Al tener estos diferentes rostros dolor del momento vivido de esta familia, concluimos que es una historia de tragedia. Y la tragedia a cualquier persona que no ha aprendido a fijar a Dios en el centro de su vida, lo puede desanimar, frustrar, enojar, y llevarlo a sentirse victimiza, etc.
No obstante, al mirar la iniciativa de Noemí y de Ruth, en medio de tan dolorosa tragedia nos preguntamos, ¿que las sostiene, que las anima y mantiene en unidad y esperanza? Es bastante obvio la respuesta, ya que la soberana gracia de Dios, dirige, consuela y anima a estas mujeres en la dolorosa situación de vida.
En medio de la desesperanza y la dolorosa tragedia, Dios había provisto con su gracia lo necesarios para transformar el desamparo en protección, por medio de las leyes y cultura del momento. (2:1-2; 4:7-16; Deuteronomio 25:9).
Dios diseño una cultura con leyes, que dé respuesta a los desprotegidos: Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios. (Levítico 19:9-10).
Sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jehová tu Dios; por tanto, yo te mando que hagas esto. Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos. (Deuteronomio 24:18-19)
Aplicación de las verdades para asumir nuevas conductas y compromisos con el reino. En conclusión, en este trágico relato, entendemos que Dios, estaba silenciosamente actuando en favor de estas dos mujeres. Él, las guió, sostuvo y consoló en todo momento. Con su gracia transformó la triste situación de vida.
Por otro lado, ellas aceptaron con humildad la situación que Dios les permitió vivir, se juraron lealtad y compañerismo; agarradas en la soberana mano de Dios se levantaron a una nueva dignidad y paz y sonrisa en sus labios. (4:14-17).
Por tanto amada sociedad, en medio de los diferentes momentos de experiencia ministerial, no dejen que el dolor o la alegría opaque, mengue el ánimo y compromiso de amor y fiel obediencia a Dios, hagan de la soberana gracia y dirección de Dios el más alto valor de vida, si desean mantenerse fieles y avanzando y produciendo en todo el camino ministerial al cual fueron llamadas.
Oración.
© Saúl Reyes B. Poot. Todos los derechos reservados.
Muy buena reflexion. Que Dios les siga usando y bendiciendo en este lindo ministerio. Dios les bendiga…