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Las razones para la resurrección

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos predica de hoy: Las razones para la resurrección

Estudios Bíblicos lectura bíblica de hoy: 1 Corintios 15:14

INTRODUCCIÓN:

Se dice que algunos huesos de uno de los dedos de Buda fueron enviados como regalo al emperador de China durante la dinastía Tang. Más tarde fueron olvidados y luego encontrados en 1981. El hallazgo fue una sensación para los budistas de todas partes, y ahora muchos de ellos visitan esos huesos, recordando a quien dio origen a la religión budista, con sus millones de seguidores.

Ahora bien, si alguien encontrara los huesos de los dedos pertenecientes a Cristo, ningún cristiano lo creería, porque nuestra fe se basa en el hecho de que no hay ningún hueso encontrado. Lucas, quien trabajó diligentemente para poner en orden las cosas dichas respecto a Cristo, desde su nacimiento hasta su ascensión a los cielos, escribió dos libros, y en el segundo habló de las “pruebas indubitables” respecto a la resurrección de Cristo.

Así lo expresó en su segundo libro: “a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios” (Hechos 1:3).

La resurrección de Cristo ha sido el hecho más notorio del cristianismo. Sin ese hecho, nuestra fe seria vana, y, a su vez seriamos los más dignos de compasión, porque hablaríamos de alguien que está vivo, sin que haya resucitado. La resurrección tiene que ver con algunas poderosas razones para la existencia de nuestra fe y la expansión del evangelio.

I. LA RESURRECCIÓN PRUEBA QUE JESÚS CUMPLE SU PROMESA

1. Para esto, Jesús primero prometió que moriría (Marcos 10:45).

Por supuesto que no hay resurrección si primero no hay una muerte. Jesús nació para morir. Es el único caso de quien las profecías hablaron con claridad y precisión. El Salmo 22 escrito por David, es especialmente sorprendente, ya que predijo numerosos elementos independientes acerca de la crucifixión de Jesús, mil años antes que fuera crucificado.

Y qué decir de Isaías 53, la más exacta fotografía de los sufrimientos del Mesías. Si hubo alguna profecía conocida por Jesús eran estas. Jesús sabía que había nacido para morir por nuestros pecados. De esta manera no fue extraño que él profetizara su muerte, al decir: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” Nadie más conoció la muerte como Cristo.

Él sabía la furia de los soldados, la burla de la gente, el tamaño de los clavos y la agonía de las horas que viviría en la cruz. Pero la historia no termina allí. Si bien Jesús predijo su muerte cruel y perversa, también habló de su resurrección. Nadie ha podido predecir su muerte, ni tampoco la resurrección, porque nadie tiene poder sobre ella, como Jesús para vencerla y levantarse al tercer día.

2. Si no fue así, Jesús fue un mentiroso (Marcos 10:33-34)

En el Antiguo Testamento, a los israelitas se les advertía constantemente acerca de escuchar a los falsos profetas. De acuerdo con Deuteronomio 18, los israelitas debían probar las palabras de un profeta para ver si eran de Dios. Si no ocurría lo que decían, sus palabras no procedían de Dios y no debían ser escuchadas.

Si Jesús hubiera profetizado que iba a ir a Jerusalén y lo matarían, y luego resucitaría al tercer día, y no sucedió, Jesús sería un falso profeta, un mentiroso, y habría tenido que morir por sus propios pecados, no por los nuestros; esto es lo que Pablo afirmó en 1 Corintios 15:13– 17. Veámoslo de esta manera.

Cristo prometió que Dios escucharía nuestras oraciones, si oráramos en Su nombre, y que él proveería para nuestras necesidades si se lo pedimos, pero si él no resucitó de entre los muertos, estas serían promesas vacías.

Si él no resucitó, su profecía sobre los últimos tiempos y lo que sucederá a la tierra, así como su regreso algún día y raptar a la iglesia, sería mentira. En resumen, Jesús tuvo que resucitar de entre los muertos para aseguramos que todas sus promesas son verdaderas.

Su resurrección es la prueba de su vida en el cielo y su pronto regreso.

II. LA RESURRECCIÓN PRUEBA QUE JESÚS ES EL MESÍAS

1. Jesús habló de esa única señal (Mateo 12:39-40)

Hasta ese momento, los “mesías” que habían venido eran revoltosos y con planes políticos, pero veamos cómo fue Jesús. Un día, algunos escribas y fariseos se acercaron a Jesús y le exigieron que les mostrara una señal para saber si él era el Mesías.

He aquí cómo respondió Jesús: “La generación mala y adúltera demanda señal; y no le será dada señal, sino la señal del profeta Jonás: Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches; así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” (Mateo 12:39-40).

Cuando los líderes religiosos “juzgaron” a Jesús, el sumo sacerdote le preguntó específicamente: “¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?” (Marcos 14:61) Jesús respondió, diciendo: “Yo soy”. La resurrección fue la prueba de que Él era el Mesías, pero lamentablemente, aunque los líderes religiosos obtuvieron la señal que buscaban, todavía no creyeron.

La resurrección es importante porque confirma todas las promesas que Jesús hizo sobre nuestra salvación, nuestra relación con Dios y Su regreso algún día. También es importante porque es la prueba de que Él realmente era el Hijo de Dios, el Mesías, el Señor de señores y Rey de reyes.

