Inicio » Estudios Bíblicos » Errores doctrinales de la iglesia católica

Errores doctrinales de la iglesia católica

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos Predica de Hoy: Errores doctrinales de la iglesia católica

Estudio Bíblico Tema: Hoy daremos cuenta de los errores que han surgido en la iglesia católica a lo largo de sus siglos de existencia, exponiendo sus errores doctrinales a la luz de la verdad bíblica.

Introducción

Es difícil dar una fecha para el inicio de la iglesia católica sin caer en algunas arbitrariedades, pero la mayoría de los historiadores dan el 312 d.c, el año en el que fue promulgado el edicto de Milán por el emperador Constantino.

Mediante esta disposición ya se permitía el culto cristiano y ya no iba a haber persecuciones. Pese a lo positivo de esta noticia hubo varias consecuencias espirituales negativas de esta medida en los años siguientes.

En primer lugar, el cese de la persecución tuvo paradójicamente consecuencias negativas para la iglesia. Como siempre ha sucedido, la ausencia de penalidades y de problemas provoca un enfriamiento en la iglesia que se aburguesa, relajando sus prácticas y doctrina.

Otras consecuencias fueron un sincretismo con las prácticas religiosas paganas existentes con las demás religiones del imperio, especialmente el mitraísmo, una religión traída del oriente.

También adquieren poder los obispos transformándose en poderosos funcionarios de estado, con lo  que se copia también la estructura jerárquica de las religiones paganas: una poderosa casta sacerdotal y un conjunto de feligreses sin ningún poder y autoridad. A la vez se comienzan a construir grandes templos al modo pagano, desplazando el culto celebrado en las casas de los creyentes.

La persecución, la angustia siempre producen un avivamiento en la iglesia. En contraste, la llegada de la paz, el relajamiento y la abundancia material siempre provocan consecuencias negativas para la fe de los creyentes (Proverbios 30:8-9).

Evangelio de obras y la iglesia católica

En el evangelio predicado por los católicos la fe no es suficiente para la salvación. Son necesarios algunos requisitos más:

  • Ser bautizado. Según el catolicismo sin el bautismo en agua nadie es salvo por ello los niños son bautizados al poco de nacer, por si fallecieran más adelante como forma de asegurar su salvación. El bautismo si bien es un mandato del Señor, no es un asunto de vida o muerte para la salvación, pues el ladrón que estaba junto a Jesús nunca pudo bautizarse y fue al paraíso. Los católicos confunden el bautismo con la salvación.
  • Recibir otros sacramentos como la eucaristía son imprescindibles también para la salvación
  • Los católicos deben ir al purgatorio para expiar parte de sus pecados
  • Deben hacer buenas obras
  • Deben guardar los mandamientos
  • Asistir periódicamente al sacrificio de la misa
  • Peregrinaciones
  • Penitencias

Según esta disposición del concilio de Trento queda totalmente invalidada la salvación solo por la fe y se establece para ello la excomunión o expulsión permanente de la iglesia:

“Si alguno dijere, que el hombre queda absuelto de los pecados, y se justifica precisamente porque cree con certidumbre que está absuelto y justificado; o que ninguno lo está verdaderamente sino el que cree que lo está; y que con sola esta fe queda perfecta la absolución y justificación; sea excomulgado.”

Todo esto es abiertamente contrario a la escritura (Romanos 8:39, Efesios 2:8)

La iglesia católica romana una y otra vez está enseñando erróneamente que la gracia de nuestro Señor no es suficiente para salvar al creyente, y que es necesario siempre hacer algo más.

Sacerdotes de la iglesia católica

Los sacerdotes de la iglesia católica se constituyen como mediadores entre Dios y los hombres con poderosas atribuciones como el poder de perdonar los pecados. En contra todo esto de la enseñanza de Lucas 5:21.

El catecismo de la iglesia católica enseña que: “quien los escucha, escucha a Cristo y quien los desprecia, desprecia a Cristo”. Todo lo que sale por su boca es palabra de Dios, cosa que obviamente es falsa. Cualquier hombre por muy santo que sea siempre se equivoca y jamás puede ser tomado como ejemplo (Romanos 3:4).

