La sanidad divina

Pedro Blanco

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La sanidad divina

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Sanidad divina – Las enfermedades no curadas

Sin embargo, no todas las enfermedades son curadas. Dios es soberano y tiene el control de todas las cosas. El que algunas personas no reciban la Sanidad Divina no significa que el poder de Dios disminuye. De ninguna manera podemos pensar que Dios ha cambiado en su poder. 

Tampoco Dios tiene hijos preferidos, su amor por la humanidad es el mismo de ayer y seguirá para siempre, el amor de Dios es eterno. Entonces tampoco podemos atribuir al amor de Dios el que algunos sean sanados y otros no. 

En 1 Corintios 11:29-30 encontramos que algunos cristianos se encontraban enfermos y la Sanidad Divina no se manifestaba. Esto era por causa del pecado.

El pecado puede ser un impedimento para que el poder de Dios se manifieste en alguna persona. Aquí no podemos acercarnos a Dios ni clamar por un milagro, no sin antes arrepentirnos de nuestras maldades. Entonces podemos acercarnos con confianza al Señor y clamar por nuestro milagro.

Pero también sus siervos fieles tuvieron enfermedades no curadas, como el apóstol Pablo. El apóstol tuvo una enfermedad que le acompañó durante toda su vida y Dios no obró en Él un milagro. A pesar de que Dios lo usó para obrar milagros a través de él, el apóstol no recibió su propio milagro.

Él lo llamaba el aguijón de la carne, para que no se exaltase él mismo sobremanera. Así Dios mantenía a Pablo siempre fiel y no permitía que se desviara de sus caminos. Dios tal vez quiere enseñarnos algo, Él es soberano y sabe lo que mejor nos conviene. 

No podemos juzgar las decisiones soberanas del Señor

También sabemos que Timoteo padecía algunas enfermedades, estos hombres eran usados grandemente por Dios incluso para operar milagros de sanidad en otros pero ellos mismos padecían enfermedades. Pero nunca dudaron del poder de Dios sino que comprendieron la soberanía de Dios y le alabaron y sirvieron de todas maneras. Pues ellos no buscaban de Dios un favor temporal, sino la vida eterna. 

Conclusión

La Sanidad Divina es una realidad, Dios puede obrar milagros hoy día pues su poder no ha disminuido en nada. En el pasado sabemos cómo Dios obró milagros y los enfermos eran sanados, Dios lo hace actualmente y obra milagros en las personas. 

Dios no ha cambiado y podemos acudir a Él y pedirle por esa sanidad del cuerpo y por sanidades espirituales también. No debemos dudar del amor de Dios hacia sus hijos. Pero si debemos comprender que Dios todo lo ve, lo que el ser humano no puede ver por su limitada capacidad, Dios si lo puede ver.

Él puede ver más allá de lo que estamos capacitados y en base a ese poder Él sabe lo que es bueno o no para nuestra vida. 

Es probable que Pablo no hubiera dejado ser usado por Dios si hubiera tenido su sanidad, no lo sabemos, pero Dios sí lo sabía y permitió que Pablo tuviera esa molestia para que la obra del Señor fuera perfecta en él.

Dios tiene el poder y quiere darnos sanidad a nuestro cuerpo. Pero lo más importante es que podamos recibir la salvación. Cuando oramos a Dios por sanidad debemos pedirle siempre al Señor que haga su voluntad, pues es más importante que la nuestra.

La voluntad y el plan de Dios es perfecto y si eso significa que mantengamos cierta molestia física para que alcancemos la salvación de nuestra alma, seguro vale la pena. 

Dios es soberano, quiere sanarnos pero principalmente salvarnos. Su bendición de Sanidad Divina está disponible para sus hijos y debemos pedirla, pero principalmente que se haga la voluntad del Señor en nuestra vida.

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

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Autor

Pedro Blanco

Fiel siervo de Jesucristo, y amante de la palabra de Dios. Me gusta redactar mensajes cristianos para compartir. Es mi oración que las redacciones que publico te sirvan de bendición, y edifiquen tu fe.

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