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La disciplina del Señor

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: La disciplina del Señor

Texto Biblico:Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.” (Hebreos 12:5-6)

Hijos de Dios

El término hijo de Dios suena hermoso, pero no lo podemos recibir de una forma irresponsable. Es posible ser llamados hijos de Dios cuando le obedecemos y somos obedientes a lo que Dios nos mande.

No podemos llamar hijo de Dios a aquel que hace lo malo y peca constantemente contra el señor. Hijo de Dios es aquel que ya ha sido salvo por medio de Jesucristo y dedica su vida a hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial. Por nuestra condición humana seremos atraídos por lo malo, pero el Espíritu Santo nos fortalece y ayuda en nuestro diario caminar con el Señor.

Estos versículos de la palabra de Dios están dirigidos a esos hijos de Dios, a personas rescatadas, lavadas con la sangre del Cordero y que se han dispuesto para obedecer a Dios. Esta exhortación no es para el mundo, ni para los que no han recibido a Jesucristo como salvador. Esta exhortación es para los verdaderos hijos de Dios.

Padre responsable: disciplina del Señor

Como hijos debemos ser obedientes a Dios en todas las cosas, aunque esto signifique ganar la enemistad del mundo. Porque ser amigos del mundo nos constituye enemigos de Dios, pues el Señor no tolera el pecado que reina en este mundo de maldad.

Pero Dios nos escribe estas palabras para que el desánimo no venga a nuestra vida y nos pide que consideremos al Señor que sufrió la hostilidad del mundo. El Señor no quiere que por un poco de sufrimiento no vengamos a ser débiles y dejar el camino de la salvación. Pues el Señor sufrió hasta derramar la última gota de su sangre por pecados que no cometió. 

Cuando el Señor nos exhorta no debemos desanimarnos, sino considerar su instrucción como la de un padre con sus hijos. Pues el padre no quiere que sus hijos sean malandrines, sino que sean hijos de honra. De la misma manera Dios quiere exhortarnos para que no nos perdamos sino que vengamos a ser hijos de honra para la gloria de su nombre.

En lugar de desanimarnos, el Señor nos pide que nos sintamos dichosos cuando somos reprendidos por Él. Porque Dios a quien ama reprende. Esta reprensión no es para debilitarnos en la fe, todo lo contrario es para que comprendamos que Dios es santo y quiere que sus hijos seamos santos también. Si no fuéramos importantes para el Señor no recibiremos la corrección, pero cómo nos trata como a hijos nos reprende y exhorta para que nuestro camino se mantenga en Dios, en su santidad.

Disciplina del Señor en amor

El Señor es claro en decirnos que a quienes ama disciplina. Si recibimos la disciplina de Dios es porque nos ama, no porque quiere castigarnos o es un Padre duro, todo lo contrario, su disciplina es en amor.

Si Dios nos dejara hacer lo que cada quien quiere nos desviaremos y alejaremos de Él. Pero Dios quiere lo mejor para sus hijos, es por eso que nos corrige, nos instruye con su palabra y exhorta a hacer lo que es bueno para nuestra alma. Dios nos quiere salvar de toda la maldad de este mundo y nos retiene cerca suyo a fin de que alcancemos la recompensa que Él tiene para nosotros.

Los juicios de Dios son justos y no podemos considerar la disciplina de Dios como injusticia pues a bien nos ha llamado. Así es que su corrección es porque nos ama, pues dice su palabra que quien escatima la vara odia al hijo. Dios no quiere que nos perdamos, es por eso que nos corrige en amor. 

Su amor es eterno. Si alguien tiene la disciplina del Señor en poco, está rechazando ese amor que Él tiene para con nosotros. Dios no quiere que rechacemos o que menospreciemos su disciplina, sino que aprendamos de ella. Dios quiere que aumentemos nuestra sabiduría y comprendamos su voluntad cuando nos reprende.

Respetando al Padre

Al ser tenidos por hijos de Dios somos corregidos por el padre cuando hacemos algo indebido, esto para que enderecemos nuestros caminos y obtengamos la heredad que nuestro Padre tiene para sus hijos. Pero si hacemos algo malo el Señor no quiere que su corrección sea tenida en poca, sino que sea apreciada como apreciamos la instrucción de nuestro padre terrenal.

Debemos respetar esa instrucción, Dios quiere que vengamos a ser santos porque Él es santo. El Señor nos ha llamado a santidad para que estemos siempre con Él en su reino celestial. Seamos sabios y aprendamos de su corrección.

Debemos sentirnos dichosos cuando recibimos la reprensión de nuestro Padre celestial, pues somos considerados sus hijos. Debemos gozarnos por ese amor con que Dios nos ama y busca santificarnos. Dios nos ama y busca siempre nuestro bien.

CONCLUSIÓN

Gloria sea dada a Dios por su disciplina y corrección en amor eterno. Gloria a Dios por los hijos de Dios que reciben la instrucción de su Padre. Demos toda Gloria a Dios por ese camino de santidad que Él quiere que andemos, en verdad, en santidad, sin desviarnos a derecha ni a izquierda. El Señor nos ayude a amar esa corrección y a enderezar nuestra vida al recibir su instrucción.

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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