Discipulado Nº 24 – Transformación interior – Gran valor

Moreiba Cabrera

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Discipulado Nº 24 – Transformación interior – Gran valor

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ESTUDIOS BÍBLICOS

Estudios Bíblicos Prédica de Hoy: Discipulado Nº 24 – Transformación interior – Gran valor

INTRODUCCIÓN

Este mes lo hemos llamado el mes de la transformación interior y sé que ésta no vendrá hasta que nosotros hayamos aceptado a Jesús en nuestro corazón y hayamos hecho lo mismo que hizo el mercader de perlas que BUSCÓ, HALLÓ, VENDIÓ TODO Y COMPRÓ LA PERLA DE GRAN PRECIO.

Tenemos que reconocer que nuestra transformación interior tiene un valor incalculable, se tiene que dejar todo o se tiene que pagar un precio alto y eso requiere de esfuerzo constante para lograrlo.

NUESTRA TRANSFORMACIÓN INTERIOR, ES DE GRAN VALOR.

Quiero hacer en esta lección una comparación de lo que es la transformación interior, con el proceso de la creación de una perla y reconocer de esa manera el por qué tiene tanto valor.

LA PERLA Y NUESTRAS VIDAS.

Según el diccionario de la Real Academia Española una perla es una concreción nacarada, generalmente de color blanco agrisado, reflejos brillantes y forma más o menos esferoidal, que suele formarse en el interior de las conchas de diversos moluscos, sobre todo en las madre perlas.

Cuando penetra en la ostra un grano de arena o de otro elemento agresivo para la ostra, las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y capas y más capas de nácarpara proteger el cuerpo indefenso de la ostra.

La belleza de la perla reside en la sabiduría de la ostra para transformar lo que la ha agredido y convertirlo en lo más valioso de sí misma.

¡Que tremendo! pensar que la ostra procesa todo aquello que pudo dañarla y lo cubre con su especialidad, el nácar, y espera pacientemente, a veces hasta 10 años para ver sus resultados: la preciosa perla.

Todo este proceso de la perla nos enseña a nosotros que una de las primeras cosas que debemos hacer en nuestro proceso de transformación interior es que debemos cubrir lo que nos daña, lo que nos hiere, con amor. (1 Pedro 4:8) “Y, ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”.

Cubre tu dolor y tus penas con varias capas de amor.Desgraciadamente son pocas las personas que se interesan por hacerlo. La mayoría sólo aprende a cultivar resentimientos dejando sus heridas abiertas; alimentándose con varios tipos de sentimientos pobres e impidiendo por lo tanto, que las heridas cicatricen.

Así, en la práctica vemos que son muchas las “Ostras vacías”, no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar su dolor en AMOR.

Cada muerte en vida es una “perla herida”, pero jamás cicatrizada.Cultiva tu ALMA como si estuvieras cultivando una PERLA.

Una ostra que no fue herida de algún modo no puede producir perlas,porque la perla es una herida cicatrizada. Las perlas son producto del dolor.

Una vez leí esta explicación y el escritor decía que cuando a la ostra se le introduce este cuerpo extraño, ella llora y en ese llanto es que sale el nácar que forma la perla. Me parece tan bonita la similitud,cuando lloramos y pasamos por sufrimiento, se va formando denosotras una linda perla que nos hará más valiosos para Dios.

El famoso pastor y escritor Charles Spurgeon dijo: “Me encantaría,mis hermanos y hermanas, que pudiéramos imitar a la madreperla. Una partícula dañina se mete en su concha, y esto le fastidia y le duele.

No puede expulsar el mal, y que hace sino cubrirlo con una preciosa sustancia extraída de su propia vida, por la cual convierte al intruso en una perla. ¡Oh!, que pudiéramos hacerlo con las provocaciones que recibimos de nuestra compañeros cristianos, para que perlas de paciencia, mansedumbre, longanimidad, y perdón pudieran ser criadas dentro de nosotros por medio de lo que nos ha hecho daño.”

Si queremos ser transformados interiormente, no debemos permitir que en nuestro interior haya resentimientos, amarguras y odios; porque esto hará que nos convirtamos en ostras vacías, sin ningún valor. Dios quiere que nos esforcemos día a día en procurar cubrir con amor todo aquello que quiera impedir el nacimiento de una perla valiosa para Dios.

Quiero terminar con una anécdota personal.

En el mes de Diciembre de 2017, Tomas y yo cumplimos 34 años de casados y lo celebramos haciendo un crucero por el Mar de China en Vietnam, allí nos llevaron a nosotros y a otra pareja de Singapur a un lugar donde cultivaban perlas y nos enseñaron paso a paso el procesode como la ostra formaba la perla en su interior.

Al finalizar, el que estaba explicando, preguntó, si queríamos ver una perla dentro de una ostra y me pregunto cuál de la que estaban allí en una pecera escogía para abrirla, yo miré todas y me decidí por la más grande, él nos dijo que esa ostra tenía cinco años de estar cultivando una ostra.

Procedió a abrirla, la abrió, esculcó en su interior y allí frente a nuestros ojos salió una perla. Era mediana ¡Preciosa! Se la colocó en la mano al otro chico que iba con nosotros, todos la miramos, la admiramos, cuando de pronto, la perla se le resbaló de la mano y cayó al mar, ¡Oh no! Gritamos todos, pero ya nada se podía hacer. Cinco años cultivándose y ahora se había perdido por la negligencia de un hombre. ¡No dejemos que nada ni nadie nos haga perder el valor que tenemos!

Durante estos últimos años Dios ha estado trabajando en nuestro interior, moldeando nuestro ser, porque somos valiosos y amados por Dios. ¡Dejemos que siga trabajando, porque al final obtendrá una gran perla, preciosa y de gran valor!.

© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados

Leer: Discipulado Nº 25. La transformación tiene un precio

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Moreiba Cabrera
Autor

Moreiba Cabrera

Moreiba Cabrera, Misionera, Pastora principal de la iglesia Nueva Vida de Madrid. Directora de la extensión de Madrid del Centro de Estudios Superiores de Teología de Asambleas de Dios CSTAD.

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