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Los 4 mundos de Perdición – Parte 1

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos Predica de Hoy: Los 4 mundos de Perdición – Parte 1

Estudios Bíblicos Lectura Bíblica: Juan 8:32

Introducción

Los siguientes estudios bíblicos tendrán como propósito, introducir la forma de los mundos de la carne. El mundo a la vista, tanto de creyentes en Cristo como incrédulos, es muy atractivo, seductor y tentador.

El príncipe de todas las cosas, Satanás, se viste de lana y de la más fina. Sin embargo, en su interior está lleno de alambres de púas listo para lastimarnos gravemente, atrayéndonos en esas trampas de atracción fatal.

Es por ello que cuando no estamos firmemente cimentados en la roca que es Cristo, este mundo ofrecerá todo tipo de satisfacciones carnales destructivas. Estas satisfacciones o placeres, las presenta la palabra de Dios como Pecados.

La primera tentación se puede observar desde el Génesis, cuando Eva fue seducida por el amo de mentira. La palabra manifiesta que, a los ojos de Eva, el fruto parecía bueno y agradable (Génesis 3: 6). Al igual que en antiguo tiempo, las tentaciones a nuestros ojos parecen ser de buen proceder, y codiciables.

Podemos observar en el mundo, una simple frase que es denominador común del pecado: la esclavitud a las obras de la carne. También los cristianos tenemos la capacidad para escoger hacer algo que no es característico de ello, esto es andar “conforme a la carne”. Esta es la única forma de separarnos espiritualmente y morir (Romanos 8:12-13).

Concepto de Mundo

¿Por qué escoger mundo? Pues esta es una palabra con tres concepciones principales dentro de la palabra de Dios. El Estudio bíblico del evangelio de hoy, nos muestra las principales tentaciones que se encuentran en el concepto de Kosmos.

Si se investiga ampliamente, la etimología del vocablo proviene del griego y significa un mundo adornado, decorado, con belleza y simetría. Sin embargo, este adorno o belleza vino a representar algo opuesto totalmente al cielo.

La palabra de Dios describe este vocablo como algo alejado, opuesto a Dios, que descansa sobre el poder del mal. Es decir, a simple vista, el mundo solo es un adorno, algo que muestra belleza sin comparación. Sin embargo, cuando nos damos cuenta, puede que sea tarde y no haya perdón o remisión de pecados. Esto se presenta como parte de la naturaleza carnal y pecaminosa de todo ser humano. La misma se encuentra en contraposición de la naturaleza espiritual, la cual sigue a la santidad en Dios.

El Espíritu opuesto a obras de la carne

Cuando caminamos en el evangelio, el Espíritu Santo nos discierne que no lo hagamos. (Pero si por el espíritu hacéis morir las obras de la carne). Pero la antigua forma pecaminosa se resiste a obedecer los mandamientos de obediencia del espíritu.

Debemos trabajar sin descansar para que viviendo en santidad, demos muerte a cualquier pecado carnal en cada corazón creyente, tanto en palabras como en obras. Es algo sumamente complicado por las dos naturalezas opuestas, aunque nuestro esfuerzo sea máximo. Pero estas palabras son un buen resumen del camino y el proceso de satisfacción (crecer en santidad) en la vida con Cristo.

Pablo nos recuerda que solo alcanzaremos la victoria por el Espíritu de Dios y por el poder de Cristo.

Teniendo claro todo lo anterior procederemos a mencionar que pecados invadirán nuestra humanidad carnal, la susceptible a pecar, que es nuestra primera naturaleza. En Gálatas, Pablo hace una mención completa de todos los pecados de la carne. Si los agrupamos por esencia de pecado, se puede ver que ellos constituyen mundos, esferas de agrupación en el mundo actual. Las mismas pueden abarcar todo el ser o conducirlo a nuevos mundos carnales de tentación.

Se han separado así, porque constituyen esferas sociales separadas, o bien, la una lleva a la otra. Tanto en la antigua forma de ver la vida como en la actual, han constituido pecados graves, fuertes, con consecuencias irremisibles.

El primer mundo a analizar en este estudio bíblico se ha denominado el mundo sexual. Está basado en Gálatas 5: 19. Todos estos mundos obedecen fielmente a la primera naturaleza pecaminosa del ser humano, que son las obras de la carne.

El mundo sexual, el primer mundo de perdición carnal

El texto base de todos estos mundos, o la interpretación de este estudio bíblico, se encuentra en la carta paulina a los gálatas. Gálatas 5:19 establece con claridad este primer mundo y sus cuatro formas tentativas del ser.

Al momento de la creación, Dios nos creó a su imagen en espíritu y verdad. Sin embargo, al hombre, le dio una compañía idónea para poder sojuzgar la creación que había hecho solo días antes. Esta creación en semejanza espiritual, fue hecha con características únicas de cada ser. Por ello, la sexualidad es una de las diferencias que nos caracterizan.

