La tardanza del Señor Jesús

Cuando soy débil, entonces fuerte soy (2 Corintios 12:10)

Pedro era pescador, por ende, conocía sobre tormentas y demás temas sobre el mar, también se asume que sabia nadar; pero a pesar de todo esto él se hunde.

Pedro, el llamado apóstol Pedro mira al Señor Jesús caminar sobre el agua y además el Señor Jesús les dice TRANQUILOS, TENGAN ÁNIMO… de manera indirecta les dice NO TENGAN MIEDO, yo SOY EL QUE SOY.

Pedro al escuchar esto le dice que le permita ir hacia él y lo hiso confiado ya que mira al Señor Jesús caminar sobre el agua y además es alentado a creer en él.

Pero al Pedro empezar a caminar desvía su mirada hacia el FUERTE VIENTO; es de resaltar que el Señor Jesús no se equivoca al decir: PUESTA LA MIRADA EN JESÚS EL AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE, Pedro desvía su mirada y empieza a tener miedo y de inmediato se hunde; pero lo que más llama la atención es que Pedro no llama al Señor Jesús en el preciso momento en que se hunde sino después.

Pedro primero intenta él mismo salvarse y solo cuando ya no puedo y empieza a hundirse clama al Señor Jesús por ayuda, y el Señor solo lo estaba viendo, mirando como Pedro intentaba salvarse de aquello que el mismo Señor Jesús aseguró que ayudaría.

Amigos y hermanos lo que sabemos de forma secular son únicamente teorías, el enemigo busca la manera que no creamos en el Señor Jesús, pero si en sus variedades es decir en sus falsas enseñanzas tales como la brujería, demonios y sobre todo esto muchos afirman y lo siguen.

Espera en el Señor Jesús

El Señor Jesús quiere brindarnos algo que el mundo no nos brinda, que satanás no nos brinda, lo eterno es mejor, aunque sea gris la vida aparentemente, con Cristo se vive mejor, con Cristo si dan ganas de vivir, con Cristo hay salvación.

Cuando creemos que Dios se tarda en responder, es cuando debemos entender que estamos batallando solos, que estamos batallando con nuestras fuerzas; el Señor Jesús está frente a nosotros esperando que le veamos únicamente a él y así extenderá su mano, mano de gracia, de amor, de perdón, de misericordia y para salvarte.

En el preciso momento en que la noche es mas oscura es cuando más cerca está el amanecer, es decir, cuando creemos que ya no hay solución a los problemas, cuando creemos que no hay esperanza, cuando creemos que no hay nuevas oportunidades, basta con extender nuestra mano al cielo y clamar en silencio que nuestro padre celestial que escucha en lo secreto te recompensará en público.

Solo espera, repito, solo espera en el Señor Jesús, entrega tus cargas que él te hará descansar y no de dejará solo en ningún momento si te mantienes aferrado de su mano poderosa.

EN EL SILENCIO EL SEÑOR JESÚS SIGUE OBRANDO.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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