Las partes del ser humano

El alma entonces se manifiesta en este mundo a través del cuerpo, el espíritu le da la vida pero el alma es la que se manifiesta a través del cuerpo. Podemos atribuirle a veces al cuerpo algunas manifestaciones del alma, o atribuirle sentimientos a partes del cuerpo, como al corazón. O la capacidad de razonar a nuestro cerebro, o nuestra voluntad a nuestra cerviz. Es el alma manifestándose por medio de partes de nuestro cuerpo.

Estudios Bíblicos – Los cinco instintos

En el libro de Génesis encontramos como Dios se relaciona con Adán y vemos los cinco instintos que gobiernan el alma del ser humano. Estos instintos son la fuerza natural por los que el alma está capacitada para manifestarse en el mundo. 

Estos instintos son:

  • a) conservación
  • b) Adquisición
  • c) Hambre y sed
  • d) Reproducción
  • e) Dominación

En el relato de la creación y de la relación de Dios con Adán vemos como estos instintos se manifiestan en la vida. Pero estos instintos traspasaron sus límites en el ser humano y entonces entró el pecado. Entonces el alma usó el cuerpo para pecar contra Dios y una vez entró el pecado vino la muerte. 

Pero Dios quiere restaurar esa relación para que nuestra alma esté regida por la voluntad de su Espíritu en nuestra vida. Pero la corrupción del alma puede ser restaurada a través de la redención del pecado. Esto es posible solamente en Jesucristo. 

Dice su palabra que la paga del pecado es muerte pero por medio de Jesucristo podemos recibir la redención de nuestra alma para que pueda vivir delante de Dios eternamente. Dios nos dio del libre albedrío y puede restaurar esa relación con Él si nos arrepentimos y le buscamos de todo corazón.

Estudios Bíblicos – El cuerpo humano

El cuerpo humano es la parte de nuestro ser que se manifiesta en este mundo. Pero está lleno de pasiones naturales que entraron en el ser humano al momento de pecar. Esas pasiones, dando rienda suelta y complaciendo a nuestro cuerpo, nos lleva lejos de Dios. 

Una de las características del cuerpo es que es mortal. A diferencia del alma o del espíritu que son eternos, el cuerpo es corruptible y terminará algún día. El cuerpo entonces morirá y dejará de ser.

Si nuestra vida se dedica a alimentar únicamente el cuerpo y sus deseos estaremos perdidos. Pero si sabemos que el cuerpo es únicamente una parte de nuestro ser y lo sometemos a la voluntad de Dios, entonces este cuerpo se convierte en templo del Espíritu Santo. 

El cuerpo necesita ser alimentado, necesita descanso y necesita ser cuidado para que su deterioro no sea acelerado. Es necesario cuidar el cuerpo como templo del Espíritu Santo. Dios no quisiera estar dentro de un cuerpo que no le prestamos el cuidado respectivo.

Pero lo principal es que nuestro corazón esté dispuesto a guardar nuestro cuerpo irreprensible, como dice su palabra, para que Dios nos reciba en su salvación.

Dios es soberano y quiere que seamos santos, pero con todo nuestro ser. No solamente el espíritu que fue dado por Dios y que volverá a Él. No solamente el alma que tendrá que presentar cuentas delante de Dios, no solo el cuerpo que es el templo de su Espíritu.

Todo nuestro ser debe estar alejado del pecado y cerca de Dios. Debemos presentarnos íntegros ante Dios y todo nuestro ser debe darle la gloria solamente al Señor Dios Todopoderoso.

Dios puede manifestarse en el cuerpo humano a través de la Sanidad Divina si este tiene alguna enfermedad. Dios también puede manifestarse en nuestra alma cuando esta es redimida por la sangre de Jesucristo. El espíritu también puede ser restaurado y cuando nos acercamos a Dios nace de nuevo. 

Conclusión

El ser humano entonces no es lo que podemos ver, no solo es un cuerpo que dejará de ser, que se convertirá en polo. El ser humano también es un espíritu que le da vida y un alma que rendirá cuentas delante de Dios

Debemos procurar siempre estar en contacto con Dios y llenos de su Espíritu Santo para que todo nuestro ser esté alineado con su perfecta voluntad. Que nuestro ser no esté influenciado por el pecado, por las pasiones corporales, por la mentalidad de maldad, sino que esté lleno del Espíritu de Dios y así podamos tener la vida eterna que Él nos ha ofrecido. 

No podemos descuidar ninguna de las partes de nuestro ser. A cada una la debemos tratar con respeto y rendir ante la voluntad de Dios.

Tal vez es al cuerpo que le prestamos especial atención o creen que el ser humano es lo que vemos, la parte material. Pero no somos sólo cuerpo, sino que existe esa parte espiritual, la que debe estar en una relación estrecha con Dios para poder tener de su vida eterna.

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

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