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Discipulado Nº 51. Un solo talento

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ESTUDIOS BIBLICOS.. TEMA: DISCIPULADO Nº 51 EL DE UN SOLO TALENTO

Estudios Biblicos.. Texto Biblico: Mateo 25:24 

Llegamos al final de nuestra parábola de los talentos y analizaremos ahora al siervo que recibió un solo talento.

Pudiéramos llegar a pensar que puede ser verdad que a algunos cristianos Dios solamente les otorgue un solo Don o un solo Talento; yo creo que no es así, que Dios a todos nos da mas abundantemente de lo aspiramos y merecemos, pero que aunque fuera tan solo uno, NUNCA JAMAS será para esconderlo, cavar un hoyo y enterrarlo. Es decir no usarlo a favor de otros, sino excusarme y esconderlo por miedo al señor, dueño del dinero.

LLENO DE EXCUSAS

“Es que no sabia”, “Es que tuve miedo”, “Es que no estoy listo”, “Es que no puedo”, son algunas de las excusas para no hacer las cosas conforme Dios nos enseña, es decir, con toda diligencia. Así mismo como colocamos excusas para justificar el error, también lo hacemos para no hacer lo que tenemos que hacer.

La expresión “sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí”, quiere decir que Dios no exige del hombre acciones que excedan sus fuerzas o habilidades. No es en nuestra fuerza que realizamos la tarea encomendada por el Señor. Dios conoce la imposibilidad de que el hombre haga su voluntad en su propia fuerza, por esto nos dota de poder para hacerla. Sin embargo, esta persona asume la responsabilidad de poner a producir aquel talento que le fue otorgado.

LLENO DE MIEDOS

Miedo a usar los talentos.

La actitud equivocada es la del miedo. El siervo que tiene miedo de su señor y de su regreso, esconde la moneda bajo tierra y deja de producir frutos.

La gran pregunta es ¿Cómo vencer el miedo? Lo primero es desear vencerlo y confiar en que el Señor nos ayude a ello. Después necesitamos orar para que el Señor no llene con la fortaleza y sabiduría necesarias para ir dando pasos adelante.

Lo maravilloso de sacar nuestros talentos y compartirlos, es que nos los perdemos. Todo lo contrario, aumentan, se multiplican.

¿Por qué enterró el talento?

Según la ley rabínica, al entierro se le consideraba como la mejor seguridad en contra del robo. Si una persona a quien se le había confiado dinero, la enterraba tan pronto como llegaba a su posesión, estaría libre de cualquier obligación si a aquél le sucedía algo. Lo opuesto era cierto para el dinero que estaba envuelto en una tela. En este caso, la persona era responsable de cubrir cualquier pérdida, debido al manejo inadecuado del depósito.

Aun así, en esta historia, el amo puso a su entendimiento patas arriba. Consideró que enterrar al talento constituía una pérdida, porque pensó que el capital debería ganar una tasa de rendimiento razonable. Desde este punto de vista, el tiempo es dinero (o interés).

La parábola también posee una lección crítica acerca de cómo usar nuestras capacidades y recursos dados por Dios. El amo esperaba que sus siervos buscaran obtener una ganancia material. En vez de pasivamente preservar lo que les había dado, esperaba que ellos invirtieran el dinero.

El amo estaba enojado ante la timidez del siervo que había recibido un único talento. Dios nos ordena usar nuestros talentos para fines productivos. La parábola enfatiza la necesidad de trabajar y de ser creativos, en oposición a la ociosidad.

Vers. 29Porque a cualquiera que tuviere, le será dado, y tendrá más; y al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado.”

NUESTRA RECOMPENSA.

Aquí se habla principalmente sobre la retribución en el otro mundo: El que se enriquecía espiritualmente en este mundo, recibirá aun más en la otra vida, pero el perezoso perderá lo poco que poseía. Hasta cierto punto la justicia de estas palabras pronunciadas se comprueba diariamente.

La gente que no desarrolla sus habilidades, eventualmente las perderán. Así como en una vida satisfecha y ociosa, la persona se entorpece mentalmente, su voluntad se atrofia, se endurecen los sentimientos y todo su cuerpo incluyendo el alma se debilitan, esta persona deja de ser hábil y se convierte en un zángano.

Por esta razón es necesario que nosotros enfoquemos nuestra mente de tal forma, para que cada minuto de nuestra vida sea usado para hacer el bien de los demás, dirigir nuestros pensamientos y deseos hacia la gloria de Dios. Servir a Dios es una necesidad para nosotros y un gran honor.

Por favor, no escondamos el talento que nos dio el Señor, aunque nos parezca que es insignificante. Hagamos nuestro trabajo con el amor de brindárselo a nuestros semejantes; seamos diligentes y productivos y garantizaremos nuestra recompensa, tanto en la tierra, como en el cielo.

© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados.

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1 comentario en «Discipulado Nº 51. Un solo talento»

  1. Muy bien el enfoque, me edifica y orienta, soy pastor de Asambleas de Dios en Guatemala, y siempre estamos aprendiendo, Dios les siga usando para su gloria y bendición de muchas almas. Espero seguí comunicándonos. Fiel, firme y fuerte con la ayuda de Dios.

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