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Levántate

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Levántate

Mensaje Cristiano Texto Bíblico: Y le dijo: levántate, vete; tu fe te ha salvado.” (Lucas 17:19)

Estando en el suelo

Son varios los pasajes donde podemos leer estas palabras dichas por Jesús. La palabra levántate se repite en diferentes pasajes de las escrituras, en todas ellas vemos a Jesús pidiéndole a algún pecador que se levante después de obrar un milagro en su vida.

Tomemos en cuenta que para que alguien se levante debe estar en un lugar bajo, debe estar acostado, de rodillas o postrado. Cuando Jesús pronunciaba estas palabras, los corazones eran llenos de vida, pues el milagro que buscaban era encontrado. Cuando Jesús decía levántate, las personas sabían que la gloria de Dios había venido a sus vidas. Esa gloria que habían escuchado que era en la vida de otras personas ahora la verían en la suya propia. 

Por una enfermedad, por una vida de pecado, por un dolor de vida, por la muerte física o espiritual, y por muchas otras razones las personas están en el suelo, necesitando de una palabra de aliento. Una palabra que les de esperanza para poder continuar caminando, que les de esa luz que tanto han buscado. Las personas buscan un levántate y anda. 

Humillados ante Dios

En el texto de Lucas 17 encontramos que diez personas se acercan al Maestro y Él les da indicaciones para que puedan recibir su milagro. Uno de ellos regresa a agradecer al Señor el milagro que fue hecho en su vida. Cuando esta persona encontró al Señor se postró, se humilló delante de Jesús y agradeció el milagro que en Él había sido hecho.

Los otros nueve no volvieron, no agradecieron, se fueron con su milagro pero no recibieron esta palabra de Dios en sus vidas. En cambio este hombre agradecido pudo escuchar las palabras del Maestro diciéndole que se levantara. Esta palabra venía directamente del Señor como un mandamiento poderoso que le permitiría a este hombre estar de pie, caminar en fe, caminar toda su vida en el poder de Dios.

Porque la palabra no solo nos dice que nos levantemos físicamente del suelo, sino que nos da la instrucción de levantarnos en el espíritu y estar con Cristo en los lugares celestiales. Esta palabra nos muestra que podemos estar de pie y caminar de la mano del Señor una nueva vida llena de gloria de Dios. Pero es necesario primero humillarnos y postrarnos en su presencia, por eso dice su palabra que nos humillemos para que Él nos exalte.

Las palabras del Maestro

Sabemos que las palabras que Jesús daba a las personas se cumplian, porque la palabra de Dios es viva. Al escuchar las palabras del Señor algunos se ponían tristes, como el joven rico, pero muchos otros alcanzaban la felicidad completa con solo una palabra que salía de la boca de Jesús. 

Una palabra bastaba para pasar de noche a día, para pasar de muerte a vida. Una palabra era lo único que estas personas esperaban, una palabra de Dios en sus vidas que le diera vida a sus huesos secos. Así esperamos una palabra en nuestra vida de pecado, una palabra que nos diera esperanza para alcanzar la eternidad, una palabra que nos diera libertad de la prisión del pecado. 

La palabra de Dios tiene el poder para sacarnos del desierto, para sacarnos de la prisión, para sacarnos del lodo cenagoso y ponernos en un lugar especial, en las manos de Dios. Solo la palabra poderosa de Dios tiene ese poder maravilloso para darnos vida.

Toma tu lecho, anda

Además de la palabra levántate, Jesús les daba alguna palabra adicional a las personas. Pudo haberles dicho toma tu lecho. pudo decirles anda, vete a tu casa. Jesús sabía que esa palabra tenía un significado que cambiaría la vida de estas personas. 

La palabra de Dios tiene el poder para transformarnos por completo. Desde lo profundo de nuestro ser empieza un cambio que nadie puede detener, porque el cambio proviene de Dios. Así este hombre enfermo pudo escuchar la palabra levántate y se levantó. Jesús le dijo que se podía ir, que ya había cumplido en darle gloria a Dios, que Dios había recibido su oración. Jesús le dijo que podía irse, que era el momento, pero además le dice que su fe lo ha salvado.

Este hombre había recibido un gran milagro, había sido sano de una enfermedad que hasta el día de hoy no tiene cura. Pero este no fue el milagro más grande que este hombre recibió ese día, pues las siguientes palabras del Señor serán aún más poderosas. Sus palabras significaron una eternidad de diferencia, pues había pasado de estar muerto a tener vida eterna. Este hombre no sólo recibió su sanidad, sino que recibió la vida eterna.

Tomandonos de la mano

En otras ocasiones cuando Jesús le decía a alguien levántate, Él le tomaba de la mano. Jesús nos toma de la mano para que nos levantemos. Dios nos está dando esa palabra y es momento de obedecer. 

Dios quiere que te levantes de donde estás. Tal vez es un negocio fallido, tal vez es una relación que terminó mal. No importa el lugar desde donde estés clamando al Señor, Dios te ve y te dice levántate. Levántate de tu lecho, levántate de tu lugar de postración, anda, camina, corre, salta porque Él te ha salvado.

El Señor nos toma de la mano para que estemos de pie y caminemos por sus sendas. Solo no nos olvidemos de donde hemos salido y quien es el que nos levanta. Tomemos la mano del Señor y caminemos por sus caminos como Él lo pide. Seamos obedientes y como este hombre, seamos agradecidos.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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