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Principales discursos de Jesús.. Parte III

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Estudios Bíblicos Predica de Hoy: Principales discursos de Jesús.. Parte III

Estudio Bíblico Texto Bíblico:En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?Mateo 18:1

Introducción

El cuarto discurso de Jesús está dirigido a sus seguidores, inicia cuando sus discípulos se acercan a preguntarle al Señor. Principalmente trata temas de interés de la iglesia de Dios.

La riqueza espiritual de la palabra de Dios no tiene límite y se debe atesorar como es debido. A Través de su palabra podemos llegar a conocer su voluntad y nos ayuda a obedecer. 

El tema central de este mensaje es el perdón. Nos da el Señor un par de parábolas más que muestran el amor de Dios por sus hijos. Busquemos pues ser hijos amados de Dios siendo humildes y no altivos, busquemos servir y no ser servidos.

El Señor en una ocasión nos aconseja a sentarnos en los últimos lugares para recibir honra cuando el anfitrión de alguna reunión nos pide sentarnos adelante. En lugar de sentarnos adelante y que nos digan que esos lugares están reservados para alguien más y nos invitan a sentarnos atrás. El propósito de estas palabras es por supuesto que seamos humildes, no buscando ser enaltecidos de los hombres sino de Dios.

La iglesia de Dios debe reflejar el carácter de Cristo.

Él aunque tenía toda autoridad sobre todas las cosas vino a servirnos, a darnos del amor eterno de Dios. Dice su palabra que en una ocasión lavó los pies de sus discípulos. El Rey de Reyes vino a darse Él mismo para salvarnos de nuestra condenación eterna y ahora tenemos la vida eterna como regalo gratuito, comprado con su sangre preciosa. 

4) Un mensaje para la iglesia (Mateo 18)

Los discípulos se acercan a Jesús con una pregunta, ahí inicia este mensaje para explicarles a ellos las cosas celestiales. Así como los discípulos tuvieron preguntas al Señor, seguramente hoy las seguimos teniendo.

Pero como en esa ocasión Él les explicó de una manera que pudieran entender el mensaje, así actualmente Dios nos sigue hablando. Es importante que la iglesia de Dios sepa que su palabra es viva, que Él continúa hablando a sus hijos por medio de ella. 

Muchas personas posiblemente leen la biblia, pero pocos son los que realmente lo hacen con la guianza del Espíritu Santo. Dios puede hablarnos y su Espíritu darnos el testimonio de un mensaje específico de Dios a nuestra vida. Es necesario que nuestro oído espiritual esté sintonizado con la voz de Dios y prestemos atención a sus palabras para obedecerlas.

a) Quién es mayor y ocasiones de caer (Mateo 18:1-9)

Los discípulos preguntaron quién era el mayor en el reino de los cielos, el Señor puso a un niño en medio de ellos y les indica que cualquiera que se humille como un niño es el mayor en el reino de Dios. No solo eso sino que si no se hacen como niños no entrarán en el. Además cualquiera que los recibe a Él le recibe. 

Debemos ser pues humildes, en el libro de Lucas se nos amplía este mensaje y el Señor nos indica que el mayor debe ser como el más joven y el que dirige sea como el que sirve. Más adelante el Señor también les indica que el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido, por lo tanto deben ser humildes.

El Señor continuó advirtiéndoles que no deben ser causa de tropiezo para estos pequeños. También nos dice que es necesario que los tropiezos vengan pero nosotros no debemos ser causa de esos tropiezos.

También nos invita a echar de nosotros las causas de tropiezo. Las palabras del Señor pueden parecer duras a algunos pero son necesarias para que comprendamos que el reino de Dios es más importante que cualquier cosa.

b) Parábola de la oveja perdida (Mateo 18:10-14)

Luego Jesús nos muestra la importancia para Dios de un alma que se salva. El Señor les dice una parábola, de un hombre que tiene cien ovejas pero una de ellas se pierde y deja las noventa y nueve y va a buscar la oveja perdida. Así es Dios, le importa mucho un alma que se salva, le importan demasiado sus hijos.

Jesús declara en el versículo once que ha venido a buscar lo que se había perdido. Él es ese hombre que busca a su oveja perdida y se regocija cuando la encuentra. El amor de Dios por nuestra vida es grande, nos ama con amor eterno y se goza cuando estamos en su redil siendo obedientes.

c) Cómo se debe perdonar al hermano (Mateo 18:15-22)

Jesús nos invita a que perdonemos a nuestro hermano, para que no se pierda como la oveja de la parábola nos dice que le hablemos y si nos escucha lo habremos ganado para el reino. Si no nos escucha nos debemos hacer acompañar esta vez por dos o tres testigos.

