Cuantas veces desviamos nuestra mirada pensando que alguien por su condición social, poder económico o su orden jerárquico será el que pueda dar solución a nuestra necesidad.
Tengamos mucho cuidado, quizás ese sea una de las dificultades que impiden tu milagro. Si ya conoces tu verdadero problema enfócate en quien te puede verdaderamente ayudar.
El salmista expresaba: De donde vendrá mi socorro y se respondía mi socorro viene de Jehová (Salmo 121). Enfócate en quien verdaderamente puede hacer realidad tu milagro y no en quien lo evita.
La escritura expresa que cuando esta mujer oyó acerca de Jesús procuro venir a su encuentro. Desgraciadamente muchos son los que hoy en día han escuchado de un Dios grande, poderoso, sanador y que restaura y han venido a Sus pies. Desean recibir el milagro, pero no ha quien lo puede hacer realidad en sus vidas.
IV. Para recibir tu milagro necesitas actitud de triunfador
Esta mujer expresaba para su interior: “Si tocare tan solamente su manto, seré salva.” Ella había escuchado de Jesús y estaba convencida que solo Él podría poner fin a su condición. Ella ya había enfocado su mirada hacia otra dirección, pues aun ni lo mejores médicos habían traído solución a esta afección, y para colmo de males todo cuanto tenía había gastado.
En la mayoría de los casos es necesario tocar fondo para verdaderamente levantar la mirada y darnos cuenta que nada podemos hacer por nosotros.
Muchas veces la solución a nuestro problema puede ocurrir de la forma más sencilla. La mayor dificultad para recibir tu milagro radica en la actitud que tengamos ante la adversidad. Una simple oración bien enfocada puede marcar la diferencia para recibir tu respuesta.
V. No tengas temor
Podría parecer algo sencillo, pero no es así. A esta mujer le fue necesario el abrirse paso en medio de la multitud. Allí podían estar las personas que le conocían, y su condición, pues había gran aglomeración.
Para muchos hoy en día el temor al qué dirán les resulta es un gran obstáculo para obtener su milagro. Otros son los que inclusive se cuestionan porque ocurre eso en sus vidas, y sienten mayor temor en aceptar a quien puede dar consuelo a su dolor y traer paz a su corazón que inclusive su propia condición.
Esta mujer dio un gran paso de Fe
No solo se propuso en su corazón tocar el manto de Jesús, sino que también actuó. Se abrió paso en la multitud hasta llegar a los pies del Maestro.
En esta mañana te invito, te exhorto a que verdaderamente analicemos que es lo que esta impidiendo ver nuestro problema resuelto. Muchas veces tildamos al adversario de culpable, cuando en verdad solo somos nosotros los verdaderos responsables.
Conclusión
Si hoy haz identificado tu situación, reconoces que nada puedes hacer con tus propias fuerzas y habilidades, decides colocarlo en las manos de el único que puede solucionarlo todo, confiar de todo tu corazón que solo Él puede hacer realidad tu milagro, haz esperado pacientemente, perseverando en oración y tu actitud ha sido la de buscar e rostro del Señor en oración, a solas en la intimidad sin temor haz corrido a los pies de Jesús procurando tocar su manto, tenlo por seguro tu milagro va a suceder. Tu enfermedad va a desaparecer, tus hijos van a regresar, lo que no vez hoy lo veras hecho realidad, tan solo porque con Fe haz decidido poner fin a todo lo que hasta hoy había impedido ver hecho realidad tu milagro.
Dios te bendiga.
© Osmany Ramón Morales Aguila. Todos los derechos reservados.