Estudios Bíblicos
Estudios Bíblicos Prédica de Hoy: Liderazgo – El líder y su compromiso con la iglesia local
Estudios Bíblicos Lectura Bíblica: Hebreos 13:7
Introducción
La nueva generación de líderes se enfrenta a un mundo cada vez más hostil a Dios y a Su iglesia. Un mundo donde tristemente los valores éticos y morales se pierden, la lealtad desaparece y el significado de muchos términos han cambiados.
La iglesia no está ajena a esas presiones de la vida. El liberalismo amenaza los fundamentos doctrinales y prácticos de la iglesia, para debilitar el concepto de vida cristiana que Dios revela en su Palabra.
Si deseamos avanzar como iglesia, si nos sentimos comprometidos en dejar un verdadero legado a las nuevas generaciones de líderes cristianos, entonces se hace imprescindible formar un liderazgo comprometido con Dios y Su iglesia.
La nueva generación de líderes que formemos debe saber que el líder eficaz ve más allá de la forma tradicional de hacer el trabajo y busca mejores maneras para lograrlo, aun cuando su posición en la estructura organizativa de la iglesia no sea de las principales.
Además, deben saber que el líder eficaz no pierde de vista su meta, sino que se esfuerza en cumplir su tarea e impulsar el desarrollo de la iglesia por medio de su servicio.
Quise valorar algunos detalles interesante incluidos en este tema.
A. ELEMENTOS BÁSICOS EN EL LIDERAZGO EN LA IGLESIA
Nuestras nuevas generaciones de líderes deben conocer cuáles son los tres elementos básicos de un verdadero liderazgo que se desarrolla en una iglesia local.
Vocación. Es el llamamiento y la unción divina que se recibe para ejercer influencia positiva desde una posición de liderazgo.
Actitud. Disposición de servicio, obediencia y ánimo para hacerlo con gozo y afabilidad. Es la que determina qué y cuánto se puede hacer y hasta dónde llegar.
Aptitud. Es la capacidad y habilidad para hacer algo. En este sentido, es la capacidad de ejecutar las tareas que están implícitas en las funciones del liderazgo. Pero la aptitud por sí sola no convierte a nadie en un buen líder.
Judas Iscariote era hábil como tesorero, pero sustraía del fondo. Era integrante de los doce apóstoles, pero no mantuvo lealtad a su Maestro. Tenía vocación y aptitud, pero le faltó actitud.
La idea es que procuremos la obra de Cristo y su carácter también para integrar un liderazgo consistente.
B. CUALIDADES DEL LIDERAZGO LOCAL EN LA IGLESIA
Por la experiencia que he vivido dentro del seno de la iglesia, creo muy necesario los nuevos líderes cristianos no pasen por alto estas cuatro cualidades en el liderazgo que tienen que ver con su persona.
En cuanto a SER. Antes de ser líderes somos cristianos, comprometido con Cristo y Su evangelio. Que amen la iglesia que es de Cristo y que estén dispuestos a esforzarse para alcanzar la visión y misión de la iglesia de la cual forman parte.
Dios nos llama a servir (ser siervos y siervas), sometidos al señorío de Cristo y dispuestos a cumplir su vocación en la iglesia local donde Dios los ha llevado.
En cuanto al HACER. El líder comprometido con Dios y la iglesia hace todo lo que está a su alcance para motivar a otros en servir a Dios desinteresadamente. Todo lo que hace en la iglesia es para impulsar su crecimiento en todas las áreas posibles.
El Señor se complace en ver líderes dispuestos a usar los talentos, ministerios y dones que Él les ha asignados para edificar y desarrollar la iglesia donde sirve.
En cuanto a CONOCER. El líder debe tener un conocimiento general de las principales doctrinas bíblicas de la iglesia donde sirve. También debe conocer la visión, misión y metas de la iglesia y de su estructura organizativa.
En cuanto a MODELAR. Esta cualidad en el liderazgo se refiere a ser ejemplo en el seno de la iglesia donde milita o sirve, de tal manera que los miembros de la congregación se motiven a servir también junto con él. Debe cuidar vida devocional personal y cultivar las cualidades del fruto del Espíritu.
C. CARACTERÍSTICAS DEL LIDERAZGO LOCAL
Otro aspecto que considero importante para formar un nuevo liderazgo comprometido con la iglesia es que asuman su compromiso con responsabilidad. A penas lo resumo en cinco características prácticas y elementales.
Comprometidos a edificar la iglesia. Dispuestos a invertir el tiempo necesario para el servicio a Dios, explotando al máximo sus capacidades, habilidades y vocación a fin de lograr resultados positivos en la obra del Señor.
Comprometidos con su asignación. La responsabilidad en el reino de Dios, no lo determina si el servicio es pago o voluntario. Cualquiera sea el estatus en este sentido, debe enfocar su capacidad para sumar y multiplicar, no para restar o dividir.
Debe lidiar con el orgullo o la autosuficiencia para no crear rivalidad en el seno del liderazgo y la iglesia. (Proverbios 16:5), ni querer imponer su propia agenda.
Comprometidos a servir con humildad. El hecho de que alguien se convierta en líder no quiere decir que puede tomar decisiones propias sin contar con la autorización del pastor. Los líderes que desarrollan una lealtad probada generalmente siguen la visión del pastor y nunca denigran la autoridad pastoral, aun cuando discrepen de él.
Deben estar dispuestos a trabajar en armonía con el resto del liderazgo, valorando la posición que cada uno ocupa en la estructura organizativa de la iglesia. Es signo de inmadurez el menosprecio o la falta de consideración entre los miembros de un liderazgo llamado a servir.
Comprometidos a respaldar los programas de la iglesia. Estar presente da influencia al líder. La gente observa la puntualidad, el compromiso y la responsabilidad en quienes ocupan una posición de autoridad. El líder faltista pierde presencia e influencia, la congregación no lo ve como modelo a seguir. Los faltistas o desobligados desconocen los acuerdos de las juntas e ignoran la situación de la iglesia.
Comprometidos con sus obligaciones financieras. Si los miembros o amigos de la iglesia sienten el deber y la responsabilidad de cooperar financieramente con la iglesia para el sostenimiento de la obra de Dios, incluso ven el aportar de sus ingresos como un privilegio dado por Dios; cuanto más el cuerpo de líderes de la iglesia que se supone esté comprometido a velar por el bienestar financiero de la iglesia. (1 Crónicas 29:14; Mateo 3:8-11; Mateo 23:23; Lucas 6:38; Hechos 20:35; 1 Corintios 16:12; 2 Corintios 8:20-21; Gálatas 6:6; Hebreos 7:8).
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