El sacerdote católico también tiene la función no sólo de representar a Cristo ante toda la feligresía de la iglesia, sino que también representa a la iglesia entera al presentar a Dios las oraciones de la iglesia y además ofrecer el sacrificio de la eucaristía. El papel de mediador sólo corresponde a Cristo (1 Timoteo 2:5).

Es el sacerdote quien regenera y justifica en el bautismo, el que absuelve al pecador en el confesionario en contra de la clara enseñanza de Marcos 2:7. También reparte el cuerpo y sangre de Jesús tras sacrificar a Cristo en un rito mágico, de carácter alquímico. En definitiva, debido a sus atribuciones se constituye en un dios ante sus fieles. Todo esto implica que los católicos son enteramente dependientes de sus sacerdotes para salvarse.

El sacerdocio del creyente es usurpado por otro hombre, el sacerdote católico. La Biblia establece que todos los creyentes somos sacerdotes (Hebreos 10:19-20) y no necesitamos acudir a ningún otro hombre. La Biblia advierte que Satanás también tiene sus ministros  (2 Cor. 11:15)

La iglesia católica Corrompe la doctrina

La doctrina católica como tiene tres fuentes de autoridad: la palabra de Dios, la tradición y el magisterio de la iglesia. En cuanto a la palabra de Dios estamos hablando de una Biblia con 7 libros añadidos no canónicos. El peligro de esto es que se fundamentan muchas falsas doctrinas en estos libros no inspirados.

 Al hablar de tradición se refiere a la revelación no escrita de la iglesia. El equivalente de esto en el judaísmo es la Torá oral, es decir un conjunto de historias no escritas, a veces casi legendarias y siempre poco fundamentadas. Son historias que nunca deberían ser tomadas como una fuente fiable de doctrina.

El magisterio de la iglesia se refiere a aquellas enseñanzas transmitidas por los líderes de la iglesia católica a lo largo del tiempo, especialmente las de los papas. En la iglesia católica se cree que el papa tiene un don especial mediante el cual el Espíritu Santo le guía para elaborar doctrina. La doctrina es supuestamente revelada de forma directa por Dios y como Él no puede equivocarse esta enseñanza tiene una autoridad suprema sobre la iglesia, esta enseñanza se llama dogma y todo católico debe creerla.

La iglesia católica Permite la idolatría

Los católicos se escudan ante la acusación de idolatría en que no adoran a imágenes sino que las veneran. La palabra venerar según el diccionario significa: “demostrar gran amor y respeto a una cosa o a una persona”. Si bien las palabras tienen un significado casi idéntico, concedamos a los católicos que ambas palabras no son lo mismo.

Éxodo 20:5 dice literalmente: “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”

Analizando el texto sacamos las siguientes conclusiones:

  1. La sola tenencia de ídolos ya está prohibida
  2. Es prohibido hacer imágenes por propia iniciativa
  3. No se permite inclinarse ante ellas (una clara expresión de adoración)
  4. Se prohíbe también la veneración (honrarlas)

Los católicos dan los siguientes argumentos para defender que ellos no adoran imágenes:

  1. Afirman que ellos no adoran imágenes sino que las veneran
  2. Aseguran que lo importante es la actitud del corazón y que la única función de la imagen es ilustrar al el creyente al personaje en cuestión
  3. Dicen que Dios mismo ordenó fabricar imágenes: la serpiente de bronce y los querubines del arca del pacto

La afirmación de que no adoran imágenes no se sostiene porque la adoración bíblica está claramente manifestada por inclinaciones o postraciones. Los católicos se arrodillan y postran ante sus imágenes.

Suponiendo que no adoran las imágenes sino que las veneran, esto último sería una adoración a medias, algo más moderado que la adoración. Suponiendo que sólo veneran las imágenes también esto está prohibido porque es claramente “dar honra u honor a dichas imágenes”. Esto sencillamente se puede manifestar cuando se colocan las estatuas en un lugar prominente de la casa, o también cuando se le colocan flores o velas etc.

Cuando los católicos se escudan en que la adoración es un acto del corazón y no una mera postura física están engañándose a sí mismos. Están negando lo que hacen porque ellos se han autoconvencido de que no lo hacen, por eso juegan con el lenguaje y los conceptos. También ellos se agarran del llamado juicio de intenciones. Todo esto no es consistente con la justicia de Dios ni con la realidad, tratan de ocultar su culpa sumergiéndose en intenciones que están ocultas y no pueden verse claramente.