III. LA RESURRECCIÓN ES UN HECHO PARA SER CREÍDO

1. Porque al principio hubo quienes dudaban (Marcos 16:14)

Dios espera que creamos como resultado de la resurrección. ¿Notaste en la escritura que leí en Marcos que los discípulos tenían muchos problemas para creer? María Magdalena fue a la tumba y la encontró vacía. Ella fue y se lo dijo a los discípulos, pero ellos no creyeron.

Jesús se apareció a dos hombres que caminaban por el camino a Emaús, y una vez que se dieron cuenta de quién era, corrieron de regreso a Jerusalén para decírselo a los discípulos, pero todavía no creían.

Marcos 16:14 dice: “Después se apareció a los once que estaban sentados a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no creían a los que lo habían visto después de resucitado”.

En el libro de los Hechos, el apóstol Pablo está predicando en la Colina de Marte en Atenas, y cierra su sermón sobre el Dios Desconocido (Hechos 17:31) Pablo estaba diciendo que Dios esperaba que la humanidad se arrepintiera y que el juicio vendría sobre aquellos que se negaran. La prueba de que Dios haría lo que dijo fue la resurrección de Cristo.

La escritura continúa diciendo: “Y cuando oyeron hablar de la resurrección de los muertos, algunos se burlaban, y otros decían: Te volveremos a oír acerca de este asunto. Mas algunos hombres se adhirieron a él, y creyeron.” (Hechos 17:32, 34)

2. Porque no todas las religiones creen esto.

El cristianismo no es la religión más grande del mundo. No es la única religión con un libro de Sagradas Escrituras. Tampoco es la religión más antigua. Pero hay una cosa que separa al cristianismo de todas las demás religiones, eso es, su fundador. De ninguno otro se ha dicho que haya muerto en lugar de otro, por lo menos eso no lo sabes de un Mahoma, Buda o un Confusio.

Pero de Cristo, lo que más se habla después de su muerte, es que resucitó al tercer día, exactamente como dijo que lo haría. Muchas de la gente que sigue a estas grandes religiones están visitando constantemente la tumba donde yacen los restos de sus fundadores. Más no pasa esto con Jesús.

Los posibles visitantes que van por estos días a Jerusalén, preguntarán por el “santo sepulcro”, cuya característica principal será el ver a una tumba vacía para probar que allí no están los restos de nuestro Salvador, porque ha resucitado de entre los muertos.

Lo que sostiene nuestra fe hasta el presente como nuestro más grande fundamento es el saber que Cristo no está muerto. Todos los años por esta época, algunos celebran su muerte, pero la verdad es que somos llamados a celebrar la vida, de eso se trata la resurrección.

IV. LA RESURRECCIÓN ES UNA EXPERIENCIA PARA SER ANUNCIADA

1. ¿Qué debe hacer la iglesia a la luz de la resurrección?

En los últimos versículos del libro de Marcos 16:15-16 y también de Mateo 28:19-20, encontramos a un Jesús resucitado dejando su Gran Comisión. En ambos pasajes Jesús les dice a los discípulos que hagan dos cosas y luego les da una promesa. ¿Cuáles era las esas dos cosas?

Primero debían ir y compartir el evangelio con todos los que conocieron. El libro de los Hechos registra cómo se presentó el mensaje del evangelio en Jerusalén, y en todo Israel, y en gran parte del mundo conocido en ese momento. Los resultados fueron la salvación de judíos y los gentiles, estableciéndose iglesias por todo el imperio romano.

Pero aquel mensaje no se quedaría. solo allí. Ese mensaje cruzó otros continentes como Europa, Asia y África y, hasta llegar finalmente a América del Norte y del Sur. La verdad es que estamos esta mañana celebrando al Cristo vivo porque aquellos discípulos y los primeros cristianos fueron obedientes a la Gran Comisión del Señor.

Pero juntamente con la orden de ir, también se les dijo para bautizar y discipular a los nuevos convertidos, y la más grande de las promesas: “Y he aquí yo estoy con vosotros, todos los días hasta el fin del mundo”.

CONCLUSIÓN

El apóstol Pablo afirmó que si Cristo no resucitó “vana es nuestra fe”. Por lo tanto, la razón de nuestra fe y esperanza se debe al hecho mismo de la resurrección.

Hace más de dos mil años que esto pasó y lo que sostiene nuestra fe es el milagro de la tumba vacía. Los discípulos estaban encerrados por miedo a morir como su Maestro.

Pero cuando sus temores los mantenían presos en una casa, Jesús se presentó ante ellos. Y ellos le escucharon, le vieron, fueron comisionados, y se regocijaron con un gozo que transformó sus vidas, pues desde aquel entonces fueron llenos de valor y del poder del Espíritu Santo. Mis amados Jesucristo ha resucitado.

Ahora somos poseedores del mismo gozo. ¡Cristo está aquí! Él espera que estés dispuesto a recibirle. Como hizo con sus discípulos la noche de aquel primer domingo, él puede hablarte y disipar tus temores, desarrollar tu fe y revelarte un futuro victorioso y glorioso después de la muerte. La resurrección es una prueba que Jesús cumple sus promesas, y si lo hizo al principio, lo hará ahora.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Ambiente de Gracia, Fairfax, VA

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