La sexualidad ocupa un lugar alto en nuestras vidas, sobre todo en estas épocas. Estudios realizados en una universidad de Estados Unidos arrojó que el hombre piensa en sexo, en promedio, 19 veces al día. En cambio, las mujeres lo hacen unas 10 veces. Teniendo un lugar preeminente dentro de los pensamientos, es muy comun pecar si no se cuenta con una integridad espiritual.

Pecados sexuales

Si la persona no tiene el don de continencia o de abstinencia, va a requerir del sexo opuesto para su realización y satisfacción de placeres. La desesperación de la sexualidad trastorna sobremanera la integridad de la persona. Y esto, los demonios conocen fielmente, como seres inteligentes, y lo aprovechan hasta sus últimas consecuencias.

La forma descuidada de tratar el sexo, nos lleva a pecar una y otra vez. Como ejemplo, la pornografía, puede someter a espíritus malignos que llevan a una desorientación sexual, de donde pueden originarse los pervertidos sociales. El mundo atraviesa muchos problemas graves y que van creciendo desmedidamente. A través de este estudio bíblico, trataremos los principales pecados sexuales a continuación.

Fornicación, pecado contra el cuerpo

Es sexo entre dos personas que no están casadas ante los hombres, es decir, son relaciones sexuales hechas de manera ilícitas. También incluye la satisfacción individual del ser, es decir, la masturbación. Es una búsqueda ilícita de placeres del cuerpo.

Su raíz griega proviene de Porneia. Normalmente, en la palabra de Dios, la fornicación está íntimamente relacionada con la deslealtad. Se puede decir que la fornicación es una deslealtad e inmoralidad física y espiritual contra Dios.

En el mundo de hoy la palabra fornicación se usa poco, ya que las relaciones entre personas no casadas son comunes. Asimismo, la masturbación ya no constituye algo crítico en un mundo espiritualmente desvirtuado. Regularmente, se adorna como algo sin complicaciones, existiendo un mundo creciente dentro de este pecado que es alimentado por la pornografía.

Lamentablemente son aceptadas como parte de un estilo de vida moderno y radical que admite este tipo de excesos con liberalidad. Pero aunque esta inmoralidad suene anticuada, es un pecado que se subestima; y privará a muchos de la salvación, a menos que se arrepientan.

Si no existe este arrepentimiento, y no se tiene un respeto por lo espiritual, pasa a constituir otro tipo de pecado denominado idolatría. El apóstol pablo dijo que ello constituye un pecado contra el cuerpo, contra Dios y además de eso, contra el templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6: 18-19).

Adulterio, El pecado moral del matrimonio

De acuerdo con el diccionario bíblico del mundo hispano, se define el Adulterio como el trato carnal que puede tener un hombre con una mujer, generalmente. Este hombre puede estar casado o soltero, pero la mujer, normalmente está casada. En los mandamientos de la ley, el decálogo del Sinaí, Dios prohíbe totalmente codiciar la mujer ajena. Por ello, es un pecado.

Por ello, este hecho puede producir que, tanto el hombre como la mujer rompan sus vínculos matrimoniales. Aquí, se manifiestan pensamientos o relaciones sexuales con otra persona ajena a su esposo o esposa.

Dios estableció que se abandonará padre y madre, y se unirá a una sola mujer, tal como una sola carne. Este es el primer concepto de familia, establecido por Dios en la biblia, e inspirado a Moisés. El matrimonio, constituye un elemento social, y un vínculo de carácter divino, donde hay la responsabilidad amorosa de mantener la unión entre hombre y mujer.

El objetivo del adulterio

El objetivo de este tentador pecado no es más que satisfacer el deseo o placer carnal con algo inaccesible para el hombre o la mujer. Al Dios establecerlo como pecado, la desobediencia en el empleo de esta tentación conduce a la muerte. En el tiempo antiguo, esto constituía un pecado gravísimo. Asimismo, el castigo para las personas adúlteras, era la muerte, para ambos, probablemente apedreados.

Consecuencias del adulterio

La naturaleza pecaminosa del hombre a lo largo de la historia, y las leyes instruidas por Dios, han enfrentado sus fuentes de integridad. Por ello, el pecado ha traído irremisiblemente la muerte en cada ser humano.

Cuando aún no había Dios establecido leyes, es decir, apenas estaba en formación su pueblo, ya marcaba rotundamente el destino de los pecadores. En Génesis 20:2-3, se puede observar la mentira de Abraham y la casi muerte y condenación de Abimelec por causa de ello. Esta mentira, casi conlleva a cometer adulterio por parte de este rey, a quien sin embargo, pesó Dios el corazón y lo encontró íntegro. El Adulterio constituye pues, a sabiendas o no, un pecado mortal.

Las relaciones fuera del matrimonio no solo colocan en peligro la unión de la pareja sino también los sentimientos maternales y paternales por los hijos. Esto se convertirá en una cadena de malos ejemplos que irán avanzando de generación en generación. De igual modo, el adulterio constituye la primera figura apóstata contra el señor, pues este pecado proviene del corazón.

