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La obediencia desata la bendición

Mensajes Cristianos

Mensajes Cristianos Prédica de Hoy: La obediencia desata la bendición

Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: Deuteronomio 28:1-25

Introducción

En estos tiempos donde la desobediencia, la falta de respeto, deshonra de unos con otros, la violencia en los hogares, en la calle, en los colegios es moneda habitual. 

Vemos como los hijos se levantan contra los padres, los padres contra los hijos y así cada día la palabra de Dios se va cumpliendo paso a paso, no hay ninguna de las palabras de las escrituras que no se estén cumpliendo.

En todo tiempo su palabra nos está hablando a sus escogidos y al mundo entero que es tiempo de volverse a Dios, Isaías 55:6 “…Buscad a Jehová mientas puede ser hallado, llamadle en tanto que esté cercano…”

Tenemos que darnos cuenta de que es tiempo de buscarle y de que Él sea hallado de los hombres. Porque vendrán tiempos en que le buscarán y no le hallarán, y clamarán y no les responderá.

Desatando la bendición

Hoy en medio de tanta rebeldías y desobediencias a Dios y a su santa palabra, hay hombres y mujeres, siervos de Dios que han dispuesto su corazón y su vida en buscarle cada día y obedecerle para ser instrumento en sus manos para la gloria y honra de su santo nombre. Hoy hablaremos en la meditación de este mensaje, sobre de qué es lo que desata la bendición en los cielos y la recibimos aquí en la tierra.

Leamos la palabra de Dios en Salmos 32:8 “…Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos…

La bendición de Dios para nosotros

Los ojos de Jehová están puestos sobre la vida de sus escogidos. Dios mismo cuida de ellos, los ampara, los protege, los cuida como la niña de sus ojos. Salmo 17:8 “…Guárdame como la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas…”

De seguro que sus hijos que confían en Él, no serán avergonzados por el enemigo. Si se cayesen Dios les levantará, si pasaren por las aguas o el fuego no le dañarán. Si la tormenta arrecia con fuerza no los moverán y aunque tengan que pasar por el desierto las aguas de su Santo Espíritu no faltarán.

Serán saciados de todo el bien y de la grosura su casa comerán y se satisfarán, porque están llamados con llamamiento santo. Llamamiento eterno, con propósitos divinos, los cuales el Dios de la gloria cumplirá en cada uno de ellos. Salmo 145:19 “…Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá así mismo el clamor de ellos, y los salvará…”

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