpable por este sueño, creía que por mi causa algunos jóvenes estaban cayendo y apartándose de los caminos del Señor. Se lo conté a una pastora y esta me aconsejo muy sabiamente diciéndome que no era lo que yo pensaba; que ella entendía que muchos se iban a apartar de Dios por sus propias decisiones, porque iban a pasar por situaciones difíciles y por esto desertarían y que yo continuaría adelante a pesar de que las dificultades. Efectivamente fue así, de las 700 personas que se convirtieron en esa campaña, no creo que en la actualidad haya mas de 20 personas firmes en los caminos del Señor. Fueron semillas que habían caído en pedregales y no tenían profundidad.

Los pedregales se refieren a una ligera capa de tierra que cubría el suelo rocoso. Era superficial, la semilla brotó pero no pudo echar raíz porque aunque había mucha tierra, ésta no tenía profundidad.

Cuantas personas viven de esta manera. Vidas superficiales, de apariencia nada más. Profesan ser cristianos pero con sus hechos lo niegan. No se afirman jamás, son llevados por las circunstancias y cualquier problema que golpea su vida los aparta de los caminos de Dios.

Este tipo de persona vive de “momentos”, al momento la recibe con gozo. Su gozo, su deseo de servir a Dios es momentáneo, es pasajero. No ha profundizado su relación con Dios. Por eso su gozo y su deseo se queman y se seca fácilmente.

También es probable que a este tipo de personas se les haya predicado un evangelio diferente del que Cristo y los apóstoles predicaron. Me refiero a un evangelio cómodo y sin ningún tipo de compromiso. La misma palabra advierte contra los que hacen tal cosa (Gálatas 1:8).

Cristo nunca prometió un camino fácil, una vida sin problemas donde todo iba a salir bien. Pero, lo que si él prometió es estar con nosotros siempre. El prometió nunca dejarnos y darnos las fuerzas para vencer en cualquier circunstancia difícil.

Deja un comentario