Inmundicia, el abuso del cuerpo desde la mente

Son actos sexuales inmorales, suciedad de mente, de pensamientos, de deseos, de conducta y de palabras. En relación a lo sexual, de la misma forma, quien lleva cabo algún tipo de relación incestuosa, cometía inmundicia y debía ser muerto (Levitico 20:21).  Romanos 1:24 Pablo también llama inmundicia a la homosexualidad, y se refiere a algo que se realiza con el cuerpo (Romanos 6:19).

Definición etimológica de Inmundo

La palabra proviene del hebreo tame’. Como definición es la profanación, la contaminación y el ensuciamiento del espíritu del hombre. Muchas personas integras, a veces se dejan seducir fácilmente por este tipo de tentación, y quedan contaminadas. Dios siempre ha hecho un grandioso énfasis dentro de su pueblo, acerca de lo puro y lo inmundo. Por ello, Dios requiere de sus hijos la mayor pureza y santidad posible.

Inmundicia sexual o de géneros

En la época actual, la inmundicia ha ganado mucha pluralidad y terreno a través de la homosexualidad, en el movimiento LGBT (Lesbiana, Gais, bisexuales, transexuales). La homosexualidad es atracción sexual, sentimental, emocional y física, en forma desordenada.

En lesbianas la relación es mujer con mujer. Los gais son atracción de hombre con hombre, y los bisexuales se atraen tanto por hombres como por mujeres indistintamente. Por último, los transexuales son personas que han cambiado su sexo natural asignado, por medio de intervenciones, cirugías y tratamientos hormonales.

La homosexualidad, un pecado que se aprende

La homosexualidad no se origina de manera biológica en hombres o mujeres, de acuerdo con estudios científicos comprobados. Es una conducta que se aprende a medida que se va madurando. Por lo tanto, a los homosexuales les es posible abandonar esta actividad sexual pecaminosa. Este modo de vida no es aceptable y menos aún para los cristianos (Mateo 5:27–30).

La inmundicia de los entregados a sus bajas pasiones

En este grupo también se incluyen los transgéneros, que son persona que no se identifican tampoco con su sexo natural, pero no han cambiado físicamente. Algunos otros ejemplos son más aberrantes como la pedofilia que es acto sexual con niños, la zoofilia acto sexual con animales, y la necrofilia con cadáveres. Todo este sinfín de caracteres de los últimos tiempos, integran el pecado de la inmundicia.

Lascivia, la inmundicia desenfrenada a la luz del día

Significa lujuria total, concupiscencia sin límite, indecencia desvergonzada, depravación sin freno. Las personas con estas características son desafiante ante la opinión pública, comete pecado a la plena luz del día con altivez y desprecio. Mira a su prójimo de otra forma que no sea morboso y perturbadora de forma sexual. Existen dos características principales que la definen:

Libertinaje entrega a rienda suelta a los impulsos y pasiones carnales, conducta muy vergonzosa (1 Pedro 4:4). Un ejemplo es el exhibicionismo hoy en día en redes sociales o realizar actos sexuales en lugares públicos.

Comportamientos como movimientos físicos indecentes, toques impropios y palabras deshonestas, obscenas e impuras. Aquí se incluyen los bailes entre hombres y mujeres cargados de sexualidad. Esto es muy común en la música que se escucha en algunos países como el Reggaetón.

Otros ejemplos claros de la sociedad con este tipo de pecados: El frotismo (rozamiento de los órganos sexuales con el cuerpo de una persona sin su consentimiento). También está el voyerismo (observar personas desnudas o realizando el acto sexual). Por último, el fetichismo (excitación a través de objetos como una prenda de vestir o una parte del cuerpo en particular).

Conclusión de la primera parte

Como se puede observar, este es solo un primer punto, el mundo de perdición donde se cometen este tipo de pecados. Cada pecado visto dentro del mundo de perdición, sobre la sexualidad, siempre conduce a un gran desierto moral. Las personas que se dan cuenta de su error, acuden a Jesús siendo los peores pecadores.

Las fantasías sexuales son pecaminosas y es algo a lo que se debe resistir. Recordemos que somos templo y morada de un sublime sin mancha ni pecado. Sin embargo, como todo otro pecado, los desórdenes sexuales puede ser perdonados, si existe arrepentimiento genuino por parte del pecador. Además, la buena nueva es que Jesús sólo cita un pecado imperdonable y no son las inmoralidades sexuales (Mateo 12: 31-32).

Se puede decir en este estudio bíblico del evangelio de hoy, que este es uno de los pecados más recurrente de los hombres de hoy. No importa qué condición se tenga, el mal está pendiente de hacernos volver a los viejos rudimentos.

Pero solo la gracia y la fe en nuestro salvador, puede librarnos de tan grande mal. Debemos conocer para poder siempre estar firme en la roca poderosa de Jesús. En la próxima entrega, la continuación de este mundo de perdición, con los pecados de la religión.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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