Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Busquemos la paz de Cristo
Introducción
Dios es lo más seguro del universo ya que nada le puede vencer o destruir, no tiene sustos ni ningún temor al futuro, tiene plena satisfacción y gozo perpetuo, es decir, vive en el disfrute total de la paz, y es esa paz la que debe ser la paz que nosotros, como hijos de Dios, debemos poseer.
Todos dicen querer vivir en paz, disfrutar de una vida libre de problemas, y cuando analizamos el Antiguo Testamento observamos la importancia que el término tenía para las personas, pues el Shalom de Dios era algo anhelado y esperado ya que “habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo” Isaías 32:16-18.
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” Hebreos 13:20-21.
La palabra de Dios
Colosenses 3:12-15 “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”.
La paz de Cristo: Dios de paz
Siempre decimos que Dios es amor, pero lo cierto es que la Biblia enfatiza que nuestro Dios es un Dios de paz, caracterizado por la paz, que experimenta la paz, y sobre todo, que es la fuente de la paz, y en el Señor “hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, ……., disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre” Isaías 9:6-7.
Los que tienen tal paz de Cristo no pueden expresar totalmente lo que significa tenerla, y a los que no la tienen, esto les desconcierta ya que no pueden entender cómo los cristianos pueden tener los mismos problemas y a pesar de ello tener paz.
Las profecías nos dicen que Cristo trae un reino de paz, y de hecho, la primera obra que hace en nosotros es darnos la paz con Dios, que nos garantiza la paz interior y de conciencia, pero esto nos impone la obligación de ser nosotros también fuente de paz, y lo que debemos predicar es un evangelio de paz, ya que “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos” Hechos 10:36, “Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca” Efesios 2:17.
El mundo anhela tener paz
El mundo, por estar lleno de problemas, anhela tener paz, los que viven en lugares donde hay guerra claman por la paz, las familias llenas de conflictos anhelan la paz, mientras que otros que viven en ambientes pacíficos tienen sus corazones llenos de discordia y anhelan tener paz mental ya que “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” Filipenses 4:7.
En este tiempo en que el consumismo ha ganado el mundo provocando ambiciones muchas veces desmedidas, la fuente de la paz nos dice a los hijos de Dios: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” Filipenses 4:6-7, ya que sabemos que Él guardará “en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos” Isaías 26:3-4.
Un equilibrio: La paz de Cristo
Una parte de esa paz que el mundo ha perdido en la vida es la de lograr un equilibrio entre las cosas de Dios y la necesidad de tener dinero para mantener la forma de vivir, y como hijos de Dios debemos saber que “más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu” Eclesiastés 4:6; el Señor nos está diciendo que es malo no tener lo necesario, pero que es aún peor, que por querer más pierdas tu calidad de vida.
Entonces, ¿Por qué no tienen paz?, en primer lugar porque muchos no entienden qué es la verdadera paz ya que su concepto de paz es la ausencia de conflictos, y en segundo lugar porque no entienden que la única paz verdadera, que satisface y que es duradera, es la paz que viene del Señor.
Es una realidad que hay momentos en que el esfuerzo debe ser mayor, pero también es una realidad que hay otros donde el esfuerzo debe ser menor, por eso la Palabra de Dios nos enseña que es mejor tener menos y disfrutarlo, que tener más con angustia, que viene a ser la aflicción de espíritu.
Si tu deseo es crecer económicamente, al hacerlo deberías definir qué es suficiente, ya que muchos terminan viviendo una vida de angustia y temores a perder lo logrado y entonces recién piensan en la enseñanza y que hubiese sido mejor tener menos antes de la vida de prisionero de su economía que están llevando.
Ser prosperado
Cuando le pides al Señor ser prosperado, también es imprescindible definir qué es la prosperidad para nosotros, y por dónde pasa el ser próspero, ya que la prosperidad afecta la vida no solo en términos económicos, sino también en términos personales.
Piensa un momento si para ti la prosperidad se mide en acumulación de bienes materiales, o se mide en disponer de tiempo para servir al Señor; si la prosperidad se mide en realización personal o se mide en felicidad; y lo más importante, si la prosperidad va a terminar afectando tu espiritualidad, ya que el Señor te dice:
“Yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” 3 Juan 1:2.
Éramos enemigos de Dios, pero Cristo nos rescató para traernos a una nueva relación con Dios, “ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz” Efesios 2:13-14.
Y eso nos convierte en embajadores de paz y pacificadores, de manera que cuando cumplimos con esto seremos reconocidos por el mundo “porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mateo 5:9, mientras que las preocupaciones y temores solo revelan la desconfianza en Dios.
Recuerda, “si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” Romanos 12:18, y “huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor” 2 Timoteo 2:22.
“Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” Santiago 3:16-18.
Y esta es una paz verdadera, una paz completa, pero hay algo que debemos hacer nosotros para lograrla, es perseverar en el Señor con nuestros pensamientos, debemos confiar en Él, y mantener nuestra fe en Él, ya que a veces creemos más en nuestros problemas que en el Señor.
Por la fe
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Romanos 5:1, Pablo nos dice que esa paz la logrará el que vive una vida de oración, por lo tanto, “por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” Filipenses 4: 6-7.
Como puede suceder que el cristiano no esté en paz con todos los hombres, pero eso no tiene por qué impedir que la paz de Dios este en su corazón ya que esta paz se basa en la fe en Dios y en un conocimiento personal de su poder y protección, lo que produce confianza.
La paz de Cristo: La paz de Dios viene al corazón
La paz de Dios viene al corazón y a la mente del cristiano en unión con Cristo para impedir que las emociones y los pensamientos se conviertan en talleres del diablo a causa de la ansiedad, teniendo en cuenta que la palabra corazón se usa en el Nuevo Testamento para referirse al lugar de donde manan los pensamientos, los deseos, y las pasiones, por eso nos dice el Señor:
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” Mateo 5:8, “pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” Mateo 5:28, “pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” Romanos 1:21, es decir que solamente los que estén en Cristo serán guardados por la paz de Dios.
© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.