Si aún esta vez no escuchare es necesario decirlo a la iglesia y tenerle por publicano. El Señor no quiere que nadie se pierda, sino que todos seamos salvos, pero Dios no nos obliga sino que nos deja libre albedrío para que tomemos una decisión personal. 

Pero la iglesia de Cristo debe ayudar al hermano. Luego el Señor le responde a Pedro cuánto debe perdonar al hermano que pecó contra él, hasta setenta veces siete. Muchos intentan explicar este número, pero más que un número es la intención de que el perdón hacia nuestro hermano sea infinito.

La promesa de Jesús del versículo veinte es poderosa. El Señor les pidió hacerse acompañar por dos o tres testigos, porque donde están dos o tres en su nombre ahí está Dios. El Señor se mueve en medio de la alabanza de su pueblo, si hay una congregación que le sirve a Dios Él se manifiesta.

d) Los dos deudores (Mateo 18:23-35)

Para terminar estas palabras para la iglesia el Señor les da una parábola más. En esta asemeja el reino de los cielos a un rey que hace cuentas con sus siervos. Llegó uno de ellos y resulta que le debía al rey diez mil talentos, una suma exageradamente grande.

El siervo no pudo pagarle al rey por lo que este ordenó venderle y a su familia y todo lo que tenía para recuperar el rey su dinero.  Pero este siervo se postró y le rogó al rey que le permitiera irse y le prometió pagar la deuda. El rey entonces le dejó ir y le perdonó la deuda pues fue movido a misericordia.

Pero este hombre que fue perdonado tenía un consiervo que le debía cien denarios, una cantidad mucho menor que la que le había sido perdonada. Al igual que este hombre había hecho antes, su consiervo se postró y le pidió paciencia que le pagaría.

Pero en lugar de actuar como el rey este siervo metió a su consiervo a la cárcel hasta que le pagara la pequeña deuda. El rey se entera de lo que este siervo había hecho y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda que le había perdonado, porque no fue misericordioso y no perdonó así como el había sido perdonado. 

El Señor ha sido misericordioso con nosotros al perdonarnos una deuda impagable. Dice su palabra que todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios, pero a través del Señor podemos tener perdón de esos pecados.

Esa es la deuda que no podíamos pagar por nuestro medios pero Dios nos lo ha concedido por misericordia. De esa misma manera el Señor nos pide que perdonemos las ofensas de los demás, pues hemos recibido mucho, debemos dar de eso que hemos recibido.

Además no podemos hacernos jueces de nuestros hermanos pues solo hay un juez justo, Dios. Así hará el Señor si no perdonamos, nos entregará en el lago de fuego para que paguemos lo que debemos. Una vida de pecado es una deuda que no podemos pagar, solo la sangre de Cristo puede pagar esa deuda ante Dios. Seamos pues misericordiosos con nuestros hermanos. 

Conclusión

El tema central de este mensaje del Señor es el perdón. Dios nos invita a ser humildes pues no somos los que dirigen la obra de Dios, sino siervos de Él y debemos comportarnos como los que sirven.

Debemos ser humildes sabiendo que no éramos merecedores de la gracia de Dios, pero a Él así le plació darnos la vida eterna, por lo tanto no nos comportemos altivamente sino en humildad reconozcamos la misericordia del Señor.

Dios nos muestra su misericordia y nos dice que somos importantes para Él, pues envió a su hijo a buscarnos, estábamos perdidos sin esperanza y Jesús vino a buscarnos y traernos de nuevo a Dios.

Así también como iglesia debemos ser misericordiosos y buscar también a los que se han alejado, debemos hablar a nuestros hermanos que se han alejado de Dios o han pecado contra nosotros. Debemos perdonar a nuestros hermanos y ser misericordiosos así como Dios lo ha sido con nosotros. 

Dios nos perdona, demos de eso que Dios nos ha dado. De su misericordia, de su amor eterno seamos también dadores a los que nos rodean, para que puedan ver a Dios a través de nuestros actos, cuando de reflejar a Cristo.

Perdonemos infinitamente y no seamos altivos con los que se equivocan, Dios es el único que puede juzgarnos, solo Él es justo. En lugar de juzgar busquemos cómo restaurar al hermano, eso le agradará al Señor, que no seamos piedra de tropiezo sino un servidor de Dios que refleje su amor.

© Mauricio Alvarez. Todos los derechos reservados

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