Mujer princesa de Dios

3. Mujer, aprende a conocer las fragancias

Ester conocía de las fragancias y perfumes ella estuvo seis meses con un tratamiento de oleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres.

Es válido preguntarnos en esta noche. ¿Qué perfume emanamos nosotras ante el Señor? Cuando estamos en su presencia. Le agrada al Rey estar en nuestra habitación o solo recibe quejas y planes frustrados.

Seis meses con óleo y mirra, Ester era campesina era necesario purificarla. Cuando venimos ante el Rey en su intimidad es necesario que la fragancia sea agradable y no oler a mundo, a carne, a los deseos de la carne, necesitamos que este olor desaparezca de nuestras vidas.

Y te preguntaras ¿cómo es posible esto? ¿Es posible que este olor a mundo desaparezca? Si cuando pedimos perdón, cuando aprendemos a perdonar, cuando nos arrepentimos de todo corazón, cuando le permitimos ser transformadas, la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado y nos transforma cuando le entregamos nuestro carácter.

Es aquí cuando conoces el aroma que es del deleite de nuestro Dios cuando todo lo que hagamos lo hacemos para su agrado cuando decimos.

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20

Cuando aprendas a conocer las fragancias que son del agrado de nuestro Dios desarrollaras una mejor intimidad y caminaras en integridad, sabes somos el reflejo de Cristo para otros no empañemos su presencia ante el mundo, anhela que los que te rodeen también quieran conocerle.

4. Mujer, se constante

Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre.” Ester 2:14

Ester era constante ella venia ante la presencia del rey por la mañana y por la tarde. Hoy en día el problema radica en que la gente se aburre muy rápidamente y no anhelan tener esa relación y búsqueda del Rey de reyes y Señor de señores. Ester venia en la mañana y en la tarde, había una relación constante y dice la escritura que el Rey la llamaba por su nombre.

¿Cuántas veces el Rey te ha llamado por tu nombre?

Él te conoce, conoce tu nombre y te llama, somos nosotras las que no le escuchamos, nos enfocamos más en la voz del mundo que en la voz de Dios. Para escuchar la voz de Dios es necesario que bajes el volumen de la voz de este mundo, por otra parte nos importa más lo que piensan las demás de nosotras que lo que piensa Dios de cada una.

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