Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Matando Vacas
Lectura Bíblica: 1 Reyes 19:19-21
Introducción
El Hombre Nunca Está Conforme con lo que Tiene. A pesar de tener una familia, amistades y hasta buena solvencia económica, siempre siente que le falta algo. Y en efecto, el alma que está en nuestro interior grita clamando por ser libre. Tal era el caso de Eliseo; revisemos la Biblia en (1 de Reyes 19:19-21).
Aquí nos habla del llamado de Eliseo para ser el sucesor de Elías.
El Llamado de Eliseo
Ejemplo de Obediencia y Entrega a Dios
¿Quién era Eliseo? Él era un hombre que vivió en el siglo IX (aproximadamente entre los años 850-800 a.C). Su nombre en hebreo (el-isha) significaba “mi dios salva.”
Pertenecía al pueblo de Israel, de la casa de Abel-Mehola, hijo de Safat, era agricultor y tenía muy buena reputación entre su pueblo, ya que era fuerte y de baja estatura (tenía un arado con doce bueyes) algo poco visto. Otro detalle era su calva.
Yo me imagino a Eliseo trabajando detrás de su arado día tras día con una monotonía, pensando: “¿esto es todo? Nacer, crecer y morir.” ¡No, yo no creo que sea todo!
El Clamor Interior de Eliseo y la Respuesta de Dios
Entonces clamó su alma interior: “Dios, quiero cambiar de vida, quiero servir para algo más. Hazme tuyo, dirige mi vida, muéstrame el camino que debo seguir, DAME UNA SEÑAL…” Por eso, al sentir el manto de Elías, no lo pensó dos veces y lo siguió.
(Versículo 20) Al ver que era un viaje sin regreso, le rogó a Elías que le permitiera despedirse de sus padres y besarlos, a lo que Elías le respondió: “Ve y vuelve. ¿Acaso yo te lo impido?”
Acto de Fe: Renunciar al Pasado para Seguir a Dios
Entonces (Versículo 21) dice él; tomó un par de bueyes y los mató. Con el arado coció la carne y la dio al pueblo para que comiese. Aquí vemos una acción de Eliseo, que al quemar su arado estaba renunciando a su vida pasada.
PERO NO ESTABA TRISTE; estaba contento y mató dos de sus animales y los hizo para el pueblo. Yo me imagino que hizo una fiesta y anunció su partida al servicio de Dios, (debe de haber gozo poder servir al Señor y darlo a conocer a nuestros familiares y amigos tal como lo hizo Eliseo).
Parábola de Reflexión: La Vaca del Monje y el Discípulo
Déjame te cuento una historia:
“–En un templo de esos tibetanos había un monje que decidió salir a recorrer el mundo en un año. Su discípulo decidió seguirlo para aprender más de él, solo que el monje le puso una condición: que lo observara nada más, sin preguntarle nada.
El discípulo aceptó. Y partieron. Un día, vieron una choza en una colina y el monje le dijo: “Ven, vamos a pedir un poco de comida.” El discípulo dijo: “Maestro, me parece que aquí no vive nadie, pues esta vivienda está en ruinas,” y solo había una vaca pastando a un costado de la vivienda. Pero el monje tocó la puerta, y salió un hombre que al verlo lo reconoció de inmediato y lo invitó a pasar. Le habló a su esposa y le dijo que calentara los frijolitos y un poco de picante con unas tortillas.
Cuando terminaron de comer, el monje le preguntó por la vaca que vio al lado de la casa y le sugirió venderla. Aquel hombre le cambió la expresión y contestó: “Nooo, ¿cómo se le ocurre? Esa vaca fue un regalo de mi padre y es más que un animal; es como otro miembro de la familia.”
Reflexión Final: ¿Qué “Vacas” nos Mantienen Atados?
¿Qué Vacas en Nuestra Vida Nos Impiden Avanzar?
La vaca en esta parábola representa aquello que nos impide seguir el llamado de Dios. Al igual que el dueño de la choza, muchos de nosotros nos aferramos a lo poco que tenemos, por miedo a lo desconocido. Así como Eliseo sacrificó sus bueyes y quemó su arado, debemos preguntarnos: ¿Qué cosas en nuestra vida debemos dejar ir para seguir a Dios con plena libertad?
Conclusión
Aceptar el Llamado de Dios con Fe y Alegría
La historia de Eliseo y la parábola del monje nos invitan a examinar nuestras vidas y reconocer esas “vacas” que nos impiden avanzar espiritualmente.
¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro “arado,” aquello que nos da seguridad, para seguir el llamado de Dios con gozo y entrega? Servir a Dios es el mayor propósito y satisfacción de nuestra vida. Dejemos atrás lo que nos limita y tomemos el paso de fe hacia una vida plena en Cristo.
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