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Conociendo a Jeremías

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Estudios Bíblicos Predica de Hoy: Conociendo a Jeremías

Serie: Conociendo a los profetas mayores en la Biblia Parte II

Estudio Bíblico Lectura Bíblica: Jeremías

Introducción

Jeremías fue uno de los profetas más importantes del Antiguo Testamento. Su ministerio abarcó aproximadamente 40 años, desde alrededor del 627 a.C. hasta después de la caída de Jerusalén en el 586 a.C.

A lo largo de su vida, Jeremías sufrió mucho por su fidelidad a Dios y por su mensaje. Sin embargo, su ministerio fue esencial para el pueblo de Israel y tiene mucho que enseñarnos hoy en día.

Contexto histórico

El ministerio de Jeremías tuvo lugar durante un momento de gran inestabilidad política en el antiguo Israel. El país estaba dividido en dos reinos: el reino del norte de Israel y el reino del sur de Judá.

En el momento en que Jeremías comenzó su ministerio, el rey Josías había llevado a cabo una reforma religiosa y política en Judá (2 Reyes 13:1-3; 4-14).

Sin embargo, después de la muerte de Josías, los gobernantes que lo sucedieron fueron cada vez más corruptos y alejados de Dios (2 Reyes 23:26-27; 24:3-4). Además, los imperios de Babilonia y Egipto estaban en constante conflicto, y Judá se encontraba atrapada en medio de ellos.

Llamado y Ministerio de Jeremías

Jeremías fue llamado por Dios a ser profeta mientras aún era joven. En el capitulo 1:4-5, encontramos: “Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.

Sin embargo, Jeremías se resistió al llamado de Dios, diciendo que era demasiado joven e inexperto para hablar en nombre de Dios (1:6). Pero Dios lo animó y le prometió que estaría con él y lo protegería (1:7-10).

El ministerio de Jeremías se centró en dos mensajes principales. En primer lugar, Jeremías proclamó la necesidad de arrepentimiento y cambio en el pueblo de Judá (3:12-13; 4:1; 7:3-7).

En segundo lugar, Jeremías advirtió que el juicio de Dios estaba por venir si el pueblo no se arrepentía y volvía a Él (7:20; 18:7-8; 25:4-5). Jeremías también habló sobre el futuro regreso de los exiliados judíos a su tierra y la restauración del pueblo de Dios (29:10-11; 31:31-34; 32:37-41).

Sufrimientos y Persecuciones de Jeremías

Jeremías sufrió mucho a lo largo de su ministerio (11:18-19; 15:10; 20:7-8; 38:6). Fue despreciado y perseguido por muchos de sus contemporáneos, incluyendo a los sacerdotes y los líderes políticos.

Jeremías fue encarcelado varias veces, amenazado de muerte y sufrió por la falta de apoyo de su propia familia (12:6; 20:1-2; 26:8-9; 37:15-16).

En el capítulo 20:7-9, Jeremías lamenta su sufrimiento, pero también expresa su fidelidad a Dios: “Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. 8 Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. 9 Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.

Jeremías también sufrió físicamente, especialmente durante el sitio de Jerusalén por las fuerzas babilónicas. En Jeremías 38, se relata cómo Jeremías fue arrojado a una cisterna llena de barro y dejado allí para morir (38:6). Fue rescatado por un etíope llamado Ebed-melec, quien lo sacó de la cisterna y lo ayudó a escapar de Jerusalén antes de su caída (38:7-13).

En Jeremías 29, Jeremías escribió una carta a los exiliados judíos en Babilonia, exhortándoles a construir hogares y a establecerse allí (29:4-7). Les recordó que Dios tenía planes para ellos y que si se volvían a Él, serían restaurados (29:10-14).

Jeremías también les recordó que Dios había permitido su exilio como un castigo por su rebelión (29:18-19), pero que aún así los amaba y tenía un plan para su futuro (29:11; 31:3; 33-34).

Lecciones para hoy de la vida de Jeremías

El ministerio de Jeremías nos enseña mucho sobre la importancia de la fidelidad y la perseverancia en nuestro caminar con Dios. A menudo, nuestra fidelidad a Dios puede llevarnos a situaciones difíciles y dolorosas, pero debemos confiar en que Él está con nosotros y nos protege.

Además, el mensaje de Jeremías sobre la necesidad de arrepentimiento y cambio es relevante para nosotros hoy en día.

Como pueblo de Dios, debemos buscar constantemente la verdad y la justicia, y arrepentirnos de nuestras acciones pecaminosas. También debemos estar preparados para enfrentar las consecuencias de nuestras decisiones y ser fieles a Dios en medio de las pruebas.

Por último, el mensaje de Jeremías sobre la restauración y el amor de Dios es una fuente de esperanza para nosotros hoy en día.

Dios tiene un plan para nuestro futuro, y aunque a veces nos enfrentamos a dificultades, podemos confiar en que Él nos guiará y nos protegerá. Debemos confiar en que Dios nos ama y tiene el mejor interés para nosotros en mente.

Conclusión

Jeremías fue un profeta valiente y fiel que sufrió mucho por su mensaje y su fidelidad a Dios. Sin embargo, su ministerio fue esencial para el pueblo de Israel y tiene mucho que enseñarnos hoy en día.

Debemos aprender de su ejemplo de fidelidad y perseverancia, y recordar su mensaje de arrepentimiento, cambio y esperanza en Dios.

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

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