Ídolos católicos

La mayor parte de ídolos católicos son dedicados a seres humanos muertos. La Biblia prohíbe consultar a los muertos (Deuteronomio 18:11). Por lo que la oración a muertos debería de estar apartada de toda práctica cristiana ortodoxa. Los católicos fundamentan esta práctica con base a libros apócrifos.

El último argumento defensivo es que Dios ordenó fabricar algunas figuras en la Biblia como querubines y una serpiente de bronce. Los católicos argumentan que puesto existe una contradicción cuando ordena fabricar estas figuras con el mandamiento de Éxodo 20, existe otra razón oculta que motiva la idolatría que el solo hecho de hacerse una imagen no es suficiente para calificar a alguien de idólatra. Es ahí cuando piden auxilio a filosofías de hombre.

En este sentido los católicos se agarran a los juicios de intenciones y a la actitud del corazón. Con esta lógica algo malo no puede ser malo cuando se hace con buena intención o con una buena actitud. Con esta retórica estamos subjetivizando la justicia e invalidándola con ideas humanas. Literalmente los católicos se inventan un cuarto oscuro donde pueden pecar a gusto.

Pero la verdadera realidad es que no existe ninguna contradicción en la escritura y la prohibición dice claramente “no TE harás imagen”, con lo que el texto alude claramente a algo hecho por propia iniciativa. No entran en esta categoría aquellas figuras que Dios ordenó fabricar. Es evidente que los católicos se hacen imágenes por propia iniciativa y no porque Dios les haya ordenado nada. Ante esto el argumento católico se cae por los suelos sin remedio.

La idolatría

Es cierto que la idolatría es algo más amplio que adorar imágenes. Podemos adorar al dinero, a nuestros hijos o a nuestro cónyuge, pero esto no invalida en absoluto la prohibición de la adoración de imágenes, sino que la amplía.

Dios es un dios celoso (Éxodo 20:5) es la explicación a esta prohibición. ¿Cómo nos sentaría como esposos si nuestra esposa tuviera expuestas fotos de hombres ligeros de ropa y las estuviera mirando constantemente?

Evidentemente no es una conducta correcta, por eso Dios prohíbe estas prácticas. El ser humano codicia aquello que ve, por eso hay cosas que no deben ser representadas de ninguna manera.

El purgatorio y la iglesia Católica

El purgatorio es un lugar hipotético dentro de la mitología católica, en el cual los creyentes se purifican de aquellos pecados veniales.

Estos son pecados de poca gravedad, aquellos que se cometen sin querer o sin un consentimiento pleno. La comisión de estos pecados llevaría al católico al purgatorio y la cantidad de tiempo en ese lugar sería proporcional a la cantidad de pecados veniales cometidos.

En primer lugar, este sitio no es mencionado en ninguna parte de la Biblia. Todas las asociaciones a versículos bíblicos a este lugar son conjeturas con poco fundamento.

En segundo lugar, según la Biblia todos los pecados son de igual gravedad. No existen pecados leves y graves, la Biblia dice en Santiago 2:10 que el que incumple un solo punto de la ley la incumple toda. Existen pecados de todos los colores y sabores pero todos, absolutamente todos nos hacen culpables y nos llevan al infierno.

Algunos católicos tratan de asimilar el purgatorio al proceso que experimenta el creyente de santificación y perfección a lo largo de toda su vida, pero ellos creen que sucede después de la muerte en un lugar concreto que sería una especie de sala de espera para la entrada al cielo.

La realidad bíblica es Hebreos 9:27, que afirma claramente que después de la muerte viene el juicio donde se establece su destino eterno.

El evangelio de hoy es como un río próximo a su desembocadura, con multitud de desechos flotando en su superficie. Debemos evitar beber sus aguas venenosas, y nuestra labor es buscar el manantial de agua viva e incorrupta que es la palabra de Dios, para con ello alimentar nuestra alma y preservarla de la muerte. 

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones.. Estudios Bíblicos

Deja un comentario